Un hongo acaba con un tercio del opio de Afganist¨¢n
La reducci¨®n de las cosechas dispara el precio en beneficio de los talibanes
La destrucci¨®n de las cosechas de amapolas causada en las ¨²ltimas semanas por un hongo est¨¢ acabando con un tercio de la producci¨®n de opio en Afganist¨¢n, disparando los precios en beneficio de los talibanes, seg¨²n inform¨® ayer la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). "En todo el pa¨ªs esperamos una reducci¨®n de la producci¨®n de entre un 25% y un 30%, sobre todo en el sur, donde se concentran los cultivos", dijo el director de la agencia, Antonio Mario Costa, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Nueva York.
En la provincia de Helmand, donde en febrero las fuerzas de la OTAN lideradas por Estados Unidos lanzaron la mayor ofensiva desde el comienzo de la guerra en Afganist¨¢n en 2001, la disminuci¨®n puede alcanzar el 50%. En Kandahar, otra de las piezas clave de la campa?a militar afgana, la reducci¨®n se calcula en un 20%. Se trata en total de entre 2.000 y 3.000 toneladas menos, algo que, seg¨²n Costa, no justifica la fuerte subida del precio, hasta un 60%, que se est¨¢ registrando: "Afganist¨¢n sigue produciendo una cantidad de opio superior a la demanda global. No hay escasez. Pero hablamos del precio a los agricultores, el llamado farm gate price, y esta es la reacci¨®n de quienes ven el propio producto destruido en su totalidad o en parte".
En la provincia de Helmand se espera que la producci¨®n baje un 50%
Aunque el recorte de la producci¨®n ha sido uno de los principales objetivos de las fuerzas internacionales en el pa¨ªs, ahora puede convertirse en un nuevo elemento de riesgo. Por dos razones distintas pero complementarias en el marco de la estrategia militar estadounidense. La primera es el efecto sobre el apoyo de la poblaci¨®n local. "Entre los agricultores", explica Costa, "se ha extendido la idea de que la infecci¨®n no es natural sino causada por la presencia militar y el uso de agentes qu¨ªmicos". Una hip¨®tesis que el director de la ONUDD descarta. "Nosotros creemos que es un fen¨®meno natural", dice, "pero si los cultivadores pierden sus rentas y siguen creyendo que la difusi¨®n de la infecci¨®n se debe a la presencia de los militares, esto se convertir¨¢ en un riesgo estrat¨¦gico. Podr¨ªan ser tentados para alistarse con los talibanes".
Una infecci¨®n de opio afect¨® a los cultivos de amapolas ya en 2005, pero golpe¨® sobre todo el norte del pa¨ªs, donde la producci¨®n est¨¢ mucho menos extendida que en el sur. De hecho, la mayor¨ªa de las provincias del norte est¨¢n clasificadas por la ONU como poppy free, sin cultivos. Las zonas de mayor producci¨®n, recuerda Costa, coinciden con las regiones que los talibanes controlan o sobre las que tienen influencia. En estas ¨¢reas se concentra el 90% de la producci¨®n afgana, que a su vez representa m¨¢s del 90% de la producci¨®n mundial. De aqu¨ª viene el segundo motivo de preocupaci¨®n para el ¨¦xito de la lucha contra la insurgencia. Aunque no haya escasez, si el precio sigue subiendo -ahora es de unos 90 d¨®lares por kilo-, los talibanes tendr¨ªan la mayor ventaja. "El aumento puede beneficiar a quienes tienen los inventarios. Autom¨¢ticamente se producir¨ªa una revaluaci¨®n del valor de las existencias. Si el precio se mantiene alto o la infecci¨®n se extiende a otras provincias, los talibanes podr¨ªan verse beneficiados porque tienen grandes cantidades en sus manos", comenta Costa.
El director de la Oficina, sin embargo, recuerda que la destrucci¨®n de las cosechas es una oportunidad: "Si sigue la crisis, bienvenida como todas las reducciones de la producci¨®n, esto puede convertirse en un factor positivo, si se ofrecen microcr¨¦ditos y subsidios a los agricultores a cambio del compromiso de no volver al cultivo".
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