La invisibilidad de las v¨ªctimas
Al bisabuelo espa?ol de mi hija
La primera persona que va a ser juzgada por los cr¨ªmenes del franquismo es precisamente la ¨²nica que ha pretendido investigarlos. Esta paradoja cuestiona la naturaleza de nuestro Estado de derecho y nuestra democracia. La transici¨®n naci¨® fruto del siguiente pacto: Estado de derecho s¨ª, pero vamos a hacer un aparte con este genocidio y estos cr¨ªmenes de lesa humanidad para que sea posible avanzar. Y as¨ª se desarrolla nuestra democracia, manteniendo en los aparatos del Estado a quienes hab¨ªan administrado la dictadura.
Mi generaci¨®n (nacidos en 1975) siempre pens¨® que era cuesti¨®n de tiempo, que cuando la democracia estuviera asentada llegar¨ªa el momento de las v¨ªctimas. Lo que ha ocurrido es precisamente lo contrario. Este auto del juez Luciano Varela es el equivalente a la peor de las leyes de punto final. Peor, porque en este pa¨ªs ya nadie ped¨ªa sentar en el banquillo a los responsables. Lo ¨²nico que se ped¨ªa era dar amparo a v¨ªctimas y familiares.
?Qu¨¦ democracia es esta que tiene una deuda imperdonable con m¨¢s de 113.000 desaparecidos?
Pregunt¨¦monos con qu¨¦ autoridad moral se asienta un Estado de derecho que investiga a quien comete un asesinato pero no a quienes cometen 100.000; que investiga la desaparici¨®n de una ni?a pero no la de decenas de miles de personas; que persigue a quien roba un coche pero no a quien organiza un entramado para robar ni?os. Sobre esa estructura es improbable que alguien llegue a confiar en sus instituciones. La mejor manera de garantizar que ning¨²n grupo ose alzarse de nuevo contra la democracia es demostrar que la justicia ser¨¢ con ellos implacable. Pero a quienes lucharon por la Rep¨²blica se les ha premiado con una fosa com¨²n con vistas al olvido.
Seg¨²n las encuestas, la mayor¨ªa de los espa?oles prefiere la democracia a la dictadura franquista, a la que la mayor¨ªa considera sangrienta. Ello presupone que cualquier gobierno en estos a?os de democracia estaba legitimado para enfrentar una tarea que, sin embargo, ninguno acometi¨®.
Se trataba, simplemente, de catalogar esos delitos como lo que son y, m¨¢s importante a¨²n, ofrecer reparaci¨®n a las v¨ªctimas. Si desde el Estado se cometieron los cr¨ªmenes -y se hizo adem¨¢s desde las fuerzas del Estado y en nombre del Estado- es ¨¦ste, sin duda, el que debe asumir buscar, desenterrar y averiguar c¨®mo fueron eliminados sus ciudadanos. La visibilidad de casi 1.000 v¨ªctimas del terrorismo etarra es uno de los grandes aciertos de la democracia espa?ola; sin embargo, la lacerante invisibilidad de los al menos 113.000 desaparecidos y miles de torturados, encarcelados y exiliados es una de sus m¨¢s imperdonables deudas.
En cuanto a la Historia, se recurre a menudo al argumento de la equidistancia: "Por ambos bandos se cometieron atrocidades". S¨ª, muy probablemente el bando republicano cometiera cr¨ªmenes de guerra. Todos deber¨ªan ser investigados. Ahora bien, eso no puede nunca oscurecer el hecho hist¨®ricamente n¨ªtido de que la contienda tuvo un responsable, un bando que se sublev¨® contra la democracia y que ello deriv¨® en una guerra. M¨¢s a¨²n, no se puede negar que hubo durante la guerra y tambi¨¦n en los a?os posteriores a ella un plan sistem¨¢tico para acabar con un grupo pol¨ªtico o ideol¨®gico.
Ampararse en que ambos bandos cometieron atrocidades para igualar a los contendientes ser¨ªa tanto como afirmar que no se puede juzgar a los nazis porque los aliados tambi¨¦n cometieron cr¨ªmenes. Sin lugar a dudas las cometieron. Es dif¨ªcil pensar que los bombardeos sobre Dresde no fueran un crimen de guerra. Eso, sin embargo, no ampara ni una sola de las atrocidades cometidas por los nazis.
Para sostener que hubo prevaricaci¨®n, el juez Varela se?ala que la Ley de Amnist¨ªa impide juzgar los cr¨ªmenes del franquismo. Pues bien, aclaremos que la propia Comisi¨®n de Derechos Humanos de Naciones Unidas pide la nulidad de dicha ley, porque los delitos de lesa humanidad y genocidio no pueden estar sujetos a leyes de amnist¨ªa. Son delitos considerados tan graves que no se permite a los pol¨ªticos el derecho de amnistiarse ni arrebatar a las v¨ªctimas el derecho a obtener justicia. Por otra parte, esa interpretaci¨®n que coloca la Ley de Amnist¨ªa por encima del amparo a las v¨ªctimas es contradictoria con los art¨ªculos 10.2 y 96.1 de la Constituci¨®n, en vinculaci¨®n con varios tratados y convenciones internacionales suscritos por Espa?a.
Varela indica, adem¨¢s, que los delitos han prescrito, pero eso solo ser¨ªa posible si se observa cada caso individualmente, es decir, si se niega la existencia de cr¨ªmenes masivos y por ende, la intencionalidad del franquismo de cometerlos, dado que los cr¨ªmenes de genocidio y lesa humanidad no prescriben.
Varela se?ala tambi¨¦n que Garz¨®n ha incumplido la Ley de la Memoria Hist¨®rica al usurpar tareas que corresponden a la administraci¨®n, lo cual es falso, porque dicha ley se?ala en su disposici¨®n adicional segunda que las previsiones contenidas en la misma son compatibles con el ejercicio de las acciones establecidas en las leyes o tratados y convenios internacionales suscritos por Espa?a.
Cuando la justicia da cobertura a una dictadura a costa de negar auxilio a sus v¨ªctimas, cuando se act¨²a de espaldas a la voluntad de la mayor¨ªa, ?qu¨¦ Estado de derecho es ¨¦ste? ?Qu¨¦ democracia es ¨¦sta?
Juan Diego Botto, hijo de desaparecido de la dictadura argentina, es actor.
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