F¨¢tima y el misterio de Roma
Benedicto XVI acaba de resucitar el olvidado tercer secreto de F¨¢tima. Aquel misterio, que durante tantos a?os gener¨® tanta profec¨ªa apocal¨ªptica y desat¨® la imaginaci¨®n de tanta gente, pareci¨® haber quedado resuelto en mayo de 2000. Fue por entonces cuando el papa Juan Pablo II orden¨® desvelar el misterio escrito por Luc¨ªa, la mayor de los tres pastores a los que se les apareci¨® la Virgen de F¨¢tima en seis ocasiones, la primera de ellas el 13 de mayo de 1917. Mayo de 2000 fue una fecha hist¨®rica para los creyentes.
Ocurri¨®, como ahora, en Portugal, en un viaje del Papa polaco. All¨ª proclam¨® que la tercera profec¨ªa era el atentado frustrado de Al¨ª Agca contra el Pont¨ªfice en 1981, pues el escrito de Luc¨ªa hablaba de "un obispo vestido de blanco" que reza y "cae a tierra como muerto bajo los disparos de arma de fuego". Quedaba al descubierto un secreto que la Iglesia guard¨® celosamente 83 a?os; m¨¢s bien su interpretaci¨®n, porque el documento original no se ha hecho p¨²blico.
Ratzinger, que como prefecto de la Doctrina de la Fe custodi¨® el documento de Luc¨ªa y lo analiz¨® teol¨®gicamente, explic¨® ayer al mundo su interpretaci¨®n. De visita en Portugal, ha dicho que aquel mensaje de F¨¢tima tiene "un valor eterno" y que en ¨¦l se descubre que no s¨®lo desde fuera llegan los ataques a la Iglesia y al Papa, sino desde su interior. La persecuci¨®n que sufre la Iglesia "no viene de enemigos de fuera. Nace del pecado de la Iglesia", ha a?adido el Pont¨ªfice en clara alusi¨®n a los esc¨¢ndalos sexuales que la salpican.
La dureza y la claridad con la que este Papa se expresa sobre los abusos sexuales de curas y obispos tienen pocos precedentes. Y al hilo de este asunto capital la figura de su predecesor se resiente de nuevo.
Juan Pablo II consider¨® que la misma Virgen de F¨¢tima par¨® la bala de Agca con sus manos. Se identific¨® como un m¨¢rtir protegido por ella. De ah¨ª a la santidad (previa beatificaci¨®n) s¨®lo suele mediar un proceso eclesi¨¢stico que a su muerte Roma aceler¨®. Frente a lo que algunos consideraron personalismo del papa Wojtyla, Ratzinger retoma el misterio, lo eleva de categor¨ªa y, de paso, deja en evidencia a su antecesor. El misterio contin¨²a.
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