El abuso de la Historia y la bomba iran¨ª
Los jud¨ªos, saturados con su historia, a menudo tr¨¢gica, suelen sentir gran veneraci¨®n por el pasado, pero ¨¦ste, sobre todo cuando no se maneja con cuidado, puede ser el enemigo del futuro y deformar su interpretaci¨®n de las amenazas del presente. As¨ª ocurre sin lugar a dudas con la analog¨ªa que los dirigentes israel¨ªes insisten en trazar entre la aniquilaci¨®n de la poblaci¨®n jud¨ªa europea en el Holocausto y la amenaza que plantear¨ªa al Estado jud¨ªo un Ir¨¢n con armas nucleares.
Tambi¨¦n en el D¨ªa de Recuerdo del Holocausto de este a?o se vio a los dirigentes israel¨ªes competir para alimentar el pesimismo de la psique nacional y la histeria p¨²blica en torno a las intenciones del Ir¨¢n.
Como Begin frente a la OLP, Netanyahu da?a la causa israel¨ª frente a Ir¨¢n con analog¨ªas distorsionadas
El presidente Shimon Peres, que, a diferencia del primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, se muestra esc¨¦ptico ante la utilidad de un ataque a las instalaciones nucleares de Ir¨¢n, habl¨® de la "amenaza de exterminio" que afronta Israel. Incluso el ministro de Defensa, Ehud Barak, que por lo general da muestras de una mentalidad serenamente racional, eligi¨® Yad Mordechai, un kibutz que lleva el nombre de Mordechai Anilewitz, el dirigente del levantamiento del gueto de Varsovia, para alertar a la opini¨®n mundial contra "los negacionistas del Holocausto y, muy en particular, el presidente iran¨ª, que pide la aniquilaci¨®n del pueblo jud¨ªo". Como era de esperar, Netanyahu habl¨® con particular claridad. Para ¨¦l, el presidente iran¨ª, Mahmoud Ahmadineyad, es otro Hitler y el mundo afronta ahora las mismas amenazas que en v¨ªsperas del ascenso de Hitler al poder. La carrera de Ir¨¢n para fabricar armas nucleares -advirti¨® Netanyahu- s¨®lo se puede entender en el marco de "las repetidas promesas de sus dirigentes de borrar el Estado jud¨ªo de la faz de la Tierra". Ahora como entonces, el mundo, seg¨²n el primer ministro israel¨ª, da muestras de indiferencia criminal.
La analog¨ªa con el Holocausto formulada por Netanyahu habr¨ªa sido una mera curiosidad intelectual, si no fuera la persona encargada de decidir si Israel ataca las instalaciones nucleares de Ir¨¢n y, por tanto, arrastra a Oriente Pr¨®ximo a una confrontaci¨®n apocal¨ªptica. La carrera de su mentor pol¨ªtico, Menachem Begin, demostr¨® que las analog¨ªas distorsionadas entre el pasado y el presente pueden inspirar pol¨ªticas irresponsables.
En su desastrosa invasi¨®n del L¨ªbano en 1982, Begin se vio a s¨ª mismo como un defensor, enviado por Dios, del legado del Holocausto. Opt¨® por presentar lo que era una alianza c¨ªnica de conveniencia entre Israel y la Falange cristiana como una lecci¨®n a la Humanidad y una reprimenda a la hip¨®crita Europa cristiana, que hab¨ªa traicionadoa los jud¨ªos durante el Holocausto. ?l iba a ense?arles c¨®mo el Estado jud¨ªo, creado por los supervivientes del Holocausto y entonces dirigido por uno de ellos, acudir¨ªa al rescate de una minor¨ªa cristiana amenazada de aniquilaci¨®n.
Para Begin, Arafat en Beirut era Hitler en su b¨²nker de Berl¨ªn. De hecho, Abba Eban ridiculiz¨® a Begin por actuar "como si Israel fuera algo as¨ª como una desarmada Costa Rica y la OLP fuera Napole¨®n Bonaparte, Alejandro Magno y el huno Atila reunidos en una sola persona".
La actitud de Begin fue la mejor prueba que los cr¨ªticos de Israel necesitaban para demostrar que la revoluci¨®n sionista, aunque cre¨® un Estado a partir de las cenizas del Holocausto, hab¨ªa fracasado a la hora de erradicar la impresi¨®n colectiva por parte de los propios jud¨ªos e israel¨ªes de su condici¨®n de v¨ªctimas.
Ahora Netanyahu reafirma la idea de Israel como una naci¨®n totalmente incapaz de derribar los muros de la c¨¢rcel de su pasado. Israel no se equivoca al abrigar poderosas dudas sobre la eficacia de las medidas que Estados Unidos pretende adoptar para contrarrestar las ambiciones nucleares de Ir¨¢n. Ni las sanciones previstas ni la revisi¨®n, hecha p¨²blica recientemente, de la posici¨®n nuclear de EE UU, documento mucho menos revolucionario de lo que se esperaba, frenar¨¢n los deseos nucleares del Ir¨¢n. En lugar de creer en su capacidad para detener el programa nuclear de Ir¨¢n, el mundo se est¨¢ preparando para convivir con un Ir¨¢n con armas nucleares.
Pero ¨¦se no ser¨ªa un problema exclusivo de Israel. Tan rotundo fracaso del Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear plantear¨ªa una amenaza formidable a la comunidad mundial, en particular a Oriente Pr¨®ximo. La ret¨®rica brutalmente antisemita de Ir¨¢n es un intento transparente de enga?ar a sus aterrados vecinos ¨¢rabes, al presentar su potencia militar como la punta de lanza de una confrontaci¨®n de todos los musulmanes contra Israel. De hecho, un Ir¨¢n nuclear sembrar¨ªa la anarqu¨ªa nuclear en toda la regi¨®n. Arabia Saud¨ª, Egipto y Turqu¨ªa procurar¨ªan obtener su bomba "sun¨ª" para contrarrestar la amenaza de un imperio nuclear chi¨ª en sus umbrales.
Cuando no sent¨ªa la necesidad de explotar la solemnidad de las ceremonias de recuerdo del Holocausto, Barak transmiti¨® el mensaje adecuado a la potencia iran¨ª en ascenso.
Hace un a?o, sabiendo como sab¨ªa perfectamente que Ir¨¢n iba camino irreversiblemente de conseguir la bomba, puso en entredicho con serenidad la peligrosa distorsi¨®n de la Historia por parte de Netanyahu. "Israel no es el pueblo jud¨ªo europeo", dijo Barak entonces. "Somos un pa¨ªs fuerte al que el mundo entero atribuye capacidades nucleares y, desde el punto de vista regional, somos una superpotencia".
Despu¨¦s expres¨® su desagrado por la comparaci¨®n de la amenaza iran¨ª con el Holocausto, "porque degrada el Holocausto y exagera excesivamente las amenazas actuales. Nadie se atrever¨¢ a destruir a Israel".
La Historia no ha vuelto a su punto de partida. Israel tiene que decidirse sobre si es una superpotencia regional o un gueto jud¨ªo a la espera de que comience el pogromo inminente. En manos de pol¨ªticos manipuladores e ide¨®logos incorregibles, la Historia puede ser ora un arma peligrosamente embriagadora para movilizar a las masas, ora "una pesadilla" de la que resulta dif¨ªcil despertar, como James Joyce dijo en Ulises.
Al filtrar obsesivamente su conflicto mediante la pesadilla del Holocausto y la Nakba, los israel¨ªes y los palestinos han condenado al fracaso las posibilidades de lograr una soluci¨®n pac¨ªfica de su disputa. Ver el actual conflicto entre potencias militares tan formidables como Israel e Ir¨¢n a trav¨¦s de esa lente s¨®lo puede engendrar una cat¨¢strofe inconmensurable.
Shlomo Ben-Ami, ex ministro israel¨ª de Asuntos Exteriores, es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz. ? Project Syndicate, 2010. Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
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