Merkel sucumbe en Renania
La coalici¨®n gubernamental de democristianos y liberales sufre un rev¨¦s electoral en el coraz¨®n industrial de Alemania y pierde el control de la C¨¢mara alta
Un correctivo severo para la coalici¨®n de Angela Merkel. Los democristianos (CDU), partido de la canciller, y el Partido Liberal (FDP) perdieron ayer el Gobierno de Renania del Norte-Westfalia y la mayor¨ªa en la C¨¢mara alta federal (Bundesrat), una instancia decisiva porque en el Bundesrat deben ratificarse el 70% de las leyes.
La CDU cay¨® 10 puntos (34,6%) respecto a los comicios de 2005, mientras el socialdem¨®crata SPD tambi¨¦n descend¨ªa tres puntos, pero consegu¨ªa pr¨¢cticamente el mismo porcentaje de voto (34,5%) que sus rivales en el land m¨¢s poblado e industrializado de Alemania. A Merkel le ha pasado factura el multimillonario rescate financiero de Grecia, al que Berl¨ªn ha contribuido con 22.000 millones de euros, y las desavenencias en el Ejecutivo.
Los democristianos retroceden 10 puntos respecto a los comicios de 2005
La derrota priva a la coalici¨®n de Gobierno del control de la C¨¢mara alta
El desastre para la canciller tendr¨¢ eco en Berl¨ªn. Los resultados oficiales, publicados a las 2.30 daban un empate en esca?os, 67 para cada uno de los grandes partidos. Con este resultado, el SPD no podr¨¢ gobernar a solas con Los Verdes. Las dem¨¢s posibilidades pasan sin embargo por los socialdem¨®cratas: bien un tripartito de SPD, Verdes y el partido La Izquierda, o bien una reedici¨®n de la Gran Coalici¨®n como la que gobern¨® Alemania entre 2005 y 2009, es decir CDU y SPD.
Para democristianos y liberales, que en 2005 desbancaron al SPD del Gobierno regional por primera vez en 39 a?os, la jornada electoral supone un rev¨¦s que determinar¨¢ las pol¨ªticas en Berl¨ªn.
La p¨¦rdida de la mayor¨ªa en el Bundesrat podr¨ªa obligar al Ejecutivo de Merkel a descartar sus planes de reforma fiscal y de la sanidad p¨²blica, as¨ª como el aplazamiento del apag¨®n nuclear que prometieron en la campa?a electoral de septiembre. Por lo menos hasta las pr¨®ximas regionales, que se celebrar¨¢n en tres Estados en 2011. Tras seis meses en el Gobierno federal, Merkel y el FDP tienen atadas las manos.
La opci¨®n de gobierno en D¨¹sseldorf m¨¢s obvia y pol¨¦mica es el tripartito de centro-izquierda. El partido La Izquierda, que naci¨® hace tres a?os de la boda entre ex comunistas del Este con socialdem¨®cratas desencantados del Oeste, entra por primera vez en el Parlamento regional renano. Los Verdes, por su parte, obtuvieron un extraordinario 12,1%, lo que les convierte en hacedores de reyes. El partido ecologista ha descartado durante la campa?a formar parte de un gobierno junto a democristianos y liberales. En cualquier caso, Verdes y abstencionistas fueron los verdaderos triunfadores; la participaci¨®n no lleg¨® al 60%.
El SPD hab¨ªa montado una carpa ante su sede regional para acoger a los simpatizantes. El sol del domingo la hab¨ªa calentado un poco para las seis de la tarde, cuando cerraron los colegios electorales y la ZDF difundi¨® los primeros sondeos a pie de urna. Celebraron la p¨¦rdida de m¨¢s de diez puntos acusada por el partido de R¨¹ttgers (CDU). M¨¢s alegr¨ªa hubo cuando se supo que los liberales se quedaban en algo m¨¢s del 6% de los sufragios. Los j¨®venes saltaban como en un estadio de f¨²tbol. La candidata del SPD, Hannelore Kraft, que hace unos meses hab¨ªa asumido el liderazgo en un partido desmoralizado, resumi¨® as¨ª la situaci¨®n: "El SPD ha vuelto".
A la vuelta de la esquina, junto al Estanque del K¨¢iser, est¨¢ la sede democristiana en Renania del Norte-Westfalia. En su patio trasero, las c¨¢maras esperaban al todav¨ªa primer ministro, J¨¹rgen R¨¹ttgers, apuntando hacia un balc¨®n. Con una sonrisa de circunstancias, un militante comentaba: "Quiz¨¢ se atreva a salir, pero dudo mucho que se atreva a bajar las escaleras hasta aqu¨ª". Ten¨ªa raz¨®n. R¨¹ttgers us¨® la puerta trasera para acceder a la tribuna, donde reconoci¨® el "amargo" rev¨¦s.
Un espejo de todo el pa¨ªs
La prensa alemana habla de "peque?as elecciones federales" en Renania del Norte-Westfalia. No s¨®lo por sus 18 millones de habitantes. Un viajero reparar¨¢ pronto en las enormes diferencias regionales en el Estado. Al sur, D¨¹sseldorf y Bonn son la quintaesencia renana, ciudades cat¨®licas, pr¨®speras y m¨¢s bien apacibles excepto en carnaval.
La metr¨®polis del Bajo Rin es Colonia, un foco cultural y mercantil desde tiempos del emperador Claudio. En medio del Estado se extiende la gran conurbaci¨®n industrial y proletaria del Ruhr, de tradici¨®n minera y metal¨²rgica.
En las regiones de Westfalia y en Lippe, localidades como Bielefeld, M¨¹nster y Detmold encarnan al norte lo que podr¨ªa llamarse estilo de vida alem¨¢n. Son acomodadas, amables, pulcras, universitarias y terminantemente provincianas.
El polit¨®logo Peter L?sche recuerda que, durante mucho tiempo, toda la regi¨®n fue un feudo del "Zentrum", el partido popular cat¨®lico de la Rep¨²blica de Weimar. Tras la guerra, el Estado continu¨® durante a?os en manos de la CDU, donde ten¨ªa grandes mayor¨ªas. "Pero el SPD consigui¨® hace 45 a?os ganarse a la masa de trabajadores cat¨®licos en la regi¨®n", se?ala L?sche.
Tanto a los aut¨®ctonos como a los muchos inmigrantes que llegaron a principios del siglo pasado, polacos y cat¨®licos. El SPD erigi¨® entonces un feudo esencial para las victorias federales de Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schr?der.
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