El rescate de la zona euro
Esta semana el FMI aprob¨® un paquete de rescate de la zona euro valorado en m¨¢s de 100.000 millones de euros. No, no me he confundido, no ha rescatado a Grecia, ha rescatado a la zona euro. Lo que empez¨® como un mal sue?o en noviembre -la sorpresa del fraude contable griego- ha terminado en una crisis financiera que ha puesto al descubierto todas las ineficiencias pol¨ªticas de la zona euro. La falta de liderazgo, el cortoplacismo pol¨ªtico, la incomprensi¨®n de los mecanismos de mercado, las guerras intestinas de poder, la p¨¦sima gesti¨®n de la comunicaci¨®n, etc¨¦tera. ?Recuerdan las enormes cr¨ªticas en 2008 a EE UU durante el proceso de aprobaci¨®n del paquete de rescate bancario, el TARP? La falta de liderazgo del presidente Bush; los continuos cambios de opini¨®n de Paulson; la primera votaci¨®n negativa del Congreso que gener¨® tremendas perdidas burs¨¢tiles; la visita decisiva del Chairman de la Fed al Congreso para convencerles de que era necesario aprobar el paquete de rescate... Todo esto se ha repetido, con protagonistas distintos, en Europa. Hasta ha sido necesario que el mismo protagonista, esta vez el presidente del BCE, visitara a los parlamentarios rebeldes -los alemanes- para convencerles de la necesidad de actuar r¨¢pido. El BCE, como la Fed entonces, ha sido la ¨²nica instituci¨®n con sentido de liderazgo para actuar de manera preventiva y agresiva. Los cambios de la pol¨ªtica colateral del BCE han sido tan decisivos en esta crisis como las m¨²ltiples ventanillas de compras de activos habilitadas por la Fed en 2008.
Para seguir con el proyecto de uni¨®n monetaria Europa necesita ir con urgencia a un federalismo fiscal
Hasta aqu¨ª la comparaci¨®n. La actuaci¨®n decisiva que puso fin a la incertidumbre en EE UU fue el test de estr¨¦s del sistema bancario. Una vez atajada la infecci¨®n peligrosa -la crisis de liquidez de los bancos- se determin¨® las partes afectadas -los bancos con necesidades de capital- y se diagnostic¨® la cura -un plan de recapitalizaci¨®n-. Esto lo puso en marcha la nueva Administraci¨®n de Obama, con un fuerte liderazgo del secretario del Tesoro Geithner. EE UU se rescat¨® a s¨ª mismo. Europa ha necesitado de la mediaci¨®n del FMI para coordinar a los actores pol¨ªticos e iniciar una actuaci¨®n decisiva. Ahora se enfrenta a lo m¨¢s complicado: evitar la reca¨ªda y asegurarse de que no se vuelva a repetir. Y la reacci¨®n de los mercados esta semana no es muy esperanzadora.
Para ello hacen falta dos condiciones. La primera, todos los pa¨ªses contribuyan al rescate. Y no, no me refiero en t¨¦rminos monetarios, esa es la parte f¨¢cil. Lo hago en funci¨®n de poner en pr¨¢ctica medidas de pol¨ªtica econ¨®mica que zanjen las dudas sobre la zona euro. No nos olvidemos, es la estabilidad de la zona euro lo que est¨¢ en juego, no la salud fiscal de Grecia. Es la salud del sistema financiero europeo, tremendamente integrado en una mara?a de relaciones interbancarias. Y por tanto la condicionalidad se debe entender en Europa. Es decir, que los pa¨ªses con situaciones fiscales complicadas -esto incluye a Espa?a- pongan en marcha de inmediato m¨¢s reformas fiscales y estructurales que mejoren su sostenibilidad fiscal. Y que los pa¨ªses con situaciones m¨¢s saneadas -y esto incluye a Alemania- pongan en marcha sin dilaci¨®n mas reformas fiscales y estructurales que estimulen la demanda interna. Y en el caso de Alemania no se refiere s¨®lo a est¨ªmulo fiscal, sino a reformas impositivas, de mercados de bienes y servicios, y del antediluviano sistema bancario, que aumenten su crecimiento potencial. El sistema econ¨®mico alem¨¢n no s¨®lo contribuye a los desequilibrios intraeuropeos sino que genera muy poca riqueza para sus ciudadanos -no olvidemos que hace tan s¨®lo unos a?os Alemania era el paciente enfermo europeo-. Esta lista de tareas es la equivalente a los planes de recapitalizaci¨®n de los bancos tras los tests de estr¨¦s en EE UU. Si no lo hacen todos los pa¨ªses, las dudas sobre la estabilidad de la zona euro persistir¨¢n, por mucho que Grecia cumpla los duros objetivos fijados.
La segunda, que Europa decida de una vez si quiere seguir adelante con el proyecto de uni¨®n monetaria. Esta crisis ha demostrado que la falta de uni¨®n pol¨ªtica es una falla estructural de consecuencias muy peligrosas. Para poder seguir con este proyecto Europa necesita avanzar urgentemente hacia el federalismo fiscal para resolver situaciones como la presente, con un mecanismo fiscal de resoluci¨®n de crisis que pueda ser el embri¨®n de una futura pol¨ªtica fiscal com¨²n. Si no, la independencia del BCE se acabar¨¢ cuestionando.
Si se cumplen estas dos condiciones el rescate de la zona euro tiene buenas probabilidades de ¨¦xito. Si esta crisis sirve para mejorar la estructura econ¨®mica de los pa¨ªses vulnerables y la superestructura de la uni¨®n monetaria, habr¨¢ servido para algo -de la misma manera que la crisis financiera ha generado bancos m¨¢s capitalizados y menos apalancados, y una supervisi¨®n y regulaci¨®n m¨¢s minuciosa y efectiva-. Si, sin embargo, el riesgo moral se apodera de los l¨ªderes europeos y se escudan en el paquete de Grecia y en la pol¨ªtica local para evitar las reformas necesarias, la zona euro estar¨¢ en grave peligro. Los mercados no son irracionales, simplemente no entienden de pol¨ªtica. Las excusas para no acometer las reformas, los reinos de taifas que impiden las fusiones bancarias, no los entienden los mercados de bonos. ?Recuerdan a James Carville, el astuto asesor de Bill Clinton, que dec¨ªa que querr¨ªa reencarnarse en el mercado de bonos porque era el ser m¨¢s poderoso que conoc¨ªa? Lo dec¨ªa con conocimiento de causa. Los mercados son inconvenientes porque no entienden de calendarios electorales, de tensiones con los Gobiernos regionales, de promesas incumplibles a los agentes sociales, de sindicatos intransigentes. La zona euro a¨ªslo a los pa¨ªses europeos de la disciplina de mercado y permiti¨®, durante la d¨¦cada pasada, que muchos pol¨ªticos europeos adoptaran pol¨ªticas insostenibles. El sue?o se ha acabado, ha llegado la cruda realidad. El rescate de la zona euro requiere que todos -incluyendo el Gobierno, los sindicatos, y los gobiernos regionales de Espa?a, a trav¨¦s de una reforma laboral y de las pensiones profundas, y de la resoluci¨®n r¨¢pida de la incertidumbre de las cajas de ahorro- contribuyan al esfuerzo. Hoy, no ma?ana. -
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