"He llorado mucho"
Terminada la entrevista, Roger Federer (Suiza, 1981) atiende a dos aficionados y bromea con el improvisado fot¨®grafo en macarr¨®nico castellano: "?Muy deprisas!" El n¨²mero uno tiene la palma de la mano derecha encallecida. Luce morenos antebrazos. Habla largo y siempre vuelve sobre el mismo nombre: Rafael Nadal. Hace un a?o que los dos se enfrentaron por ¨²ltima vez, con victoria del suizo en la final del Mutua Madrile?a Madrid Open (hasta el 16 de mayo), donde ¨¦l ha pedido debutar el mi¨¦rcoles. Federer es hoy un hombre distinto. Ya es campe¨®n de Roland Garros. Ya ha recuperado Wimbledon. Y ya es el tenista con m¨¢s grandes (16). Las estad¨ªsticas, sin embargo, no contienen la esencia del Federer del d¨ªa soleado de la entrevista, realizada jornadas atr¨¢s en Roma: es un hombre que igual habla de sus l¨¢grimas que de sus enfermedades; casado sin anillo; y cercano como para hablar de cu¨¢ntos d¨ªas cuesta reconocerse en un hijo.
"?Las ¨²ltimas derrotas? Los 'grandes' son una marat¨®n. El resto, un 'sprint"
"En tierra puedes competir con fallos en tu juego. S¨®lo necesitas piernas"
"Ning¨²n torneo me sabr¨¢ igual que Roland Garros. Hasta me prepar¨¦ en secreto"
"El destino existe. Cre¨ª en ganar Par¨ªs pese a que Nadal destru¨ªa mis sue?os"
Pregunta. El n¨²mero uno, que tambi¨¦n es padre, enferma con una infecci¨®n pulmonar, como le pas¨® a usted tras el Abierto de Australia. ?Qu¨¦ pasa entonces?
Respuesta. Las ni?as no se sent¨ªan bien cuando volvimos de Australia. Los seis primeros meses hab¨ªan sido fant¨¢sticos: los pasaron volando alrededor del mundo. Luego, cuando volvimos hacia el fr¨ªo, empezaron con una infecci¨®n de o¨ªdo y luego con los dientes. ?Chillaban durante toda la noche! Quiz¨¢s tuvieran el virus. Fue duro para la familia. La primera en coger la infecci¨®n fue Mirka (su esposa): estuvo tres d¨ªas en el hospital. Luego, yo empec¨¦ a sentirme mal. Par¨¦ de entrenarme y aquello s¨®lo empeor¨® y empeor¨®. Fui a que me examinaran y vieron que yo tambi¨¦n ten¨ªa los pulmones infectados. Tuve que ir un par de veces al hospital, porque me sent¨ªa terriblemente mal. Ahora me siento bien.
P. ?Tuvo algo que ver con la mononucleosis de hace dos a?os?
R. No. No me preocup¨¦ tanto. S¨®lo esper¨¦ a que el examen del pulm¨®n no arrojara el resultado de que ten¨ªa algo realmente malo. Va de bronquitis a la infecci¨®n y luego a la embolia. Yo estaba en el segundo paso. La salud va antes que los torneos. No me preocup¨¦ tanto como con la mono. Fue m¨¢s f¨¢cil mentalmente.
P. Tras sus enfermedades ha tenido malos resultados. Nunca le ocurre en los grandes.
R. Unos son un esprint a meta. Los grandes, una marat¨®n. Te preparas de una forma diferente.
P. Ahora es padre. ?Qu¨¦ ha descubierto de s¨ª mismo?
R. Que no soy un padre tan malo. Estaba un poco nervioso, como cuando fui a examinarme del carnet de conducir. Siempre pens¨¦ que ser¨ªa un conductor terrible. Me asustaba. Ahora, me gusta conducir, igual que ser padre. Estaba demasiado preocupado. ?Una cosa que he descubierto de m¨ª? Que puedes querer m¨¢s a tus hijos que a nada en este mundo. Al principio es raro: de repente, le das a dos criaturas un nombre y se supone que les tienes que querer sin fin. ?Pero al principio no las conoces! As¨ª que es extra?o durante la primera semana. Luego, te das cuenta de que es lo mejor del mundo.
P. ?Y el anillo de casado?
R. ?No tengo! Me lo pondr¨¦ cuando me retire. Mirka lo comprendi¨®. ?Lo importante era que ella tuviera un anillo bonito!
P. Llor¨® tras perder con Nadal la final de Australia 2009 y al ganar ese mismo a?o Roland Garros ante Robin Soderling.
R. Es bonito llevarme a la gente conmigo y mis emociones. Prefiero hacerlo as¨ª que solo. Puedo volver a esos momentos, est¨¢n documentados. Soy afortunado porque esos sentimientos me florecieran bajo el ojo p¨²blico. No lo puedo controlar. Quiz¨¢s me podr¨ªa esconder bajo una toalla... ?Pero no hay toallas en las que llorar durante la ceremonia de trofeos! Y no quedar¨ªa bonito (bromea). Hubo un tiempo en el que llor¨¦ mucho. Hab¨ªa razones detr¨¢s de ello. Ahora, estoy contento de que haya ocurrido bajo el ojo p¨²blico.
P. "Me siento m¨¢s hombre", dijo tras ganar su primer Roland Garros en su cuarta final seguida.
R. ?Por qu¨¦ la tierra no ha sido tan f¨¢cil para m¨ª como el resto de superficies? ?Por qu¨¦ no he sido tan dominante? Porque en el resto de superficies puedo hacer mi juego sin pensar. Todo ocurre de forma natural: puedo pasar de la defensa al ataque cuando quiero y como quiero. En tierra no necesitas tener una volea o un saque. S¨®lo necesitas piernas, una derecha y un rev¨¦s incre¨ªbles, y correr a por todas. No le estoy quitando nada a Rafa: lo ha conseguido todo en otras superficies. Pero en tierra te puedes escapar, puedes competir, con muchos problemas en tu juego. No quiero decir que sea simple, pero s¨ª demasiado f¨¢cil. Deb¨ª aprender a controlar mi agresi¨®n. Me encanta terminar los puntos r¨¢pidamente, con un par de tiros. En tierra, puedes hacerlo en el 50% de los puntos, pero si tomas demasiados riesgos est¨¢s dando el otro 50%. Tuve que aprender a jugar desde muy atr¨¢s y a usar los ¨¢ngulos. Fue una lecci¨®n de geometr¨ªa. En tierra puedes jugar bien y perder. Tienes que jugar inteligentemente.
P. ?Un segundo t¨ªtulo en Roland Garros tendr¨ªa otro sabor gan¨¢ndole a Nadal?
R. Obviamente. Ning¨²n grande sabr¨¢ igual que mi primer Roland Garros. Es el que estaba buscando, el grande que persegu¨ªa, el t¨ªtulo para el que me preparaba casi en secreto. Hac¨ªa pretemporadas en febrero para estar preparado para jugar las semifinales de Roland Garros en mayo. Siempre supe que pod¨ªa hacerlo, pero lograrlo realmente, llegar hasta el final, es una satisfacci¨®n incre¨ªble. Siempre esper¨¦ que ocurriera gan¨¢ndole a Rafa, pero no puedes elegir qui¨¦n est¨¢ al otro lado de la red. Seguimos teniendo carreras largas por delante. Espero que tengamos m¨¢s oportunidades de jugar en la Philippe Chatrier.
P. Habla como si el futuro estuviera marcado.
R. Cuando Agassi me dio el trofeo de Roland Garros, me dijo: "Te lo mereces. Es el destino". Pens¨¦: "Es verdad". Sent¨ª lo mismo. Despu¨¦s de haber entregado tantas cosas de m¨ª mismo durante tantos a?os en Par¨ªs... Mire, por mucho que haya gente que lo diga, yo nunca pens¨¦ que mi problema fuera la tierra. Mi problema era Rafa. El t¨ªo es incre¨ªble. Hay quien no quiere creerlo, pero esa es la verdad, desgraciadamente para una gran generaci¨®n de jugadores de tierra. As¨ª que para m¨ª fue como si el destino viniera a buscarme. Ser capaz de manejar la presi¨®n, creer cada a?o que pod¨ªa ganar pese a que Rafa luego destru¨ªa mis sue?os, fue clave, mi mayor fortaleza. Puedes desmoralizarte muy r¨¢pido. El momento de la derrota te golpea extremadamente fuerte. Siempre cre¨ª que podr¨ªa mejorar. Por eso creo en el destino.
P. ?Y en Wimbledon 2009? Rompi¨® el r¨¦cord de 14 grandes de Pete Sampras con ¨¦l delante.
R. El gui¨®n perfecto, con un final feliz de Hollywood. Fue especial por una cosa sobre cualquier otra: ven¨ªa de una derrota dur¨ªsima contra Rafa el a?o anterior. Y me dec¨ªa: "t¨ªo, estuve tan cerca que ahora me toca volver a tener la suerte de mi parte". Ocurri¨®.
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