A pantal¨®n quitado
Los Stooges convencen a 2.000 personas con un concierto de rock machote
![Carlos Marcos](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F19d07a27-6efe-4aed-84da-92a8699499e7.jpg?auth=9f96ea98db03634757a8e19c7de878fd8d06c4694cfebd1df274cee4844fa40a&width=100&height=100&smart=true)
S¨ª, todo lo que cuentan es rigurosamente cierto. Que se lanza al p¨²blico despu¨¦s de una generosa carrerilla; que golpea con violencia el micr¨®fono contra el suelo; que sube al escenario a una veintena de espectadores a cantar y bailar con ¨¦l; que se pasa buena parte del concierto en el foso d¨¢ndose manotazos con los valientes de las primeras filas; que seg¨²n va desarroll¨¢ndose el recital se le van bajando los pantalones... Todo es muy cierto.
Como que hubo un momento especialmente grotesco, cuando interpret¨® I wanna be your dog. Iggy se arroj¨® al p¨²blico y cuando regres¨® (ups), la parte posterior de sus vaqueros hab¨ªan bajado tanto que mostraban el trasero al completo. Cuidado: estamos hablando de un se?or de 63 a?os. Iggy se qued¨® de culo a los espectadores (y, cr¨¦anme, no es figurado) y ?en posici¨®n canina! Un cuadro. El pobre asistente que tiene el m¨²sico en un lateral del escenario para nutrirle de botellas de agua y otros menesteres no sab¨ªa c¨®mo reaccionar. El hombre (ya de cierta edad) dio un par de pasos y se qued¨® en el centro del escenario, congelado, con una toalla en la mano y mirando las posaderas de Iggy. La gente gritaba (?o eran carcajadas?). La m¨²sica continu¨®, Iggy se levant¨® y termin¨® la canci¨®n con el pantal¨®n amenazando con escurrirse hasta sus tobillos. Cuando finaliz¨® el tema, bram¨®, en ingl¨¦s: "Joder, dejadme que me suba los pantalones". El sufrido sirviente ya hab¨ªa vuelto a su rinc¨®n del escenario, con la cara deformada por el estr¨¦s.
El recital supo a poco a los espectadores, que pagaron 55 euros
La gira se centra en el tercer y ¨²ltimo disco de la banda 'Raw power'
As¨ª son las cosas cuando Iggy Pop se presenta en concierto: animales, viscerales, groseras, sudorosas, rockeras. Se reuni¨® en La Riviera buena parte del rocker¨ªo setentero madrile?o. La mayor¨ªa p¨²blico masculino, muchos de ellos patilludos lectores de revistas como Ruta 66. Porque Iggy y sus Stooges funcionan como una de esas sectas musicales que no se ponen a prueba en una noche. Sus conciertos son grandes celebraciones, o celebraciones grandes. No queda otra. S¨ª, es cierto que si ya le has visto en m¨¢s de una ocasi¨®n el impacto est¨¢ amortiguado e incluso alguno de sus numeritos te parecen caricaturescos. Pero para los que asisten por primera vez al ritual se considera como una de las experiencias m¨¢s salvajes.
A falta de nuevas canciones, Iggy llena una y otra vez el tanque de gasolina de los Stooges, aquella panda de drogotas que creara, a finales de los sesenta, los cimientos del punk cuando los Pistols y los Ramones luc¨ªan acn¨¦. Si hace unas temporadas basaba su espect¨¢culo en los dos primeros ¨¢lbumes de los Stooges, esta gira se centra en el tercero y ¨²ltimo, Raw power (1973). Y por ello ha recuperado a James Williamson (60 a?itos), guitarra correosa de aquella ¨¦poca, que anoche cumpli¨® con profesionalidad. Iggy arranc¨® a patadas, con Raw Power y un turbulento Search and destroy.
Durante 75 minutos (algunos se quejaron: quer¨ªan m¨¢s por los 55 euros de la entrada) ofreci¨® casi todos los cl¨¢sicos de los Stooges, rock machote, tosco, elemental, primario. Tras el ¨²ltimo acorde, el m¨²sico embisti¨® de nuevo contra el p¨²blico. La ¨²ltima imagen que se vio fue a Iggy despidi¨¦ndose de la gente con sus tejanos desliz¨¢ndose otra vez entre sus piernas.
![Recital de Iggy Pop y su banda, los Stooges, anoche en la sala La Riviera.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7OZFLQK7VH7FM7CA2PHWHWJB24.jpg?auth=929c57ed0006f55a0433edd62568d33b5334408c2a3891f141ff4c08a6112afb&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Carlos Marcos](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F19d07a27-6efe-4aed-84da-92a8699499e7.jpg?auth=9f96ea98db03634757a8e19c7de878fd8d06c4694cfebd1df274cee4844fa40a&width=100&height=100&smart=true)