Garnacha blanca

Hasta hace poco, decir vino de cooperativa y salir corriendo era todo uno. Hoy, algunos de los mejores tintos, y ciertos blancos, se elaboran en sus renovadas instalaciones. Si a esto a?adimos la recuperaci¨®n de variedades aut¨®ctonas, el panorama resulta alentador. Es lo que hace Agr¨ªcola Sant Josep, con 8.500 hect¨¢reas de vi?edo en la denominaci¨®n de origen Terra Alta.

Han decidido sacar partido a sus viejas cepas de garnacha blanca, con medio siglo de vida, de tronco aparentemente seco, savia lenta y producci¨®n agotadora. De ellas, con mimo encomiable, obtienen un mosto cargado de esencias, que fermentan en barricas de roble nuevo Allier y otros bosques franceses; luego lo dejan en d¨²ctil crianza durante seis meses. Es el blanco Ll¨¢grimes de Tardor, lloro oto?al del vi?edo olvidado que se salva del arranque. El amante del vino con personalidad tiene motivos para alegrarse: aroma complejo, delicado, con abundante frutosidad ex¨®tica y tropical, enriquecida por la presencia de especias y tostados. Una inhalaci¨®n profunda desvela gr¨¢ciles notas perfumadas de flor blanca, la tenue atm¨®sfera de hierbas arom¨¢tica, el fosco paisaje de humo y vainilla. En boca, la amplitud gustativa se envuelve en liviana suavidad; la placentera lentitud del fluir se aferra al recuerdo fresco y soleado de la golosa fruta bien madura.