Un juez reabre un crimen ya juzgado por la declaraci¨®n de un nuevo testigo
El testimonio exime a un hombre que cumple 13 a?os de prisi¨®n por la muerte
Rosario Porras saca del bolso una fotograf¨ªa de su hijo. Pide que lo mire, como si en los ojos de este hombre de 22 a?os, y la amplia sonrisa que esboza al abrazar a su madre, pudiera captarse su inocencia. Ella y L¨¢zaro Peinado, el padre del chico, llevan dos a?os y medio luchando para demostrar que Francisco, el joven que posa con un pasillo penitenciario de fondo, no apu?al¨® a un chaval de 17 a?os llamado Jos¨¦ Pedro Fern¨¢ndez en las inmediaciones de una zona de copas de Benalm¨¢dena (M¨¢laga) una madrugada fat¨ªdica de 2007. Francisco est¨¢ cumpliendo una pena de 13 a?os de c¨¢rcel por homicidio. Pero ellos, y su hijo, insisten en que el culpable sigue libre.
El 20 de octubre de 2009, hace ya seis meses, un supuesto testigo del apu?alamiento declar¨® en la comisar¨ªa provincial de M¨¢laga que el autor de la muerte de Jos¨¦ Pedro fue otra persona. Este hallazgo, unido a las reclamaciones hechas por los padres del condenado ante el Defensor del Pueblo y la Fiscal¨ªa de M¨¢laga, han hecho que el juzgado n¨²mero 4 de Torremolinos abriera unas nuevas diligencias hace aproximadamente dos meses.
El apu?alamiento ocurri¨® en 2007 en una zona de copas de Benalm¨¢dena
De la alegr¨ªa inicial, han pasado a la necesidad de que las pesquisas avancen. "No se ha dado parte a la Guardia Civil, ni al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa para que se haga una investigaci¨®n, tampoco han citado todav¨ªa al testigo para que preste declaraci¨®n en el juzgado", se quejan. El 25 de marzo, el juzgado les inform¨® de que "no era el momento procesal oportuno" de hablar con el nuevo testigo, porque todav¨ªa est¨¢n esperando que les llegue el sumario, que debe entregar la sala del jurado en la que su hijo fue juzgado. Pero el tiempo pasa, y Francisco sigue preso.
La posible existencia de otro sospechoso arroja luz sobre una serie de interrogantes no resueltos durante el juicio: como el hecho de que los testigos aseguraran en un primer momento que el autor del apu?alamiento era de tez morena (el condenado tiene la piel blanca); que la ropa que supuestamente usaba el sospechoso no encajaba con la que llevaba Francisco; as¨ª como la ausencia de restos de ADN del fallecido en la ropa o el coche de Francisco, ni viceversa. "No pedimos que lo dejen en libertad, s¨®lo que se investigue", insiste Rosario Porras. "Se le ha condenado por la declaraci¨®n de una testigo, que adem¨¢s cambi¨® su versi¨®n en muchas ocasiones. No hay m¨¢s".
La noche del apu?alamiento, Francisco estuvo tomando una litrona con un amigo de 17 a?os -que fue juzgado por separado por ser menor y absuelto- en las inmediaciones de una zona de ocio de Benalm¨¢dena. Seg¨²n su testimonio, se acerc¨® al grupo de j¨®venes entre los que estaba el fallecido, particip¨® en una discusi¨®n, pero despu¨¦s se march¨® del lugar y fue a recoger su coche. La Polic¨ªa Local encontr¨® a los dos j¨®venes poco despu¨¦s de tener un accidente y les detuvo. "Mi hijo llam¨® a la gr¨²a a las 06.26, un minuto despu¨¦s de que una de las chicas que estaba con el joven apu?alado avisara al 112. Entre el lugar donde muri¨® y el sitio del accidente hay 986 metros de distancia, no se puede recorrer ese espacio en un minuto", asegura Rosario.
Francisco se ha mantenido durante todo este tiempo en que no conoc¨ªa de nada al fallecido, ni ten¨ªa motivos para matarle. Durante el juicio le ofrecieron conformarse con una condena de ocho a?os de prisi¨®n si se declaraba culpable, pero volvi¨® a insistir en su inocencia. Ahora se agarra a esta nueva investigaci¨®n.
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