La nueva regulaci¨®n llega demasiado pronto, seg¨²n el FMI
Strauss-Kahn cree que la rapidez puede dificultar una respuesta "global y coordinada" a la crisis financiera
Obama ri?e a la banca por resistirse con u?as y dientes a la reforma financiera. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) rega?a a Obama por ir demasiado deprisa. As¨ª son las cosas en las procelosas aguas de la banca: los chanchullos de Goldman Sachs han dado alas a la Administraci¨®n estadounidense, que por fin empieza a dar velocidad a una reforma que sigue varada en el resto del mundo. Pero esa aceleraci¨®n despierta recelos. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se aline¨® ayer sorprendentemente con las resistencias de la banca al asegurar que las propuestas de Obama llegan "demasiado pronto". Aunque por razones distintas a las de los bancos: "EE UU quiere dar una mayor velocidad a la reforma financiera, pero el riesgo es que esas medidas dificulten una respuesta global y coordinada", aclar¨® Strauss-Kahn en la apertura de la reuni¨®n de primavera del Fondo.
C¨®modo, muy c¨®modo ante una veintena de c¨¢maras y una nube de periodistas, Strauss-Kahn -socialista franc¨¦s y m¨¢ximo ejecutivo del FMI, atributos que en otros tiempos hubieran sido una contradicci¨®n en toda regla- domina la escena y suele dejar un par de frases redondas en todas sus comparecencias. Ayer no fall¨®: "El mundo sigue siendo un lugar peligroso", espet¨® apuntando a quienes siguen haciendo las cosas como si la peor recesi¨®n desde la II Guerra Mundial no hubiera cambiado nada.
El mensaje ten¨ªa un destinatario claro: "Es hora de reformar la banca", dijo poco antes del esperado discurso del presidente norteamericano ante Wall Street. La paradoja es que inmediatamente despu¨¦s dio ese toque de atenci¨®n al presidente Obama, cuya efervescencia reformista se ha desencadenado por la ira popular desatada tras el esc¨¢ndalo de Goldman Sachs. Aun as¨ª, Obama "no est¨¢ demasiado lejos de las iniciativas del FMI", reconoci¨® a rega?adientes.
"No hace falta que tengamos exactamente la misma regulaci¨®n en todas partes, pero s¨ª que las medidas tengan consistencia y no creen problemas", dijo Strauss-Kahn. El objetivo es impedir que la banca haga lo que se denomina arbitraje regulatorio, la forma m¨¢s fina de decir que las entidades se saltan barreras regulatorias operando en el pa¨ªs donde las normas son menos duras.
La banca se enfrenta a cambios que deber¨ªan hacer a?icos un modelo que fracas¨® estrepitosamente: el FMI y el G-20 llevan meses liderando iniciativas que terminar¨¢n con reformas en tres ¨¢mbitos. Por un lado, mayores requisitos de capital y liquidez para evitar el uso abusivo de endeudamiento, es decir, para conseguir una banca m¨¢s aburrida pero m¨¢s s¨®lida. Adem¨¢s, regular las entidades demasiado grandes para caer e impedir as¨ª que la quiebra de un banco arrastre a toda la econom¨ªa, como sucedi¨® con Lehman Brothers. Y tres: el FMI propondr¨¢ hoy al G-20 medidas para que los bancos paguen por lo que hicieron, con un lema sencillo: quien contamina, paga. Se trata de una tasa fija sobre el pasivo (b¨¢sicamente, sobre los productos financieros que implican mayores riesgos) con el objetivo de que los bancos contribuyan a financiar sus propios rescates. Y de un impuesto sobre los beneficios con la misma finalidad.
Pero los desaf¨ªos no se centran s¨®lo en una banca a la que le queda a¨²n un largo invierno del descontento, tanto por las reformas pendientes como por las p¨¦rdidas que a¨²n no han aflorado. Strauss-Kahn y John Lipsky, economista del Fondo, reiteraron que la recuperaci¨®n est¨¢ llegando m¨¢s pronto y m¨¢s r¨¢pido de lo esperado, y sin embargo algunos riesgos no han desaparecido y otros est¨¢n emergiendo. "El desempleo sigue subiendo en muchos pa¨ªses y mientras eso suceda no podremos decir que la crisis ya ha quedado atr¨¢s; la demanda privada empieza a recuperarse pero sigue d¨¦bil, y mientras no se sostenga por s¨ª sola hay que mantener las pol¨ªticas de est¨ªmulo", explic¨®.
A la vez, la obsesi¨®n por la deuda empieza a calar tambi¨¦n en el Fondo, que hasta ahora ha incentivado la respuesta sin precedentes de los Gobiernos para evitar una depresi¨®n. "La deuda en los pa¨ªses avanzados pasar¨¢ del 80% al 115% del PIB en 2014", dijo Strauss-Kahn, que tiene su propio diagn¨®stico sobre las causas de ese incremento: "Una d¨¦cima parte de esa nueva deuda es atribuible a los est¨ªmulos; el resto a la crisis, que ha reducido los ingresos p¨²blicos y ha aumentado los gastos".
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