Hamilton pasa por donde quiere
La agrevisidad del brit¨¢nico le lleva desde adelantamientos para el museo a maniobras absurdas por las que es castigado
Para los aficionados al automovilismo, ver correr a Lewis Hamilton es una gozada. La agresividad y el empuje que ya exhib¨ªa cuando corr¨ªa en el karting han sido tambi¨¦n sus sellos de identidad en la F¨®rmula 1, donde debut¨® hace tres a?os como piloto de McLaren, de la mano de Ron Dennis y con Fernando Alonso como compa?ero de equipo. Pronto se vio que la cara angelical del primer piloto negro en los 60 a?os de historia de este certamen no era m¨¢s que una fachada. Detr¨¢s hab¨ªa un individuo el¨¦ctrico y con un inmenso talento para conducir, que pronto comenz¨® a demostrar de lo que era capaz en un circuito y que una temporada m¨¢s tarde, en 2008, se erigi¨® como el campe¨®n del mundo m¨¢s joven de la historia -23 a?os y nueve meses-. Lo consigui¨® con cinco triunfos, el mismo n¨²mero de sanciones que recibi¨®, casi todas ellas por imprudente.
Par¨® cuatro veces en los talleres, dio la vuelta r¨¢pida y dej¨® en evidencia a cualquiera
La enganchada con Vettel fue vistosa; con Schumacher tuvo tintes dram¨¢ticos
En Malaisia fue penalizado con cinco posiciones en la parrilla por obstaculizar a varios rivales durante la sesi¨®n de clasificaci¨®n. En Canad¨¢ recibi¨® el mismo castigo por no respetar el sem¨¢foro rojo del final de la calle de los talleres y llevarse puesto a Kimi Raikkonen (Ferrari), mientras que en Francia se vio obligado a realizar un pase y siga por saltarse una variante a la torera; lo mismo que hizo en B¨¦lgica mientras peleaba con Raikkonen y que le supuso una penalizaci¨®n de 25 segundos en la clasificaci¨®n final, algo que le priv¨® de ganar y le dej¨® el tercero. El ¨²ltimo cirio lo mont¨® en Jap¨®n al perder el control a final de recta. Como entonces, Hamilton cuenta ahora con un monoplaza de garant¨ªas, de modo que su ADN vuelve a reconocerse sobre el asfalto, donde es capaz de dibujar los adelantamientos m¨¢s impensables, pero tambi¨¦n las maniobras m¨¢s absurdas.
De lo primero hubo ayer a mansalva, aunque alg¨²n desprop¨®sito tambi¨¦n cometi¨® el brit¨¢nico, que arranc¨® el sexto y termin¨® el segundo, y que en 56 vueltas tuvo tiempo de parar cuatro veces en los talleres, apuntarse la vuelta r¨¢pida (la 13), y dejar en evidencia a cualquiera que se midi¨® con ¨¦l. Vettel (cuarta vuelta), Petrov (en la 27) y Kubica (la 30) fueron tres t¨ªteres a su merced, aunque Michael Schumacher fue el que qued¨® m¨¢s retratado.
Hamilton no perdona y aprovecha cualquier despiste para meter el morro de su MP4/25, pasa por donde quiere, y quien tenga alguna duda que se lo pregunte a Vettel. En la quinta vuelta y tras completar ambos su segundo cambio de neum¨¢ticos, el alem¨¢n vio c¨®mo el McLaren circulaba en paralelo a ¨¦l pero por dentro, metiendo medio coche en los talleres, hasta que pocos metros antes de empotrarse contra el sem¨¢foro claudic¨® y se protegi¨® detr¨¢s del Red Bull. Ese lance les vali¨® a ambos una amonestaci¨®n de los comisarios, que consideraron que condujeron de forma temeraria.
Si la enganchada con Vettel por la 13? plaza fue vistosa, la que tuvo con Schumacher por la quinta (de la vuelta 12 a la 14) tuvo tintes dram¨¢ticos. Hubo de todo: amagos por la derecha y por la izquierda, rebufos, apuradas de frenada de v¨¦rtigo y hasta volantazos. Colocado justo detr¨¢s del Mercedes, Hamilton se abri¨® finalmente al exterior y dej¨® que el Kaiser pasara de largo al tomar la horquilla siguiente, una delicia.
"Ha sido una carrera absolutamente fant¨¢stica, al menos para m¨ª", dijo despu¨¦s el pupilo de Ron Dennis. "El ¨²nico pero es que cada vez que consegu¨ªa ganar posiciones, las volv¨ªa a perder otra vez. Si ganaba tres puestos, inmediatamente perd¨ªa dos. Los recuperaba y volv¨ªa a perder uno. Ha sido duro", resumi¨® Hamilton, que el s¨¢bado, durante la reuni¨®n que mantuvieron todos los pilotos, recibi¨® un tir¨®n de orejas por zigzaguear violentamente mientras se defend¨ªa de los arrumacos de Petrov, en la anterior carrera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.