El estigma de ser gitano y rumano en Badalona

Simona pasa el d¨ªa rebuscando entre los contenedores de basura de Badalona. Busca cualquier cosa que pueda consumir, vender o utilizar: comida de supermercado, bambas de imitaci¨®n y pl¨¢stico negro, y sobre todo chatarra. "Yo me dedico a eso, a recoger y vender chatarra. Estoy todo el d¨ªa de un lado para otro", asegura la joven, de ojos azul celeste y tez morena. S¨®lo lleva 10 meses en la ciudad, pero su castellano es m¨¢s que aceptable. Todas sus energ¨ªas se centran en lograr, al t¨¦rmino de una jornada pateando la ciudad, "10 o 15 euros".

Para Simona, gitana y rumana -dos condiciones que se han convertido en un estigma-, todo lo dem¨¢s importa m¨¢s bien poco. Y menos que nada, la pol¨¦mica desatada en la ciudad por los panfletos del PP que vinculan el colectivo a la delincuencia. "No sab¨ªa nada", afirma, sonriente, la joven, que es consciente de la "mala fama" de su gente. Simona acepta que algunos de ellos se ganan la vida de forma il¨ªcita -robando cable de cobre en las empresas, carteras en las calles o productos en las tiendas-, pero tampoco le angustia.

Los expertos alertan del riesgo de represalias contra el colectivo

"Hay gente que roba, pero es malo porque acabas en la c¨¢rcel. Yo me dedico a la chatarra y mi marido tambi¨¦n. Tenemos que ganar todo el dinero que podamos para nuestros hijos", dice poco antes de abrir un contenedor de basura, meter la cabeza dentro y remover el contenido con una barra de hierro. En ocasiones, busca con tanto ah¨ªnco que despega los pies del suelo y parte de su cuerpo queda, colgando, dentro del contenedor gris.

Aunque Simona no sea consciente de la pol¨¦mica generada en Badalona, hay quien cree que la campa?a liderada por el popular Xavier Garc¨ªa Albiol tendr¨¢ consecuencias. "Ellos tambi¨¦n ven la televisi¨®n. Y es normal que se sientan nerviosos y ofendidos", asegura Pablo Hern¨¢n, regidor de Llefi¨¤ y La Salut. Los sucesivos conflictos no han originado, hasta ahora, episodios de violencia o acoso hacia el colectivo. Un experto en seguridad ciudadana ligado a Badalona opina que iniciativas como la de Garc¨ªa Albiol "dan carta de libertad al que piensa que se puede tomar la justicia por su mano; la fractura social est¨¢ ah¨ª".

Los rumanos de etnia gitana pasan parte del d¨ªa en la calle. Se re¨²nen, a veces de forma masiva, en plazas de los barrios de Badalona -en especial, las de Camar¨®n de la Isla, Antonio Machado y Salvador Allende- para hablar y comer. "Hacen un uso del espacio p¨²blico distinto y m¨¢s intensivoque el que conocemos", admiten fuentes municipales. A la inmensa mayor¨ªa de ellos les resulta dif¨ªcil encontrar trabajo. Por eso, los que pueden se dedican a vender chatarra. Dos o m¨¢s familias suelen convivir en un mismo piso, que por lo general alquilan a propietarios de origen paquistan¨ª.

Si en la calle el estigma no es evidente, s¨ª lo es en el ¨¢mbito de las entidades que defienden los derechos de los gitanos. "El folleto y las declaraciones de Garc¨ªa Albiol criminalizan a un colectivo. Conocemos las dificultades de convivencia en los barrios. Tambi¨¦n conocemos la existencia de pr¨¢cticas delictivas y situaciones ilegales entre algunas familias, pero no por eso se puede estigmatizar al conjunto de la comunidad", subraya la Fundaci¨®n Secretariado Gitano.