Atados a la fuente policial
En las informaciones judiciales y de sucesos no siempre se respeta la presunci¨®n de inocencia. Algunos titulares van m¨¢s all¨¢ de lo que permite el texto.
En "?ltimas noticias sobre periodismo", el escritor y periodista Furio Colombo habla de un tipo de informaciones en las que la fuente tiene tal preeminencia que anula la distancia cr¨ªtica del periodismo. Las denomina "noticia acatamiento" y son aquella en las que el periodista y, por tanto, el medio, asumen como propios los puntos de vista de la fuente. La noticia es presentada de forma acr¨ªtica y en sinton¨ªa con el inter¨¦s objetivo de la fuente, que no tiene por qu¨¦ ser ileg¨ªtimo. El riesgo de incurrir en "acatamiento" es especialmente alto en aquellos ¨¢mbitos en que se produce una asimetr¨ªa entre la fuente y el periodista: cuando la fuente es ¨²nica, es decir, cuando maneja informaci¨®n importante que no es posible o es muy dif¨ªcil de obtener por otras v¨ªas, y puede disponer discrecionalmente de ella. El problema se agrava cuando la divulgaci¨®n de esa informaci¨®n juega adem¨¢s un papel importante en la defensa de los intereses corporativos o particulares de la propia fuente. Es el caso, por ejemplo, del abogado de parte que filtra datos de la instrucci¨®n que le son favorables.
Los periodistas de tribunales y de sucesos han de lidiar con esta asimetr¨ªa de la que se derivan no pocos problemas. Uno de ellos es la vulneraci¨®n de la presunci¨®n de inocencia, cuesti¨®n por la que recibo con frecuencia quejas de lectores. Esta semana he recibido varias relacionadas con la noticia titulada "La Guardia Civil asesta un duro golpe a los enlaces de los presos de ETA con la direcci¨®n", que se public¨® el mi¨¦rcoles en la edici¨®n digital. En ese titular se da por hecho que los detenidos son enlaces de ETA. Entre los lectores que llamaron, Pernan Go?i Olalde fue el m¨¢s insistente: "Quiero decir que conozco al artista Erramun Landa desde hace a?os. S¨¦ que es inocente. Creo que hay que ser implacable contra ETA y tambi¨¦n s¨¦ que para juzgar a alguien primero hay que detenerle. Pero puede ser que en el juicio posterior salga inocente. Que alguien sea detenido acusado de colaborar con ETA, no quiere decir que realmente sea colaborador de ETA. El titular lleva una sentencia impl¨ªcita en su enunciado", sostiene.
A ra¨ªz de las quejas, se corrigieron los titulares para poner "supuestos", pero Pernan Go?i no qued¨® satisfecho porque el texto acababa as¨ª: "Con estas detenciones queda cortado el nexo entre la direcci¨®n de ETA y sus presos". Ello indica que no es s¨®lo un problema de falta de cautelas, sino de "acatamiento" de la versi¨®n policial en el sentido en que Colombo utiliza esta expresi¨®n.La cuesti¨®n ten¨ªa relevancia porque justo un d¨ªa antes la Audiencia Nacional hab¨ªa absuelto a cinco directivos del diario vasco Egunkaria que hab¨ªan sido acusados en 2003 de actuar como enlaces informativos de ETA, raz¨®n por la cual el juez hab¨ªa ordenado el cierre del diario. "Una trama instrumentalizada por ETA", titul¨® entonces EL PA?S. Siete a?os despu¨¦s, la Audiencia sentenciaba que no hab¨ªa prueba alguna que permitiera inculparles.
Luis Miguel Redondo, de Madrid, critica el tratamiento que el diario ha dado a este caso. Efectivamente, hay una asimetr¨ªa entre la noticia de la detenci¨®n (abriendo portada a tres columnas) y la de la absoluci¨®n del martes pasado (una peque?a llamada a columna en la parte inferior de la portada). El lector tambi¨¦n considera tibio el editorial publicado ese mismo d¨ªa, pues echa de menos una mayor contundencia a la hora de se?alar las consecuencias irreversibles que comporta el cierre de un diario. "Creo que el caso Egunkaria debe ser motivo de reflexi¨®n para toda la sociedad, pero en especial para los periodistas. ?Por qu¨¦ se ha preferido mirar hacia otro lado, cuando no se ha optado directamente por ignorar la presunci¨®n de inocencia de los acusados? Conf¨ªo en que la Redacci¨®n de EL PA?S se haga esas preguntas", escribe.
Yo tambi¨¦n creo que ¨²ltimamente se ha relajado el respeto a la presunci¨®n de inocencia en las informaciones de EL PA?S. Su vulneraci¨®n fue especialmente notoria en el caso del v¨ªdeo difundido por el Ministerio de Interior en el que aparec¨ªan unos supuestos etarras comprando en un supermercado. La polic¨ªa francesa los hab¨ªa identificado como los autores de un tiroteo en el que hab¨ªa resultado muerto un agente franc¨¦s. Enrique R. Minteguiaga me escribi¨® para quejarse de lo que consideraba una escandalosa vulneraci¨®n de la presunci¨®n de inocencia, pues en la versi¨®n digital se dec¨ªa: "Un v¨ªdeo muestra a los etarras fugados de compras". "Imagen de los cinco etarras en el v¨ªdeo difundido por la polic¨ªa francesa". "Los terroristas compraron, entre otras cosas, cervezas y leche". Ni presuntos, ni supuestos. Terroristas. Otro ejemplo claro de "noticia acatamiento".
El problema es que la polic¨ªa se equivoc¨® y los terroristas fugados resultaron ser inocentes bomberos catalanes. EL PA?S fue diligente en la rectificaci¨®n: fue el primero en aclarar que no eran etarras. Pero la portada de la edici¨®n impresa del d¨ªa siguiente reproduc¨ªa la imagen del supermercado con un titular entre interrogantes -"?Etarras o bomberos?"-, pese a que un redactor del diario ya hab¨ªa confirmado en la Generalitat que se trataba de bomberos, y as¨ª constaba adem¨¢s en la informaci¨®n.
El Libro de estilo de EL PA?S establece que los titulares deben responder fielmente a la informaci¨®n y que jam¨¢s establecer¨¢n conclusiones que no figuren en el texto. No siempre ocurre as¨ª. Con cierta frecuencia aparecen titulares que afirman como hechos incontrovertibles lo que de momento s¨®lo son conclusiones de la investigaci¨®n policial.
En el ¨²ltimo a?o la actualidad ha sido pr¨®diga en asuntos policiales. Un an¨¢lisis del tratamiento dispensado a estas cuestiones revela una notable confusi¨®n en los criterios de titulaci¨®n. El lector puede encontrarse titulares distanciados, puramente descriptivos y factuales, al lado de otros muy taxativos, que asumen como propia la versi¨®n policial de unos hechos. A veces la misma noticia es objeto de ambos tratamientos al mismo tiempo, como ocurri¨® en la edici¨®n del martes pasado. Mientras en portada se le¨ªa a cuatro columnas "La polic¨ªa certifica que agentes de Aguirre espiaron a Cobo y Prada", en la secci¨®n de Espa?a aparec¨ªa a cinco columnas "Agentes de Aguirre espiaron a Cobo". Lo que evidentemente no es lo mismo, por mucho que el subt¨ªtulo aclarara que era la conclusi¨®n de una investigaci¨®n policial. Parecida confusi¨®n puede observarse en el caso G¨¹rtel.
Vicente Jim¨¦nez, director adjunto del diario, afirma que lo deseable es que tanto el titular como el texto sean todo lo exactos, factuales y matizados posible, y que se respete siempre la presunci¨®n de inocencia. Reconoce, sin embargo, que no siempre se consigue, en ocasiones porque el titular es tan corto que no permite incluir todos los elementos. "Intentamos que la suma del t¨ªtulo y el subt¨ªtulo den al lector una idea clara y ponderada de la informaci¨®n, pero tal vez no siempre conseguimos el resultado deseable".
No es mi prop¨®sito restar cr¨¦dito o poner en duda la labor policial. Muy al contrario. Gracias a esas investigaciones se han podido conocer casos muy graves de corrupci¨®n y es una obligaci¨®n del periodismo informar sobre ello. Pero creo que el diario debe mantener la distancia y evitar adoptar como propias las conclusiones de la investigaci¨®n policial. Se trata de dar al lector los elementos contextuales que le permitan interpretar correctamente la informaci¨®n en cada momento del proceso de instrucci¨®n. A veces llama la atenci¨®n que un contenido bien contextualizado y con las cautelas necesarias, aparezca titulado de forma mucho m¨¢s asertiva de lo que permite el texto. En ese caso, les ruego que no se precipiten a la hora de juzgar al autor de la informaci¨®n. Lo m¨¢s probable es que ese titular no lo haya puesto el redactor que la firma. Los redactores jefes y subdirectores que cambian un titular deber¨ªan tener mucho cuidado de no ir m¨¢s all¨¢ de lo que el texto permite porque compromete la credibilidad del diario y la del periodista que firma la informaci¨®n.
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