En Lope la mujer manda

?Qu¨¦ fant¨¢sticas y libres son las protagonistas de las comedias de Lope! La de La viuda valenciana, muerto su marido, decide gozar a oscuras de un gal¨¢n noche tras noche sin desvelarle su rostro ni su identidad, y dejar que la palpe sin que la vea. Ni que decir tiene que lo vuelve loco. La de La moza de c¨¢ntaro, para vengarse del hombre que ha golpeado a su padre, le declara su amor y lo apu?ala al primer abrazo. Luego, se da a la fuga y adopta otra personalidad, al servicio de un indiano.

Hace falta una actriz feroce para dar cr¨¦dito a una mujer as¨ª. Eduardo Vasco ha encontrado en la jovenc¨ªsima Mamen Camacho la horma de tan dif¨ªcil personaje: la chica lo clava con medido br¨ªo, a lo Lidia Ot¨®n.

Este espect¨¢culo, interpretado por la segunda hornada de la Joven Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, reci¨¦n salida del cascar¨®n, es desigual, pero tiene momentos brillantes y se sigue con gusto, sobre todo cuando Lope escande alguno de sus mejores versos de tema amoroso.

En el reparto destaca tambi¨¦n la chispa c¨®mica genuina de Pedro Hidalgo y, en cierta medida, la pureza de l¨ªnea de la Leonor de Paloma S¨¢nchez de Andr¨¦s. Eduardo Vasco dibuja las escenas con gracia, aunque no les d¨¦ volumen siempre. Los saltos de ¨¦poca del vestuario de Lorenzo Caprile, gui?o a los diferentes momentos de auge de esta comedia dos veces refundida, desconciertan un tanto. La versi¨®n de P¨¦rez Sierra es impecable y el espacio musical del propio Vasco, la luz y la sencilla escenograf¨ªa juegan a su favor.