Cr¨®nica de un Max anunciado
?Menuda chapuza! Y hablo de los premios Max de este a?o que premia la cosecha de teatro y danza del a?o anterior. Se celebraron el pasado lunes en Madrid, en el auditorio del Sofidu. Yo era una de las finalistas, y antes de la gala, me encontraba haciendo trabajos de restauraci¨®n facial con brocha de rimel en mano, cuando "inoportunamente" suena el tel¨¦fono. Era un amigo, anunci¨¢ndome que no tendr¨ªa que sufrir el mal trago de subir a recoger ning¨²n Max porque no me lo iban a dar. Me qued¨¦ perpleja porque desconoc¨ªa las facultades adivinatorias de mi amigo. Aunque en seguida me aclar¨®, que nada de eso, que hab¨ªa le¨ªdo la lista completa de premiados en la portada de EL PA?S digital dos horas antes de la gala "??Qu¨¦?!". Al principio piensas que es una broma, pero no. Y te asalta la duda hamletiana: Ir o no ir a la gala. Vuelve a sonar el m¨®vil, lo cojo convencida de que ser¨¢ otro amigo avis¨¢ndome de lo que ya s¨¦, y entre risas contesto: "Bai?", y oigo al otro lado: " Aesi... aiezpa.... geoenea...ga". Alg¨²n d¨ªa enumerar¨¦ las mil imposibles maneras de decir mi nombre que he escuchado. Despu¨¦s del penoso intento, y pensando que es alguien de la organizaci¨®n de los premios para dar alg¨²n tipo de explicaci¨®n, atiendo la llamada, y me dice que su nombre es Yerem¨ª, y que llama en nombre de una compa?¨ªa telef¨®nica... Pero, por favor, ?qui¨¦n es el "avispado" que da cursillos a estos telefonovendedores para que siempre te pillen saliendo de la ducha, en mitad de algo, o en medio de l¨ªo de los premios Max pre-anunciados? Cuelgo.
A pesar de todo, la de esa noche era la situaci¨®n ideal para ir a una entrega de premios, ya que puedes disfrutar de la gala, sin tener que pasar la angustia de si te lo dan o no. Y si te lo dan, sin los nervios de tener que subir al escenario, mientras piensas "ay, que no me tropiece..." Y a esto, le sigue la inquietud del ?qu¨¦ digo yo ahora!. Adem¨¢s siempre te quedas con la sensaci¨®n de que has metido la pata. Cont¨® Patxo Teller¨ªa que una vez cuando le dieron el premio, lo ¨²nico que sab¨ªa seguro era que se lo quer¨ªa dedicar a su compa?ero Mikel Mart¨ªnez. Pero cuando le toc¨® hablar, surgi¨® una situaci¨®n divertida, la coment¨®, y en cuanto sali¨® del escenario, se dio cuenta que se hab¨ªa olvidado de mencionar a Mikel.
En fin, a las 8 nos reunimos todos los amigos nominados, felicitamos efusivamente a las ganadoras, que todav¨ªa no se lo cre¨ªan, mientras yo segu¨ªa dudando entre escaquearme, evitando as¨ª, escuchar el nombre de la madre, del marido, y de la hija de todos los premiados, o ir a la gala. Al final nos pudo el morbo de saber c¨®mo iba la organizaci¨®n a enfrentarse ante "tan ins¨®lita" situaci¨®n
Nada. Nadie dijo nada. Y aunque todos aplaudimos el teatro que hac¨ªan al abrir los sobres, faltaba el cosquilleo del suspense, y se notaba. Al final, lo bueno, como siempre, la post-gala con los amigos y ?por muchos a?os!
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