Gordon Brown tira la toalla
El primer ministro dejar¨¢ el liderazgo laborista para facilitar un pacto con Clegg - Los 'tories' ofrecen a los liberales un refer¨¦ndum para cambiar la ley electoral
Gordon Brown tir¨® ayer la toalla y anunci¨® su pr¨®xima renuncia al liderazgo del Partido Laborista. Su dimisi¨®n, que ser¨¢ efectiva a m¨¢s tardar en oto?o, cuando el congreso del partido acoja a un nuevo l¨ªder, es un desesperado intento de los laboristas para evitar que el liberal Nick Clegg llegue a un acuerdo de Gobierno con los conservadores que lleve a David Cameron a Downing Street. Laboristas y liberal-dem¨®cratas acordaron abrir negociaciones formales para buscar un acuerdo, al tiempo que siguen en marcha, en paralelo, las que desde el viernes mantienen estos con los tories.
El anuncio tuvo un efecto inmediato en el Partido Conservador. Uno de sus hombres fuertes en la negociaci¨®n, William Hague, anunci¨® tan s¨®lo dos horas despu¨¦s que est¨¢n dispuestos a aceptar, "como ¨²ltima oferta", someter a refer¨¦ndum la introducci¨®n del sistema electoral llamado Voto Alternativo, que se considera el m¨ªnimo aceptable por los liberal-dem¨®cratas, si llegan a un acuerdo de Gobierno. Aunque no introduce la proporcionalidad a la que aspiran los liberal-dem¨®cratas, este sistema suaviza las injusticias del actual porque cada diputado ha de obtener la mayor¨ªa absoluta para ser elegido, no la mayor¨ªa simple.
El nuevo l¨ªder saldr¨¢ del congreso laborista previsto para oto?o
El anuncio de Brown se hab¨ªa producido menos de una hora despu¨¦s de que los liberal-dem¨®cratas explicaran que su grupo parlamentario quiere "clarificar" las ofertas de los conservadores en varias ¨¢reas clave relativas a la financiaci¨®n de la educaci¨®n, equidad fiscal y la citada reforma electoral.
A las cinco de la tarde, Brown ley¨® una breve declaraci¨®n a las puertas de Downing Street. El primer ministro subray¨® que Reino Unido tiene un sistema parlamentario, no un sistema presidencialista, y que en las elecciones del 6 de mayo ning¨²n partido obtuvo la mayor¨ªa absoluta.
Explic¨® que los liberal-dem¨®cratas le han pedido la apertura de conversaciones para buscar un acuerdo de Gobierno y que as¨ª se va a hacer. "Porque", dijo, "creo que es del inter¨¦s del pa¨ªs formar una mayor¨ªa progresista". "La raz¨®n por la que tenemos un Parlamento sin mayor¨ªa es que ning¨²n l¨ªder fue capaz de conseguir el apoyo completo del pa¨ªs. Como l¨ªder de mi partido, tengo que aceptar que eso tambi¨¦n me afecta a m¨ª. En consecuencia, voy a pedir al Partido Laborista que ponga en marcha el proceso para elegir nuevo l¨ªder", anunci¨®. Esa marcha se har¨¢ efectiva, a m¨¢s tardar, a principios de octubre.
La dimisi¨®n de Brown elimina el mayor obst¨¢culo que hab¨ªa para que los liberal-dem¨®cratas pudieran aceptar un acuerdo con los laboristas. Pero eso no significa que un acuerdo Lib-Lab sea ahora lo m¨¢s probable. Aunque la mayor¨ªa de la militancia liberal se siente m¨¢s a gusto pactando con los laboristas que con los conservadores, la aritm¨¦tica salida de las urnas hace m¨¢s factible un acuerdo con los tories porque juntos sumar¨ªan 364 esca?os, ampliamente por encima de los 326 que marcan la mayor¨ªa absoluta.
Laboristas y liberales sumar¨ªan 315, y necesitar¨ªan sumar los esca?os de otros varios grupos: independentistas escoceses (8), nacionalistas galeses (3), unionistas del Ulster (8), socialdem¨®cratas de Irlanda del Norte (3) y/o verdes (1). Ideol¨®gicamente ser¨ªa un gobierno m¨¢s cohesionado, pero parlamentariamente puede ser muy dif¨ªcil de manejar.
En un pa¨ªs en el que la prensa apoya mayoritariamente a los tories y que ha sido especialmente hostil hacia los laboristas, y en particular hacia Brown, la posibilidad de que Cameron no sea finalmente el primer ministro puede crear un ambiente de gran crispaci¨®n. Aunque nadie gan¨® las elecciones, porque nadie consigui¨® la mayor¨ªa absoluta, los conservadores se consideran con derecho a formar gobierno porque fueron el partido m¨¢s votado el 6 de mayo y el que m¨¢s esca?os consigui¨®.
El hecho de que ese gobierno arcoiris pueda tener una mayor¨ªa de esca?os y el 56% de los votos (52% entre laboristas y liberales y otro 4% los partidos nacionalistas) no les impedir¨ªa presentar ese posible Gobierno como "coalici¨®n de los perdedores".
Un problema adicional es que ese Gobierno estar¨ªa encabezado por un pol¨ªtico que no se ha presentado en las recientes elecciones como candidato a primer ministro, por lo que muchos consideran que no estar¨ªa legitimado por las urnas. Es una acusaci¨®n que ya recay¨® sobre Brown cuando sustituy¨® a Tony Blair en 2007, aunque ya se hab¨ªa dado el mismo caso en 1990, cuando John Major reemplaz¨® a Margaret Thatcher, y, en 1963, cuando Alec Douglas-Home sustituy¨® a Harold Macmillan.
La marcha de Brown pudo empezar a decidirse el domingo, cuando se reuni¨® durante m¨¢s de una hora con Nick Clegg en el Foreign Office, donde acudieron por una puerta trasera para no ser vistos por la prensa. Los rumores se acentuaron al saberse que figuras importantes del laborismo se hab¨ªan visto tambi¨¦n en secreto con varios l¨ªderes liberales.
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Dos hermanos por la sucesi¨®n
El laborismo puede vivir una lucha fratricida por la sucesi¨®n: es seguro que David Miliband, actual ministro de Exteriores, se presentar¨¢ como candidato y es posible que tambi¨¦n lo haga su hermano Ed, responsable de Medio Ambiente. David ha sido tradicionalmente uno de los protegidos de Tony Blair, mientras Ed, m¨¢s a la izquierda, ha crecido a la sombra de Brown.
Otros candidatos posibles son la actual l¨ªder adjunta, Harriet Harman, que gan¨® las elecciones internas a ese cargo contra pron¨®stico. En aquella batalla derrot¨® a Alan Johnson, ministro del Interior, y antes muchas otras cosas, al que la prensa siempre se?ala para el liderazgo laborista aunque ¨¦l siempre se desmarca. Otros candidatos posibles son Jon Cruddas, a la izquierda del Nuevo Laborismo pero dentro de un orden; Ed Balls, ministro de Educaci¨®n y mano derecha de Brown desde siempre; Andrew Burnham, joven ministro de Sanidad, y quiz¨¢s el sobrio Alistair Darling, cuyo prestigi¨® ha subido enteros al distanciarse de Gordon Brown en ciertos momentos durante su gesti¨®n al frente del Tesoro.
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