La guerra afgana hostiga al Gobierno alem¨¢n
Las muertes de soldados ahondan la divisi¨®n en la coalici¨®n de Merkel
La coalici¨®n de la democristiana Angela Merkel (CDU) con los liberales del FDP se presenta en dos semanas a una importante rev¨¢lida regional. En Renania del Norte-Westfalia, una coalici¨®n an¨¢loga a la de Merkel se juega la reelecci¨®n. Perder el Gobierno del Estado federal m¨¢s poblado e industrializado del pa¨ªs ser¨ªa ya un sonoro rev¨¦s para la canciller, pero a¨²n m¨¢s grave ser¨ªa la consiguiente p¨¦rdida de la mayor¨ªa en la C¨¢mara alta del Parlamento federal (Bundesrat), con amplias competencias legislativas.
Democristianos y liberales han tratado de enterrar en los ¨²ltimos meses sus notorias diferencias en materia fiscal. Adem¨¢s, Merkel ha intentado a toda costa no escandalizar a sus votantes con su actuaci¨®n en el culebr¨®n de las ayudas a Grecia, que adem¨¢s es una fuente inagotable de discusiones entre FDP y CDU/CSU. Estos esfuerzos por lograr la armon¨ªa se han visto saboteados en abril por la repatriaci¨®n de siete cad¨¢veres de soldados muertos en Afganist¨¢n. Los medios y los pol¨ªticos alemanes siguen enzarzados en un largo debate terminol¨®gico: ?Guerra o no guerra? Mientras, la ciudadan¨ªa ni apoya ni entiende la misi¨®n afgana. Merkel asisti¨® ayer en Baviera al segundo funeral militar en dos semanas.
La canciller asisti¨® ayer al segundo funeral militar en apenas 15 d¨ªas
La alianza se juega mucho en las regionales de Renania del Norte
En el Parlamento federal, s¨®lo La Izquierda est¨¢ en contra del mandato militar en Afganist¨¢n. Pero la calle es otra cosa. Seg¨²n la televisi¨®n p¨²blica ARD, el 70% de los ciudadanos quiere que las tropas vuelvan "lo antes posible" y s¨®lo el 26% aprueba su permanencia. El Bundestag (C¨¢mara baja) aprob¨® en febrero el env¨ªo de hasta 5.350 soldados al norte afgano. Alemania tiene el comando militar en la zona norte, una de las cuatro regiones militares en las que la ISAF divide Afganist¨¢n. Despu¨¦s de la invasi¨®n de 2001, era relativamente pac¨ªfica, pero los combates y los atentados se han recrudecido en los ¨²ltimos a?os. Alemania ha ido aumentando desde 2002 su presencia militar en el pa¨ªs centroasi¨¢tico, hasta alcanzar los 4.400 soldados que mantiene actualmente. La repatriaci¨®n de los cad¨¢veres ha atizado el debate sobre una guerra disfrazada de misi¨®n humanitaria.
El Gobierno cuenta respecto a Afganist¨¢n con el apoyo expl¨ªcito de la oposici¨®n socialdem¨®crata (SPD) y tambi¨¦n de Los Verdes. El jueves, la canciller defendi¨® la misi¨®n "por encima de cualquier duda constitucional o jur¨ªdica" ante el Parlamento. No obstante, dijo "entender bien" que muchos hablen de guerra. Tras a?os de minimizarlo, la nueva estrategia del Gobierno es hablar abiertamente del conflicto y de los muertos y heridos. El 9 de abril, Merkel dio el primer paso interrumpiendo sus vacaciones canarias para asistir al funeral por tres fallecidos en los combates de Viernes Santo. Nunca lo hab¨ªa hecho antes. Ayer asisti¨®, junto al ministro de Exteriores, Guido Westerwelle (FDP), y el de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg (CSU), al funeral de cuatro ca¨ªdos la semana pasada.
El bar¨®n de Guttenberg es uno de los ministros m¨¢s populares del castigado Gabinete de Merkel. Durante su tercera visita por sorpresa a las tropas de Afganist¨¢n, el b¨¢varo prometi¨® este mes nuevas armas a los soldados. La popularidad de Guttenberg y su puesta en escena como hombre cercano a la tropa arrojan una sombra constante sobre el liberal Westerwelle, cuya actuaci¨®n al frente de Exteriores no le ha granjeado las simpat¨ªas que los alemanes brindan tradicionalmente a sus ministros m¨¢s viajeros.
Mientras que Merkel trataba de evitar un tono belicista en su discurso del jueves, Guttenberg advirti¨® ayer al Ej¨¦rcito de que "la muerte y las heridas acompa?ar¨¢n a nuestras operaciones" militares, "no s¨®lo en Afganist¨¢n". El diario berlin¨¦s TAZ, cercano a Los Verdes, llama a Guttenberg "ministro de la Guerra".
Guttenberg tambi¨¦n parece estar saliendo indemne del esc¨¢ndalo m¨¢s sangriento de la historia militar alemana reciente. Cuando asumi¨® el cargo en octubre, el flamante ministro calific¨® de "apropiado" el bombardeo ordenado un mes antes por un oficial alem¨¢n en Kunduz. Tras conocerse p¨²blicamente la muerte de decenas de civiles en ese bombardeo y los errores en su ejecuci¨®n, Guttenberg despidi¨® al jefe del Ej¨¦rcito y a su secretario de Estado, alegando que hab¨ªan ocultado informaciones. Despu¨¦s de escuchar su testimonio ante la comisi¨®n parlamentaria que investiga los hechos, el SPD acus¨® el viernes a Guttenberg de "abuso de poder" sobre dos "cabezas de turco".
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