Nuevo impulso a la investigaci¨®n cardiovascular en Espa?a
El CNIC tendr¨¢ un laboratorio de imagen para ver la aparici¨®n de enfermedades
El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha dado otro paso para consolidarse como centro de referencia en su sector. Va a contar con uno de los m¨¢s adelantados laboratorios de imagen para estudiar la aparici¨®n de las lesiones y engrosamientos arteriales que preceden a un infarto o un ictus. "Hasta ahora hemos hecho mucha investigaci¨®n in vitro, con tubos de ensayo y tejidos, pero ahora podremos hacerlo con personas. Se necesitan otros par¨¢metros, y una tecnolog¨ªa muy sofisticada. Y muy cara", explica desde Nueva York Valent¨ªn Fuster, director general del centro.
El aspecto de la financiaci¨®n no es un tema menor en este proyecto, que, de alguna manera, es una continuaci¨®n de los trabajos sobre bioimagen que Fuster empezara hace siete a?os, antes incluso de hacerse cargo de la direcci¨®n t¨¦cnica del CNIC. Los terrenos para la construcci¨®n del centro han sido cedidos por la Comunidad de Madrid -"Habl¨¦ con la presidenta, Esperanza Aguirre, y me dijo que nos iba a ayudar, y nos ha cedido un espacio que ten¨ªa al lado del hospital Carlos III, que al fin y al cabo est¨¢ en el mismo campus", explica Fuster-, pero el resto (construcci¨®n, compra de maquinaria, contrataci¨®n de personal) correr¨¢ a cargo del CNIC. "Son 13 millones de euros s¨®lo para ponerlo en marcha", indica Fuster.
Un tercio de los 13 millones del proyecto los ponen empresas privadas
De esta cantidad, una parte importante -"aproximadamente un tercio", indica el director del centro- proceder¨¢n de la Fundaci¨®n Pro-CNIC, una instituci¨®n formada por 13 instituciones que representan, directamente o a trav¨¦s de fundaciones, a algunas de las mayores empresas espa?olas (Telef¨®nica, El Corte Ingl¨¦s, Grupo Santander, La Caixa, Acciona, BBVA, Gas Natural, Inditex, Endesa, el Grupo PRISA, Abertis, Mutua Madrile?a y Repsol-YPF).
Son las cinco de la ma?ana del s¨¢bado (hora de Nueva York), y Fuster, que tambi¨¦n es director del servicio cardiovascular del Hospital Mount Sinai de la ciudad estadounidense, aprovecha para hablar antes de empezar la ronda telef¨®nica que hace con sus pacientes internacionales. ?l lleva en el CNIC, que depende del Instituto de Ciencias de la Salud Carlos III (antes adscrito al Ministerio de Sanidad, ahora al de Ciencia e Innovaci¨®n) cuatro a?os.
Pero el laboratorio es s¨®lo el ¨²ltimo proyecto de una iniciativa que se puso en marcha en 2005 (el proyecto es de 1999) con el objetivo de "crear infraestructuras y cubrir el gap [hueco] entre investigaci¨®n b¨¢sica y cl¨ªnica", indica Fuster. Para ello, el centro se estructura en seis departamentos, tres de una investigaci¨®n m¨¢s b¨¢sica (la que se hace en los laboratorios con tejidos o animales de experimentaci¨®n), y otros tres de cl¨ªnica (donde ya se ve la aplicaci¨®n de esos hallazgos en pacientes). Estos ¨²ltimos se "proyectan en toda Espa?a", con cooperaci¨®n con hospitales de todo el pa¨ªs (una media de cuatro por proyecto), y se dedican a aspectos como estudiar la enfermedad valvular cardiaca, las arritmias o la terap¨¦utica regenerativa, indica Fuster de algunas de las m¨¢s llamativas.
Esto son s¨®lo aspectos de un proyecto que ¨¦l se plante¨® a 10 a?os, pero que en los cuatro primeros "ya est¨¢ dando importantes resultados", se?ala el investigador. Una de las muestras de este trabajo -la medida que permite la comparaci¨®n internacional de la capacidad investigadora de un centro- son las publicaciones. Y, "teniendo en cuenta que muchos de los trabajos son a largo plazo", Fuster presume de los datos de la memoria de 2008 del CNIC (la ¨²ltima completada): 91 art¨ªculos en revistas internacionales, la prueba del algod¨®n del trabajo cient¨ªfico.
Pero, curiosamente, aparte de este tipo de trabajos que se supone muy elaborado y complicado, el CNIC tiene otro aspecto muy a pie de calle. "El Libro Blanco de la Ciencia dice que los centros de investigaci¨®n deben proyectarse hacia el p¨²blico. Y yo estoy muy interesado en transmitir mensajes que se entiendan acerca de la prevenci¨®n", se?ala Fuster.
Una actividad que tambi¨¦n tiene otra vertiente educativa: un programa de becas que capta futuros investigadores de 16 a?os, para que se interesen por este trabajo. En ¨¦l, de nuevo con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n pro-CNIC, se ha becado a 50 estudiantes de bachillerato cada uno de los tres ¨²ltimos a?os para que realicen una estancia acompa?ando a un cient¨ªfico senior. "Ahora la mayor¨ªa quiere ser investigador", dice satisfecho Fuster.
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