Obama alerta sobre una nueva crisis si la reforma financiera se frustra
El presidente de EE UU pide a los ejecutivos de Wall Street que se sumen a los cambios en lugar de luchar contra ellos
Acariciando su segunda gran victoria pol¨ªtica tras la reforma sanitaria, Barack Obama invit¨® ayer a los principales responsables de Wall Street a sumarse, por necesidad, por inter¨¦s y por patriotismo, a la mayor regulaci¨®n de los mercados financieros que se produce en Estados Unidos en 70 a?os. El presidente advirti¨® que esta hist¨®rica intervenci¨®n en un sector esencial de la econom¨ªa norteamericana resulta imprescindible para evitar la repetici¨®n de cat¨¢strofes como la que hace dos a?os sacudi¨® al mundo entero.
Obama acudi¨® al coraz¨®n del sistema financiero para transmitir personalmente a los due?os y directivos de esta industria que no es su enemigo, que la reforma que propone no est¨¢ dise?ada para maniatar a los mercados o imponer barreras artificiales a la libre actividad econ¨®mica, sino para garantizar que los negocios se efect¨²an con reglas claras y en beneficio de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
"A menos que su modelo sea estafar a la gente, no tienen nada que temer"
"El fracaso de una firma" debe producir "el menor da?o colateral"
"Estoy aqu¨ª porque quiero apremiarles a que se sumen a nosotros en lugar de luchar contra nosotros. Estoy aqu¨ª porque creo que estas reformas representar¨¢n a la larga, no s¨®lo un beneficio para nuestro pa¨ªs, sino un beneficio para nuestro sector financiero", dijo Obama en una muy esperada intervenci¨®n en Cooper Union, la misma escuela en la que en marzo de 2008 describi¨® los riesgos extremos bajo los que estaban funcionando los bancos.
Meses m¨¢s tarde de aquel discurso, esos riesgos dejaron a todo el sector al borde del colapso, pusieron en evidencia la actividad suicida de algunas firmas y desataron una ola de resentimiento popular que todav¨ªa perdura. Aunque muchas de las empresas que provocaron la crisis han vuelto a hacer grandes beneficios, las sospechas sobre la legitimidad de su comportamiento subsisten y la necesidad de imponerles normas m¨¢s estrictas se ha convertido en un clamor nacional.
"Los ¨²nicos que tienen que tener miedo al control y la transparencia son aquellos cuya conducta no admite el escrutinio", prometi¨® Obama ante una audiencia entre los que hab¨ªa decenas de ejecutivos de los principales bancos y entidades de cr¨¦dito, seguros e inversi¨®n. "A menos que su modelo de negocio sea estafar a la gente, no hay nada que temer de estas nuevas normas", afirm¨®.
Obama reconoci¨® la importancia del sector financiero en una econom¨ªa moderna y din¨¢mica. Asegur¨® que su pensamiento econ¨®mico no se contradice en lo m¨¢s m¨ªnimo con el libre mercado. "Pero el libre mercado", continu¨® Obama, "no es una carta blanca para hacer lo que a cada uno le d¨¦ la gana, como ocurri¨® muy a menudo en los a?os que nos llevaron a la crisis. Algunos en Wall Street se olvidaron de que detr¨¢s de cada d¨®lar con el que ellos comercian hay una familia que intenta comprar una casa, pagar una educaci¨®n, abrir un negocio o ahorrar para la jubilaci¨®n", a?adi¨®.
El presidente admiti¨® que tambi¨¦n el sistema pol¨ªtico es responsable de los comportamientos de Wall Street, en la medida en que toler¨® y hasta se aprovech¨® de su actividad. Urgi¨® al Congreso a aprobar cuanto antes esta reforma como "pilar fundamental" de una nueva econom¨ªa y de una sociedad m¨¢s justa y m¨¢s responsable.
La C¨¢mara de Representantes ya pas¨® en diciembre una ley al respecto, y el Senado probablemente empezar¨¢ a debatirla en el pleno que se celebrar¨¢ la pr¨®xima semana.
Aunque a los dem¨®cratas les falta un voto para asegurarse la victoria, en estos momentos hay en marcha negociaciones que hacen pensar que algunos republicanos est¨¢n inclinados a respaldar la iniciativa. A diferencia de lo que ocurri¨® con la reforma sanitaria, la opini¨®n p¨²blica americana empuja a favor de esta regulaci¨®n.
Obama no quiso ayer entrar en los detalles de la legislaci¨®n, algunos a¨²n pendientes de discusi¨®n, pero defendi¨® los principios sobre los que debe asentarse. Destac¨® que el prop¨®sito principal es el de proteger a los consumidores y a los ciudadanos en general de los errores que comete Wall Street, impidiendo que, como ocurri¨® la ¨²ltima vez, se utilice el dinero de los contribuyentes para salvar a las compa?¨ªas en quiebra. "Necesitamos un sistema que permita el fracaso de una firma con el menor da?o colateral para la gente inocente y para las empresas", dijo el presidente.
Para ello, la ley que se negocia en el Congreso permitir¨¢ al Gobierno, a la Reserva Federal y a las agencias reguladoras intervenir pr¨¢cticamente en todas las actividades de Wall Street, decidir sobre el tama?o de los bancos e imponer l¨ªmites a sus movimientos. Se crear¨¢ un nuevo ¨®rgano para la protecci¨®n de los consumidores de los productos financieros y un mecanismo -quiz¨¢ un fondo de 50.000 millones de d¨®lares, unos 36.660 millones de euros, aunque esto es a¨²n motivo de debate- para cubrir con dinero de Wall Street las quiebras del sector.
Los detractores de la iniciativa consideran que se trata de una invasi¨®n por parte del Estado que expulsar¨¢ a los inversores y relegar¨¢ a los mercados financieros de Estados Unidos a una posici¨®n secundaria en el mundo.
"Estas reformas est¨¢n dise?adas", respondi¨® ayer Obama, "para respetar la actividad leg¨ªtima, pero prevenir los riesgos desmedidos. Estos cambios tendr¨¢n el beneficio a?adido de que crean incentivos para que la industria se asegure de que ninguna compa?¨ªa pueda amenazar con hundir la econom¨ªa entera".
Una de las prioridades se?aladas por el presidente Obama fue la de la transparencia, para lo cual se contempla una intervenci¨®n contundente en el control del mercado de derivados, un complejo producto financiero masivamente utilizado para la pura especulaci¨®n al que Obama se refiri¨® utilizando la definici¨®n del or¨¢culo de Omaha, Warren Buffet: "Armas financieras de destrucci¨®n masiva".
En la Bolsa de Nueva York la actividad se desarroll¨® con normalidad durante el discurso del presidente. Al concluir, el ¨ªndice Dow Jones perd¨ªa 80 puntos, pero nadie parec¨ªa atribuirlo a sus palabras. Y cerr¨® en positivo. Pese a algunos alarmismos que precedieron a estas reformas -miles de lobbystas en Washington y millones de d¨®lares gastados en los ¨²ltimos meses por la C¨¢mara de Comercio y las firmas financieras para impedir la ley-, la econom¨ªa norteamericana no va a caer en manos del Estado.
No hay drama. "En ¨²ltima instancia", como dijo el presidente Obama, "nuestro sistema s¨®lo es realmente libre cuando existe una salvaguarda, cuando estamos seguros de que es m¨¢s rentable jugar de acuerdo a las normas que burlarlas".
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