Y la broma pop se hizo carne
El grupo virtual Gorillaz, liderado por Damon Albarn, arrasa en el mundo real con dos conciertos retransmitidos en directo por Internet en 170 pa¨ªses
Tiene gracia que un grupo que surgi¨®, literalmente, de las ganas de "hacer algo mejor que la basura que sale en MTV", acabe siendo retransmitido en streaming por dicha cadena en 170 pa¨ªses y 600 millones de hogares. M¨¢s hilarante deber¨ªa ser que el proyecto virtual del talentoso Damon Albarn, cuya formaci¨®n original de brit-pop (Blur) no se comi¨® un rosco en Estados Unidos, hubiera necesitado hasta ahora que el guapo y carism¨¢tico l¨ªder se escondiera detr¨¢s de un tel¨®n en los conciertos para convertirse en uno de los best sellers norteamericanos. Y es para troncharse que Gorillaz, lo que comenz¨® como una broma art¨ªstica del propio Albarn y del dibujante de c¨®mic Jamie Hewlett (Tank Girl), haya terminado por ser su proyecto m¨¢s serio, del que han vendido ya m¨¢s de 12 millones de copias. ?Su triunfo o el de la industria? Qui¨¦n sabe. Pero son de divertirse hasta morir.
Es el proyecto m¨¢s personal de uno de los chicos de oro del 'brit-pop'
Fueron dos horas que dieron como resultado una velada memorable
La banda arras¨® ayer en su segundo concierto en el teatro Roundhouse, en el barrio londinense de Camden, para el que no quedaba papel desde hac¨ªa semanas. Se trajeron casi toda la artiller¨ªa de su ¨²ltimo disco, el magn¨ªfico Plastic Beach, un juguete sonoro tan entretenido como el show que ofrecieron acompa?ados de Mos Def, De la Soul, Bobby Womack o Mick Jones y Paul Simmonon (sombrero de marinero ambos), de los m¨ªticos The Clash que, por cierto, tocaron aqu¨ª en 1976 y no se hab¨ªan vuelto a juntar desde su disoluci¨®n. Solo faltaron Snoop Dogg y Mark E Smith, que grabaron su intervenci¨®n. En cuanto a Lou Reed, que en el disco canta la maravillosa Some kind of nature... bueno, quiz¨¢ ya fue mucho que se dignase a hacerlo en el ¨¢lbum.
Porque el grupo es eso, una suave mezcla de punk, soul, hip-hop, rock, electro... Un proyecto dirigido por uno de los chicos de oro del brit-pop a quien todo sale bien, que un d¨ªa decidi¨® que ya estaba harto de preocuparse de chorradas (como el prolongado, ¨¢spero y amarillo enfrentamiento con los hermanos Gallagher, de Oasis) y se centr¨® en "ser m¨²sico, porque el resto se arregla solo". Y as¨ª, en ese alegato de normalidad y quiz¨¢ ya un tanto aburrido de que su simulacro empezara a ser m¨¢s importante que ¨¦l, se propuso Albarn por primera vez en estos dos conciertos arrebatarle el protagonismo a los cuatro dibujos animados que siempre protagonizaban los shows de Gorillaz. La noche era esta vez para los m¨²sicos de carne y hueso. Para pasarlo en grande.
Y mientras la ciudad hablaba todav¨ªa del revolc¨®n que recibi¨® Gordon Brown en el debate televisado, la ya ex banda virtual se coloc¨® por primera vez delante de la pantalla donde aparec¨ªan los animados protagonistas del grupo (Murdoc, 2D, Noodle y Russel), que incluso eran quienes hasta la fecha daban las entrevistas. No m¨¢s sombras detr¨¢s del tel¨®n. Y as¨ª, con 20 m¨²sicos sobre el escenario del viejo teatro dando la cara, arranc¨® el show con la introducci¨®n orquestal del disco y con el tema Welcome to the world of the plastic Beach.
La enorme y mutante banda (se ve que Albarn gestiona bien su agenda telef¨®nica) combin¨® canciones del nuevo ¨¢lbum con algunas de los dos anteriores que dieron pie a grandes epifan¨ªas de los artistas que hac¨ªan cola para participar en la fiesta. Por ejemplo, la leyenda del soul Bobby Womack resucit¨® su poderosa garganta a ritmo de electropop con Stylo; Shaun Ryder, el hooligan y poco confiable (especialmente para cantar) l¨ªder de los m¨ªticos Happy Mondays, se encarg¨® (sobrio pero un poco desdibujado) de dar voz al n¨²mero 1 de 2005, Dare. Para sibaritas, Bootie Brown -fundador del grupo de hip-hop californiano The Pharcyde- interpret¨® Dirty Harry; y Gruff Rhys, de Superfurry Animals, se marc¨® un duelo vocal con los raperos de De la Soul. Toma ya.
Albarn, pas¨¢ndoselo en grande, dirig¨ªa todo el circo que hab¨ªa montado, toc¨® el piano, la guitarra y solt¨® su melanc¨®lica voz en varias canciones. Cuando no hac¨ªa nada de eso, se paseaba con una bandera blanca por el escenario mientras los raperos ingleses Bashy, Kano y la Orquesta Nacional Siria interpretaban el hit White flag, tema paradigm¨¢tico del sonido electr¨®nico con p¨¢tina de tercer mundo que tanto gusta a los productores de moda. Y se conoce que tambi¨¦n a los m¨¢s de 2.000 espectadores que llenaron cada una de las dos noches el impresionante teatro circular construido en 1846, que rebot¨® un sonido bastante honesto. Dos horas de concierto en las que nadie repar¨® y que marcaron un hito en el noble arte de convertir una broma virtual en una velada real y memorable.
Babelia
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