El sector forestal perdi¨® 3.300 empleos en 2009 y un 30% de la facturaci¨®n
Las empresas madereras arremeten contra la Xunta por falta de planificaci¨®n
Sin datos oficiales en la mano -los ¨²ltimos son de 1998-, la industria de la madera planifica a ciegas un incierto futuro que, de momento, arroja menos competitividad, menos empleo -en 2009 se perdieron 3.300 puestos de trabajo- y menos materia prima. Mientras el conselleiro de Econom¨ªa, Javier Guerra, promociona un ambicioso plan para la internacionalizaci¨®n de las firmas gallegas a la conquista de los mercados "m¨¢s competitivos del mundo", los aserraderos auton¨®micos que, seg¨²n el sector, "se est¨¢n partiendo el cobre en el extranjero", ven c¨®mo los n¨®rdicos les comen terreno por la falta de implicaci¨®n de la Xunta.
Al director de la Asociaci¨®n Galega Monte Industria, Juan Picos, no le duelen prendas en advertir al Ejecutivo de Feij¨®o del peligro al que aboca al sector forestal, del que dependen 26.000 familias, si no planifica sus pol¨ªticas sobre datos actualizados. Lo que no es aceptable, explica, es sentar las directrices institucionales bas¨¢ndose en una fotograf¨ªa -el Inventario de Recursos Forestales del Ministerio de Medio Ambiente cifr¨® en 2,9 millones de hect¨¢reas el monte gallego en 1998- que se sac¨® hace una d¨¦cada, cuando se apostaba por la regeneraci¨®n forestal y las cruentas oleadas de incendios de 2005 y 2006 no hab¨ªan carbonizado a¨²n el frondoso paisaje galaico. M¨¢s a¨²n en una industria que dise?a su estrategia en funci¨®n de la disponibilidad de una materia prima que va a menos.
Los datos sobre los recursos que hay llevan una d¨¦cada sin actualizarse
Las talas cayeron el a?o pasado un 22% y la facturaci¨®n, un 28%
La producci¨®n de madera est¨¢ en auge en Asia y Sudam¨¦rica
"Cada vez somos menos competitivos", lamenta un portavoz de la patronal
Es una de las grandes asignaturas pendientes de Galicia que, volcada como est¨¢ hacia la costa, apenas toma el pulso a su coraz¨®n verde. Con un plan forestal que nunca lleg¨® a culminar, una ley de montes que enfila ya su segundo borrador y el progresivo abandono del rural, el escenario resulta preocupante para un sector en el que Galicia ha sido pionera. "Nadie tiene dudas del potencial" gallego en este ¨¢mbito; la mala noticia es que "cada vez somos menos competitivos", alerta Picos.
La FAO acaba de publicar su ¨²ltimo informe sobre los recursos forestales (renueva los datos cada dos o tres a?os), en el que se certifica el auge del sureste asi¨¢tico y Sudam¨¦rica en la producci¨®n maderera, que pronto mirar¨¢n hacia el mercado europeo, donde la madera es el producto m¨¢s consumido tras el petr¨®leo. Otros mercados est¨¢n cayendo, "como el norteafricano", abierto por los aserraderos gallegos que ven c¨®mo los n¨®rdicos les "han echado".
Las plantaciones de pino y eucalipto "est¨¢n estancadas", dicen, y las especies aut¨®ctonas "crecen m¨¢s por abandono que por planificaci¨®n". Entre 1986 y 1998 hubo un aumento notable de recursos forestales que llev¨® a la industria a realizar fuertes inversiones, no tanto para construir nuevas f¨¢bricas como para ampliar las existentes. Plantas que hoy funcionan a medio gas porque la materia prima supone el 60% de los costes de estas factor¨ªas, para las que es clave conocer si tendr¨¢n que importarla o le bastan los recursos locales. Se ha roto la tendencia reforestadora de a?os anteriores por los incendios, los bajos niveles de inversi¨®n o fruto del mero abandono del rural. Aqu¨ª, donde el 98% del monte es privado, la industria transformadora necesita vendedores. Pero con el ¨¦xodo hacia las grandes ciudades "ya nadie sabe de qui¨¦n son las parcelas". Un futuro que pasa por incentivar a los m¨¢s de 600.000 propietarios del monte para poner en el mercado los recursos cuando la escasez de madera condiciona la actividad.
El primer problema, indica Picos, es que "hace 10 a?os que no miramos los recursos forestales". El Inventario Forestal Nacional tarda una d¨¦cada en medir toda la superficie verde del Estado. El ¨²ltimo es de 1998 y hasta dentro un a?o no se actualizar¨¢: "Intentaremos que se intercale en Galicia otro para tener cada cinco a?os una radiograf¨ªa".
En este par¨¦ntesis ha habido cambios: los incendios de 2005 y 2006, por ejemplo, han variado la fisonom¨ªa de la superficie forestal "con especial virulencia en Ourense y Pontevedra". Mientras en A Coru?a observan con preocupaci¨®n el estancamiento del pino y el eucalipto, en Lugo son m¨¢s optimistas. La urbanizaci¨®n del rural, la extensi¨®n de parques e¨®licos y otros factores han reducido la superficie arbolada. En Ourense est¨¢n muy preocupados por el gran descenso de masa arbolada mientras en Lugo "no lo ven tan mal". "Son sensaciones, no hay datos objetivos", insisten. No obstante, las cifras respaldan esa percepci¨®n: el a?o pasado las talas se redujeron un 22% con respecto a 2008 mientras la facturaci¨®n cay¨® un 28%. En el caso de los aserraderos, los n¨²meros cantan: la producci¨®n se desplom¨® en 2009 un 42%.
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