Novilleros, de la escuela a la alternativa
Hace diez a?os Javier Valverde termin¨® su carrera de novillero con un Volkswagen Golf y la entrada de un piso. No es mucho, pero torear no le cost¨® dinero y es m¨¢s de los que muchos j¨®venes tienen en tiempos del mileurismo. Se plante¨® acudir a las novilladas m¨¢s duras en Espa?a y Francia sin dejarse un duro. Y lo cumpli¨®.
"Hay que ser retrasado o loco para meterse a torero", afirma sin duda Antonio Corbacho, lo m¨¢s parecido que existe a un gur¨² de la tauromaquia. Aunque se quita importancia, su filosof¨ªa es el perfeccionamiento constante. Una estela le persigue: acompa?¨® a Jos¨¦ Tom¨¢s de cr¨ªo en su viaje inicial a M¨¦xico y fue su persona de confianza hasta la retirada de 2002. Desde entonces han pasado por sus manos Alejandro Talavante, Sergio Aguilar y ahora el mexicano Arturo Mac¨ªas. Para Antonio Corbacho, llegar a ser figura es casi un milagro. Su reproche se dirige m¨¢s al entorno que a los aspirantes: "Piensan m¨¢s en el Mercedes que en mejorar. Es normal, han vivido con comodidades y los tiempos cambian".
Mientras est¨¢n en las escuelas taurinas, los aspirantes reciben formaci¨®n, vacas en el campo y novilladas sin caballos. Tras el debut con picadores pasan a ser profesionales y las escuelas dejan de tutelarlos. La mayor¨ªa sue?a con darse a conocer en las tres "A": las ferias de Arnedo, Algemes¨ª y Arganda. Un triunfo puede servir como toque de atenci¨®n para que los apoderados se fijen en ellos. Los hijos de torero, que tienen m¨¢s facilidad y tambi¨¦n la responsabilidad del nombre, se evitan este calvario. Cuentan con el m¨¢rketing a su favor, pero los novillos no saben de apellidos. Si no responden, caer¨¢n en el olvido.
Pagar por torear ya no es una pr¨¢ctica tan extendida. Exist¨ªa pero nadie lo denunciaba abiertamente. El precio iba desde los gastos a unos 3.000 euros. Ahora se realizan intercambios. Las grandes empresas apoderan a un joven en formaci¨®n, completan el cartel con los de otras empresas y se hacen todo el circuito de las ferias. Es el caso de Jos¨¦ Manuel Mas. Toma la alternativa este jueves despu¨¦s de dos a?os de apoderamiento por parte de la empresa de Madrid.
Luis Carlos Aranda, hombre de plata y coleccionista de premios por sus pares de banderillas, llevaba cinco meses con Adri¨¢n de Torres. Preparaci¨®n diaria: campo, toreo de sal¨®n y aislamiento. Madrid era la prueba de fuego hace tres semanas. No pas¨® nada. De 20 novilladas, con suerte ser¨¢n cuatro los contratos. "Mejor que se lleve este golpe ahora, porque lo puede arreglar. Si quiere seguir en esto, toca volver a empezar y mejorar" comenta con pesar.
Santiago L¨®pez, matador retirado, hace seguimiento en pueblos y capitales de provincia. Si alguien responde bien, decide apoderarlo. Tambi¨¦n llev¨® a Jos¨¦ Tom¨¢s en sus inicios. "Hace falta que quieran aprender y mejorar. No se trata de cambiar su estilo, pero s¨ª de corregir defectos", explica. Rub¨¦n Pinar, de 20 a?os, es su ¨²ltimo pupilo. Ha pasado de estar sin caballos a cortar dos orejas en Las Ventas. Como le sucedi¨® con El Fandi, nada garantiza que llegue una gran empresa con promesas de cach¨¦ y se quede sin nada. Se invierte tiempo, ilusi¨®n y recursos a cambio de, normalmente, un 15% de cada contrato.
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