A Rufus no hay quien le tosa
El cantante dio un recital desnudo con un repertorio dif¨ªcil y po¨¦tico
?l nunca hab¨ªa escuchado a este estadounidense histri¨®nico y en ocasiones afectado. Hace un par de semanas Francisco, 35 a?os y madrile?o, entr¨® en la p¨¢gina web de EL PA?S y se encontr¨® con tres canciones de ese tal Rufus "de apellido impronunciable". Eran tres declaraciones de principios escupidas acompa?adas tan s¨®lo con un piano por el m¨²sico. El poder de Internet. All¨ª se dio el atrac¨®n: Want one, Want two, Milwaukee at last!!!, Rufus Wainwright... Tuvo claro que quer¨ªa ver el concierto de anoche en el Circo Price de Madrid. Una elecci¨®n dif¨ªcil, pero intensa.
Anoche Rufus Wainwright (Nueva York, 1973) se present¨® de una forma muy distinta a la que acostumbra. El m¨²sico al que la cr¨ªtica ha tachado de adorador de aplausos, de tener un ego m¨¢s grande que Manhattan comenz¨® su show con algo que podr¨ªamos denominar un desnudo integral: se despach¨® enterito su ¨²ltimo disco All days are nights: songs for Lulu. Su sexto trabajo. Una colecci¨®n de poemas dif¨ªcil, triste, plagada de atonalidades, bemoles y sostenidos y en la que, adem¨¢s, Rufus le da un repaso m¨¢s que cr¨ªtico a su propia vida. Y as¨ª sali¨® al escenario. Vest¨ªa un traje de noche con cuello de plumas, una especie de camis¨®n con una cola que llegaba desde la banqueta de su piano hasta las profundidades del mutis por el foro, maquillado; alguno podr¨ªa pensar que se hab¨ªa disfrazado para acudir a un burdel.
Wainwright se present¨® de una manera muy distinta a la normal
Un chico genial y barroco que enamorar¨ªa a cualquiera
Pidi¨® que no se aplaudiera entre canci¨®n y canci¨®n de ese trabajo en el que no hay ni escenograf¨ªas ni orquestas ni adornos a los que tiene acostumbrado a su p¨²blico. S¨®lo unas proyecciones de las miradas que Rufus le hurt¨® a su p¨²blico mientras se desnudaba. Unos versos visuales firmados por Douglas Gordon. Y lo cierto es que durante toda la primera parte del recital casi no se escuch¨® ni una tos, pese al invierno infinito que se ha apoderado de Madrid. ?l estaba all¨ª arriba, solo, con sus miserias, sus miedos, con esa voz maravillosa y, casi aporreando un piano de gran cola Steinway and sons que dice no saber tocar muy bien. "Creo que la expresi¨®n m¨¢s intensa y poderosa en la m¨²sica occidental es esta. Un m¨²sico solo con su piano o su guitarra. Un instrumento y la voz. En este momento este formato me permite realizar una especie de sacrificio de esa otra zona de m¨ª mismo". As¨ª lo hizo anoche. Francisco, el ne¨®fito, se dio cuenta, aunque parte del p¨²blico lo calific¨® como "una brasa importante". Pero estuvo enorme. Artista y sincero. Revanchista. D¨¢ndole un repaso a sus propias experiencias. A su hermana Martha, a la que dedica un tema en su ¨²ltimo disco, muy influenciado por la reciente muerte de su madre.
Termin¨® el desnudo integral y lleg¨® el Rufus gracioso, el que suelta an¨¦cdotas para aburrir: "Estamos en un circo y me siento como un le¨®n. Y despu¨¦s de esta primera parte, como un le¨®n que podr¨ªa morder". Lo hizo. Chiste tras chiste.
Dos horas de sus ¨¦xitos... Aunque sin concesiones: la mayor¨ªa caras b, pero incontestables. Leaving for Paris y I?m going to a town especialmente nuevas.
Francisco vio una actuaci¨®n de las que hacen ¨¦poca. Sensible y milimetrada. Tanto que el propio Rufus no tiene ning¨²n empacho en asegurar que las giras de ¨¦l solito con el piano le permiten llevarse toda la pasta. No es de extra?ar despu¨¦s del estrepitoso fracaso que sufri¨® con su primera ¨®pera Prima Donna de la que dijo estar deseando que llegara a Espa?a. Los que la han visto no se han cortado en darle el mayor palo de su carrera. El mayor palo a un chico genial y barroco que enamorar¨ªa a cualquiera y que anoche descubri¨® que su otra cara, la solitaria y minimalista (hubo hasta ecos de Philip Glass), es la m¨¢s tentadora. Enhorabuena.
Aqu¨ª puedes ver c¨®mo ha influido Rufus en los m¨²sicos Quique Gonz¨¢lez , Vicky Gastelo y Asier Etxeandia as¨ª como escuchar sus canciones favoritas y sus composiciones m¨¢s cercanas al autor de... Songs for Lulu.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.