Vigo desde fuera
Desde el Museo do Mar, ante una perfecta puesta de sol sobre las C¨ªes, recordaba los afectos de mi infancia en Bouzas y pensaba en la ciudad de Vigo, seguramente desconociendo aspectos relevantes de su intrahistoria. Las claves de cualquier sistema urbano son cuatro o cinco: localizar los grandes equipamientos en lugares id¨®neos, entrelazar el tejido urbano y su periferia con infraestructuras comunicantes y pol¨ªticas de movilidad valientes, sumergirse en el mundo de la comunicaci¨®n, especializarse y diversificarse al mismo tiempo, y mantener un di¨¢logo institucional y ciudadano permanente.
En ese sentido, el futuro Campus do Mar profundiza el perfil tecnol¨®gico de la Universidad de Vigo en un emplazamiento ideal, superando las diseconom¨ªas que gener¨® en su momento la ubicaci¨®n de As Lagoas. La universidad tiene que construir ciudad, no ser ajena a ella. Asimismo, la complementariedad del sistema universitario gallego exige interlocuci¨®n entre Xunta y rectores, para especializarlas adecuadamente sin doblar titulaciones y dotarlas de recursos aun en tiempos de crisis, porque son las inversiones m¨¢s beneficiosas.
A Vigo, como a Ferrol, se le deben inversiones p¨²blicas y atenci¨®n institucional
Algo parecido sucede con la complementariedad del sistema portuario y aeroportuario. Pensaba, desde mi balc¨®n privilegiado, que el puerto es para Vigo lo que el Camino de Santiago para Compostela, algo indisociable. El puerto vigu¨¦s, que ya est¨¢ en la red de autov¨ªas del mar, no ser¨¢ competitivo si no dispone, entre otras cosas, de la conexi¨®n ferroviaria racional y econ¨®mica con la red estatal, de la que hoy carece. El problema de los aeropuertos ya no es tanto unir las ciudades con el tren de alta velocidad, ni repartir las l¨ªneas de bajo coste, como tener una red eficaz entre Peinador, Lavacolla y Alvedro. ?Se est¨¢ coordinando en esta direcci¨®n la intermodalidad de las estaciones ferroviarias urbanas y la implantaci¨®n del metro ligero?
Me planteaba tambi¨¦n el futuro de una eurorregi¨®n que, sin tener definido e impulsar como objetivo gallego el liderazgo de Vigo, encara una dudosa ampliaci¨®n a Castilla y Le¨®n. Y de la eurorregi¨®n a la metr¨®poli. Dej¨¦monos de rodeos: el dilema del ¨¢rea metropolitana no es qu¨¦ ayuntamientos la conformar¨¢n -que est¨¦n los que quieran- qui¨¦n ostentar¨¢ la presidencia o si va a ser un simple consorcio de servicios. El problema pol¨ªtico es si realmente se est¨¢ dispuesto a dise?ar una administraci¨®n basada en la cooperaci¨®n institucional y no partidaria, con recursos y funcionarios que han de venir de la Diputaci¨®n y de la Xunta, y tomar decisiones territoriales, urban¨ªsticas o de vivienda con la Autonom¨ªa y no contra ella.
Y el viento me llev¨® hacia las caixas. Hay que reconocer que es un tema opaco en el que la pol¨ªtica, al reivindicar la galleguidad (?por qu¨¦ no el mismo empe?o para lo m¨¢s gallego, nuestra lengua?), evit¨® que cada entidad se fuese por los cerros de ?beda o de Madrid, oblig¨¢ndolas a sentarse y pactar. Otra cosa es c¨®mo terminen dentro de unos a?os, igual que tantas empresas conocidas que iban de gallegas en su d¨ªa. Lo de la paridad y el reparto del gobierno, en cambio, es un cuerpo a cuerpo de poder donde han sobrado palabras e intereses personales que encendieron en vano los ¨¢nimos e impidieron ser pragm¨¢ticos.
Conforme oscurec¨ªa, pas¨¦ de lo grande a lo peque?o. Me daba la impresi¨®n de que Vigo, m¨¢s que planes expansivos, necesita zurcir su tejido disperso con proyectos de humanizaci¨®n, como los llam¨¢bamos al inicio de la democracia, que se est¨¢n abordando con el Plan E. Por ejemplo, el nuevo auditorio, sin la reurbanizaci¨®n del entorno hasta la falda del Castro, que ya propuse cuando redact¨¦ el plan estrat¨¦gico de Casa Mar, ser¨ªa una operaci¨®n inacabada.
Mientras las dem¨¢s ciudades se equipaban, Ferrol y Vigo libraban la contienda social, pol¨ªtica y econ¨®mica de la reconversi¨®n. Por eso creo que a Vigo, como a Ferrol, se le deben inversiones p¨²blicas y atenci¨®n institucional. Pero es cierto que la ciudad ha optado por f¨®rmulas costosas: demasiados gobiernos municipales, planes generales, pulsos entre administraciones y organismos, que han hecho necesario recomenzar una y otra vez. Vigo es capaz de salir en masa a la calle en plan reivindicativo, aunque luego se pierda un poco en la concreci¨®n del objetivo.
A Vigo se le debe algo, pero tambi¨¦n tiene que mirar a su interior.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.