El ancla espiritual del candidato ateo
El d¨ªa en que fueron convocadas las elecciones generales, Miriam Gonz¨¢lez Durantez acud¨ªa como siempre a su despacho en una firma de abogados de Londres. Por supuesto que participar¨ªa en la campa?a de su marido, Nick Clegg, pero s¨®lo "cuando no est¨¦ trabajando ni tenga a los ni?os", dijo entonces. La apostilla de su pareja -"no creo que Miriam se vea a s¨ª misma como un arma secreta, ni yo tampoco"- pretend¨ªa ser el reverso de la definici¨®n que el conservador David Cameron suele hacer de su esposa, Samantha, inmersa en el carrusel electoral. Hasta en eso "los liberales-dem¨®cratas hacemos las cosas de forma diferente a los dos viejos partidos". Es el mensaje que se buscaba transmitir.
Por el momento, el despegue de las expectativas de Clegg no se ha traducido en una mayor presencia p¨²blica de esta espa?ola nacida en Olmedo (Valladolid) hace 42 a?os, madre de tres hijos, abogada especializada en comercio y telecomunicaciones. Y precisamente esa dosificaci¨®n le ha procurado una tremenda atenci¨®n medi¨¢tica. Si las fotograf¨ªas de Sarah Brown y Samantha Cameron se suceden casi a diario, captar una imagen de Miriam Gonz¨¢lez en campa?a encarna la novedad, como ocurri¨® a ra¨ªz de su estreno en un acto electoral en Sheffield. Era s¨¢bado y los ni?os (Antonio, Alberto y Miguel, nombres que compensan el apellido ingl¨¦s del padre) estaban de vacaciones con su abuela en Espa?a. "No puedo abandonar mi empleo durante cinco semanas, pero eso le ocurre a mucha gente", es una declaraci¨®n con la que pueden identificarse tantas votantes.
Esa elegancia informal, sus bolsos ecol¨®gicos o la decisi¨®n de no adoptar el apellido del marido contribuyen a fijar esa imagen de modernidad que los liberales- dem¨®cratas reivindican como marca. Al tiempo que cubre otros flancos, cuando la prensa conservadora se est¨¢ cebando en la radicalidad de Clegg: la hija del ex senador del Partido Popular Antonio Gonz¨¢lez Caviedes aparece como el alma mater de la familia, una cat¨®lica que cr¨ªa a sus reto?os en esa fe mientras el padre se declara ateo. Que el protagonismo de Miriam se limite a las jornadas de asueto quiz¨¢ no sea un gesto calculado, pero ella admite: "Siendo la hija de un pol¨ªtico, ya sab¨ªa lo que me esperaba".
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