El 'circo' de la monta?a
Muchos alpinistas de ¨¦lite critican a Oiarzabal por sus quejas contra el grupo de Oh en el rescate fallido de Calafat
Mientras una parte de la prensa espa?ola hace bandera de las graves acusaciones vertidas por Juanito Oiarzabal en el Annapurna, se?alando al equipo coreano de Oh Eun Sun y a sus sherpas como responsables subsidiarios de la muerte del mallorqu¨ªn Tolo Calafat, gran parte de los alpinistas espa?oles de ¨¦lite apenas dan cr¨¦dito a lo visto y escuchado en las ¨²ltimas horas. Himalayistas de la talla de Alberto Zerain y Juan Vallejo, escaladores de renombre como Eneko Pou o Sim¨®n El¨ªas, director del Equipo Nacional de Alpinismo, han dado un paso al frente para afear el linchamiento medi¨¢tico de los sherpas de la surcoreana y de la propia himalayista, a los que Oiarzabal acus¨® de no haberles apoyado en el rescate del mallorqu¨ªn.
"Esa no es la monta?a que amo y conozco", resume un alpinista octogenario
"No tienen la obligaci¨®n de jugarse la vida", dice un ex colega de Oiarzabal
El monta?ismo, habitual proveedor de titulares ¨¦picos o tr¨¢gicos, nunca hab¨ªa ca¨ªdo en descalificaciones p¨²blicas y acusaciones venenosas. "Siento tristeza al escuchar lo que estoy escuchando porque esa no es la monta?a que amo y conozco", ilustra un monta?ero octogenario oriundo de Oiartzun (Guip¨²zcoa) se?alando la portada de un diario local que exhibe las declaraciones m¨¢s altisonantes de Oiarzabal: "Si pillo a la coreana, le arranco la cabeza". Su opini¨®n se ha extendido como la p¨®lvora entre varios de los alpinistas espa?oles m¨¢s representativos, tipos poco dados a levantar polvaredas p¨²blicas pero que en esta ocasi¨®n han decidido, por principios, defender el aut¨¦ntico sentir del mundo de la monta?a. Ahora la incredulidad y nuevas preguntas se amontonan al pie del Annapurna.
En declaraciones a Radio Vitoria, Alberto Zerain ha querido remarcar que "en la monta?a, son los compa?eros los que velan los unos por los otros y no los sherpas de otras expediciones", recordando as¨ª que existen ciertos c¨®digos sagrados que hablan de compromiso, solidaridad y trabajo en equipo que no deben perderse de vista delegando en el trabajo de los porteadores de altura. "Pero claro, hoy en d¨ªa en las expediciones a los ochomiles no van equipos de amigos sino tipos que se unen para compartir gastos e infraestructura, luego en realidad cada uno va por libre", observa Zerain.
Cierto es que la amistad suele ser el motor mejor aprovechado en un rescate en monta?a, caso de I?aki Ochoa de Olza, fallecido hace dos a?os en el mismo Annapurna, y el rumano Horia Colibasanu, o de ?lvaro Novell¨®n y ?scar P¨¦rez, el pasado verano en el Latok II. El rescate frustrado de este ¨²ltimo fue un modelo de discreci¨®n. En esta ocasi¨®n, algunos critican la continua presencia en los medios de comunicaci¨®n de algunos monta?eros que podr¨ªan haber ido al rescate.
Juan Vallejo, muchos a?os compa?ero de expedici¨®n de Juanito Oiarzabal, considera que "los sherpas de Oh Eun Sun son seres humanos que no tienen la obligaci¨®n de jugarse la vida cuando sus fuerzas est¨¢n mermadas, cuando regresan cansados de trabajar en la monta?a. No se les puede responsabilizar de nada, ni se?alarles como culpables. De hecho, no hay culpables en este asunto, pero est¨¢ claro que son los compa?eros de expedici¨®n los que deben cuidarse entre s¨ª".
Eneko Pou considera que "el asunto del Annapurna se ha convertido en una suerte de revancha del Espa?a-Corea de f¨²tbol, un lugar en el que los coreanos son los malos. Todo esto est¨¢ en las ant¨ªpodas de los valores morales en los que me cri¨¦, valores que recordaban que el alpinismo no tiene que ver con la competici¨®n, pero s¨ª con la discreci¨®n y la solidaridad". A Sim¨®n El¨ªas, que acaba de regresar de una concentraci¨®n con el Equipo Nacional de Alpinismo, le parece que el asunto del Annapurna "es otra cosa, algo que no se parece a la monta?a y con lo que es mejor ni mezclarse".
El mismo Sim¨®n recuerda c¨®mo en 1889, el Conde Henry Russell, gran defensor de la monta?a rom¨¢ntica, abronc¨® a Celestin Passet unos metros por debajo de la cima del Vignemale. Passet acababa de escalar el Couloir de Gaube, uno de los retos del momento, y Russell le increp¨®: "?Qu¨¦ queda ahora, escalarlo de espaldas?"
El conde intu¨ªa ya el circo en el que se ha convertido las ascensiones a los ochomiles, aunque siempre queda un hueco para la esperanza: ayer Sonam y Dawa, los sherpas que intentaron el rescate de Calafat y que renunciaron a bajar en helic¨®ptero, unos dicen que por miedo, otros que porque no pod¨ªan dejar all¨ª todo el material, perdieron el contacto con el campo base. Estuvieron desaparecidos unas horas y sus compa?eros se temieron lo peor, inform¨® el equipo de Carlos Pauner desde Zaragoza. El asturiano Jorge Egocheaga y el rumano Horia Colibasanu ya estaban dispuestos a salir al rescate cuando los sherpas llegaron por sus medios. La historia esta vez tuvo un final feliz.
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