La viuda del ¨²ltimo fusilado por Franco presenta una demanda
Pide responsabilidades en Argentina por el asesinato
Treinta y cinco a?os despu¨¦s del fusilamiento de Luis S¨¢nchez Bravo, condenado a muerte por el ¨²ltimo consejo de guerra de la dictadura franquista, su viuda ha decidido presentar una demanda en Buenos Aires para pedir responsabilidades. Silvia Carretero ten¨ªa 21 a?os y estaba embarazada cuando fue detenida y torturada por la Guardia Civil en la localidad espa?ola de Badajoz por su militancia en la FUDE (Federaci¨®n Universitaria Democr¨¢tica Espa?ola), la secci¨®n universitaria de la organizaci¨®n armada FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).
Su marido, tambi¨¦n de 21 a?os y miembro del FRAP, hab¨ªa sido detenido, juzgado por el asesinato del teniente de la Guardia Civil Antonio Pose y condenado a muerte en el ¨²ltimo consejo de guerra de la dictadura franquista. Pese a la presi¨®n internacional y las gestiones del Vaticano para tratar de frenar los fusilamientos, la sentencia se cumpli¨® el 27 de septiembre de 1975 -apenas dos meses antes de la muerte del dictador- y S¨¢nchez Bravo fue uno de los cinco ¨²ltimos ejecutados por el r¨¦gimen de Francisco Franco.
Su esposa fue recluida en la c¨¢rcel madrile?a de Yeser¨ªas sin juicio hasta que un informe m¨¦dico, que advert¨ªa de los peligros que supon¨ªa el encarcelamiento para su embarazo, le permiti¨® quedar en libertad provisional. Silvia Carretero huy¨® a Par¨ªs, donde tuvo una hija, y no regres¨® a Espa?a hasta finales de 1976, despu¨¦s de la primera amnist¨ªa general.
La mujer ha decidido denunciar ahora el caso de S¨¢nchez Bravo y el suyo propio para exigir que se declare la ilegalidad del tribunal que conden¨® a muerte a su marido. Afirma que ha mantenido un largo silencio porque consideraba que no se daban las condiciones en Espa?a para denunciar los hechos. "Reclamo que se juzgue a todas las personas que participaron en esa represi¨®n", afirma la mujer, que defiende la inocencia de S¨¢nchez Bravo y asegura que le arrancaron su confesi¨®n con torturas.
Su demanda incluye a los responsables de sus propias torturas, de las que todav¨ªa tiene marcas en las manos y las mu?ecas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.