Regular para prevenir
Uno de los efectos de la crisis es la erosi¨®n de la fiabilidad de instituciones como el G-20
La revitalizaci¨®n del G-20 fue una de las consecuencias de la toma de conciencia por parte de las principales econom¨ªas de la influencia de la desregulaci¨®n en la crisis financiera iniciada en 2007. El G-20, en el que concurren econom¨ªas avanzadas y las m¨¢s din¨¢micas de las consideradas emergentes, se plante¨® una prometedora agenda en torno a la regulaci¨®n financiera global. Los avances de ese grupo no han sido hasta ahora significativos, incluida la reuni¨®n que acaban de celebrar en Washington los ministros de Finanzas.
Se ha avanzado poco en las direcciones b¨¢sicas necesarias para prevenir futuras crisis. La principal prioridad es una regulaci¨®n financiera que, partiendo de la experiencia de esta crisis, extienda su cobertura geogr¨¢fica hasta hacerse verdaderamente global como lo son las actividades de los operadores financieros. Los Gobiernos y supervisores no s¨®lo tienen que procurar garantizar a los ciudadanos que sus medios, habilidades y decisiones son acordes con la magnitud de los da?os potenciales; tambi¨¦n ha de aprestarse a recuperar el dinero de los contribuyentes empleado en salvar bancos, como har¨¢ la Administraci¨®n estadounidense. Adem¨¢s, es razonable la propuesta del FMI de introducir una tasa a todo tipo de instituciones financieras con el fin de constituir un fondo para financiar eventuales rescates. Se tratar¨ªa de un mecanismo, complementario a los fondos de garant¨ªa de dep¨®sitos, que evite que sea el contribuyente quien financie los errores, o tropel¨ªas, de los bancos.
La incapacidad de los ministros para enviar una se?al de acuerdo en esos temas acent¨²a la desafecci¨®n de los ciudadanos. Nunca como ahora eran tan necesarias las habilidades de pol¨ªticos y supervisores bancarios, pero la impresi¨®n que transmiten es de impotencia. Al inventario de destrozos originados por la crisis habr¨¢ que a?adir esa erosi¨®n en la fiabilidad de las instituciones, incluyendo las de ¨¢mbito internacional, para no agravar los efectos de la crisis en sus propios miembros, como el caso de Grecia est¨¢ demostrando.
Ese fue el principal tema tratado en Washington. Sin embargo, la conclusi¨®n de que, si no se soluciona el agujero fiscal heleno, hay un riesgo cierto de contagio que pondr¨ªa en cuesti¨®n la incipiente recuperaci¨®n, no impidi¨® que ayer los ministros econ¨®micos de Alemania y Francia cuestionaran la concesi¨®n de la ayuda solicitada por Atenas, condicion¨¢ndola a garant¨ªas sobre la viabilidad de su compromiso de ajuste.
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