La dif¨ªcil tarea de volver a casa
Los pasajeros se agolpan en las estaciones para intentar regresar a sus destinos
No encuentran la forma de regresar a casa. Aunque no hay estimaciones de los espa?oles afectados por la crisis a¨¦rea por la que pasa buena parte de Europa, esta, provocada por la erupci¨®n de un volc¨¢n island¨¦s, ha hecho muy dif¨ªcil que algunos madrile?os que viajaron en avi¨®n vuelvan a casa. Lo mismo ocurre con quienes han pasado unos d¨ªas en Madrid o han recalado en la ciudad como punto de tr¨¢nsito hacia sus hogares.
Rosa parti¨® el jueves desde Madrid a Lyon para asistir a una boda. Deber¨ªa haber regresado ayer a las once de la ma?ana. Pero su vuelo era uno de los miles cancelados. No ha encontrado manera de volver. Lo ¨²nico que ha podido hacer es apuntarse a otro viaje ma?ana con su compa?¨ªa, EasyJet, pero del que ni siquiera le han dado garant¨ªas. La aerol¨ªnea no le ha ofrecido alojamiento: tiene suerte, est¨¢ en casa de amigos. "Es un fastidio, porque tengo obligaciones laborales en Madrid", comenta la veintea?era.
"S¨¦ que soy afortunada", dec¨ªa una mujer que logr¨® llegar a Madrid
Tambi¨¦n en la veintena est¨¢ Patricia R. Ella se ha quedado varada en ?msterdam. Desde el pasado s¨¢bado. Y no parece que vaya a tener una soluci¨®n cercana. "Est¨¢ en un hotel gast¨¢ndose el dinero y absolutamente nadie de ninguna Administraci¨®n hace nada por los que se han quedado tirados", comenta por tel¨¦fono su padre, que se lamenta de que "a los extranjeros s¨ª se les est¨¢ facilitando c¨®mo salir de Espa?a". Su hija hab¨ªa viajado a Holanda con su novio.En el mismo aeropuerto de Schiphol, en ?msterdam, uno de los de mayor tr¨¢nsito de Europa, se conjuraron unos 50 espa?oles para alquilar un autob¨²s y volver a Madrid. Aunque muchos de ellos son gallegos. Su compa?¨ªa, Vueling, no les ofreci¨® ninguna soluci¨®n, aunque desde esa misma ciudad Iberia s¨ª estaba fletando autobuses para sus viajeros. Los 50 espa?oles, eso s¨ª, se encontraron con que el precio pactado inicialmente con la empresa de transporte, 5.000 euros, sub¨ªa sin previo aviso justo antes de la salida a 7.500. Adem¨¢s, varios de los que se comprometieron a compartir el viaje se colaron en medios de transporte de otras compa?¨ªas y "abandonaron el barco", seg¨²n la expresi¨®n de uno de los testigos. El autob¨²s, finalmente, parti¨® en la tarde de ayer.
Si alguien quiere comprar en Renfe un billete de tren de alta velocidad de Par¨ªs hacia Madrid no encontrar¨¢ plaza hasta el martes de la semana que viene. En caso de que quisiera viajar a la capital v¨ªa Barcelona desde Par¨ªs, Mil¨¢n o Z¨²rich tampoco encontrar¨¢ plaza. No hay billetes hasta el domingo. Renfe ha reforzado sus rutas con 2.500 plazas, m¨¢s de la mitad con destino a Barcelona, para facilitar la salida hacia Europa.
Pocos afortunados pudieron viajar de regreso a Madrid. Una de ellas fue Carmen Gonz¨¢lez, que lleg¨® ayer por la tarde en tren a Atocha procedente de Barcelona. Estaba en Par¨ªs, visitando a una amiga, cuando se cerr¨® el aeropuerto Charles de Gaulle. Un segundo despu¨¦s de enterarse del cierre ya estaba al tel¨¦fono buscando un billete de tren, pues ten¨ªa que regresar a Madrid a trabajar. Hace tres d¨ªas, despu¨¦s de horas pegada al tel¨¦fono, consigui¨® una plaza de Par¨ªs a Barcelona, una ruta que se suspendi¨® un d¨ªa por la huelga. Ayer sali¨® por la noche. Doce horas de viaje y ya estaba en Barcelona. Encontrar billete de ah¨ª a Madrid fue m¨¢s f¨¢cil, pues Renfe ha destinado 1.200 plazas adicionales ante la demanda. "Conseguir un billete en Francia fue un martirio. Otros amigos que buscaron siguen en Par¨ªs. S¨¦ que soy afortunada", declara. Los d¨ªas que se qued¨® en Par¨ªs se aloj¨® en casa de su amiga. Todav¨ªa no sabe si Vueling, la compa?¨ªa con la que se supone que iba a volar el domingo de regreso a Madrid, le reembolsar¨¢ su vuelo.
Otros han logrado regresar a Madrid por autob¨²s. Pablo lleg¨® ayer por la noche a la Estaci¨®n Sur de Autobuses, en M¨¦ndez ?lvaro, tras m¨¢s de un d¨ªa de viaje. El jueves pasado, cuando el cielo europeo se cubri¨® de cenizas, ¨¦l llevaba ya cinco d¨ªas en territorio italiano. Ten¨ªa planeado volar desde Mil¨¢n a Madrid pero, ante el cierre del aeropuerto de esa ciudad, decidi¨® viajar desde Roma por carretera hasta la capital espa?ola. "Era m¨¢s barato, no ten¨ªa otra opci¨®n", afirma.
El drama para salir de la capital continu¨® ayer. Mientras Pablo descend¨ªa del autocar, en la terminal otros cinco autobuses de Alsa se preparaban para salir rumbo a Par¨ªs. En un d¨ªa normal s¨®lo hay un viaje para esa ciudad, pero ni ayer ni hoy ni los pr¨®ximos d¨ªas ser¨¢n normales. Gente que hab¨ªa comprado su billete desde un d¨ªa antes se amontonaba en las puertas de los autobuses para alcanzar un sitio y depositar sus maletas en los portaequipajes. Caos total. Los empleados de Alsa, que se distingu¨ªan por un chaleco naranja chill¨®n, apenas pod¨ªan controlar a la multitud. "Hagan una fila, por favor", gritaban. Hasta golpes y llanto hubo entre dos chicas francesas desesperadas por guardar sus maletas en el mismo lugar.
Las colas para conseguir billetes de Alsa fueron ayer interminables. Los turistas extranjeros todav¨ªa no saben c¨®mo escapar de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.