Un transformador y un visionario del deporte
Conoc¨ª a Samaranch en enero de 1987, a los pocos d¨ªas de que me nombraran secretario de Estado para el Deporte. La visi¨®n que ten¨ªa de ¨¦l era la de un personaje muy ligado al deporte y a la historia del deporte espa?ol en los ¨²ltimos a?os; con un pasado franquista y, por tanto, para una persona como yo que proven¨ªa de la izquierda antifranquista, me proyectaba una imagen no especialmente negativa, pero no precisamente la mejor. Me encontr¨¦ con una persona que ten¨ªa muy claro qu¨¦ era lo que quer¨ªa en la vida. Sus sue?os fueron ser presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), y lo fue, y celebrar unos Juegos en Barcelona con un gran ¨¦xito y que catapultasen su ciudad al mundo, y lo logr¨®. ?l y yo sab¨ªamos que ¨ªbamos a tener que colaborar en el objetivo de lograr que los Juegos organizativamente fuesen un ¨¦xito y que la participaci¨®n espa?ola fuera lo m¨¢s brillante posible. Ten¨ªamos el m¨¢ximo inter¨¦s los dos y los dos ¨¦ramos pragm¨¢ticos.
Convirti¨® el deporte en el espect¨¢culo de masas m¨¢s importante del siglo XX y cambi¨® la estructura del COI
Trabajamos seis a?os en esa tarea. A lo largo de esos a?os descubr¨ª a una persona mucho m¨¢s cordial de lo que aparentaba y descubr¨ª el papel clave que hab¨ªa jugado y estaba jugando en la transformaci¨®n del deporte en el mundo. Se trataba de convertirlo en el espect¨¢culo de masas m¨¢s importante del ¨²ltimo tercio del siglo XX.
Samaranch, junto a otros dirigentes deportivos de la ¨¦poca como Nebiolo en atletismo, Havelange en f¨²tbol o Stankovic en baloncesto, fueron conscientes de que el deporte no profesional no ten¨ªa futuro y de que la financiaci¨®n del deporte profesional iba a estar ligada a la televisi¨®n. S¨®lo los mejores interesaban y a los mejores hab¨ªa que pagarlos. No se pod¨ªa obtener una gran cantidad de recursos econ¨®micos y que aquellos que generaban el espect¨¢culo no participasen de los ingresos. Estos dirigentes fueron apoyados por una figura casi m¨ªtica como fue Dassler, el due?o de Adidas, que en los a?os 70 hab¨ªa conseguido desplazar a los ut¨®picos dirigentes anglosajones que defend¨ªan el amateurismo y el deporte visto como una pr¨¢ctica para gentlemen al margen de la realidad social y econ¨®mica. Se hab¨ªan convertido en los nuevos dirigentes del deporte y estaban dispuestos a llevar el cambio a sus ¨²ltimas consecuencias. Y lo hicieron con un gran ¨¦xito. Samaranch fue el l¨ªder de todos ellos e incorpor¨® el profesionalismo al COI.
Pocos a?os despu¨¦s, fue consciente de que hab¨ªa que transformar radicalmente el COI. No pod¨ªa estar formado por un conjunto de personas que funcionaban por cooptaci¨®n y al margen totalmente de las federaciones. Se dio cuenta de que ten¨ªa que integrar a las federaciones y a los deportistas importantes en el COI y que deb¨ªa cambiar en profundidad el Comit¨¦ Ol¨ªmpico no s¨®lo en el aspecto ideol¨®gico y en la profesionalizaci¨®n, sino tambi¨¦n en su composici¨®n. No pod¨ªan ser arist¨®cratas aislados, viviendo en una urna de cristal al margen de los que realmente gestionaban el deporte. Efectu¨® una segunda reforma en profundidad y consigui¨® sus grandes sue?os cuando ya consider¨® que era el momento de retirarse y que hab¨ªa cumplido sus tareas.
En definitiva, transform¨® y revolucion¨® el deporte moderno y, al mismo tiempo, consigui¨® que Barcelona, su ciudad, pudiese proyectarse al mundo como organizadora de unos Juegos Ol¨ªmpicos de f¨¢bula que todos recordaremos. Y ¨¦l desarroll¨® un papel importante en el apoyo social que los Juegos tuvieron en Barcelona. Los Juegos ten¨ªan muchos aspectos positivos, pero evidentemente significaban cambios que pod¨ªan perjudicar a algunos. Los posibles perjudicados por los Juegos no encontraron eco ninguno. Samaranch fue una de las personas que ayud¨® m¨¢s a que la sociedad barcelonesa y catalana se moviese un¨¢nimemente en apoyo de los Juegos.
Ha sido una figura hist¨®rica en el mundo del deporte, yo dir¨ªa que la m¨¢s importante sin la menor duda del siglo XX, el gran transformador, el visionario, la persona que consigui¨® sus objetivos y sus metas sin ning¨²n esc¨¢ndalo y sin ning¨²n problema. En el aspecto personal no era ning¨²n fascista ideol¨®gicamente a pesar de que as¨ª fue tildado por algunos sectores anglosajones, sino que era un hombre del poder. Por lo tanto, estuvo con el poder estuviese quien estuviese. Fue franquista mientras Franco mand¨®, fue dem¨®crata cuando mandaron los dem¨®cratas, se entendi¨® bien con UCD, con el PSOE y con el PP y con cualquiera que gobernase. Cuando fue embajador en Rusia, se entendi¨® bien con los comunistas y se entendi¨® bien con todos a la hora de contar con las personas con las que quer¨ªa conseguir sus objetivos. Por tanto, perdemos una persona que ha jugado un papel clave en la historia del deporte moderno y un papel muy importante en la historia del deporte en Espa?a.
Javier G¨®mez-Navarro era secretario de Estado para el Deporte en Barcelona 1992.
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