El oficio del biling¨¹ismo
Educar a los hijos en m¨¢s de un idioma exige mucha dedicaci¨®n - No es la causa de ciertos trastornos en el lenguaje, pero s¨ª puede agravarlos
"Muchas veces los psiquiatras recomiendan a los padres de biling¨¹es con falta de atenci¨®n que dejen de hablarlos en el segundo idioma. Es un error", se alarma la psiquiatra Orlanda Varela. Trabaja en el instituto de terapia multiling¨¹e Sinews, una de las pocas consultas especializadas que hay en Espa?a. Es m¨¢s, seg¨²n un estudio del Grupo de Investigaci¨®n en Neurociencias de la Universidad de Barcelona, un biling¨¹e se concentra mejor, por ejemplo, cuando en una oficina suenan los tel¨¦fonos y varias personas hablan al tiempo, por su costumbre de controlar las interferencias de un idioma a otro.
"Los ni?os biling¨¹es pueden tardar m¨¢s en hablar, pero no en comprender", precisa Gemma Sanz, profesora de Did¨¢ctica de Lenguas Extranjeras en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "No es un problema patol¨®gico", recuerda Varela. Es un proceso normal porque desde un inicio descubren dos palabras para designar la misma cosa. "Es un sistema complejo. Por eso los biling¨¹es, que tienen m¨¢s conexiones cerebrales, tienen m¨¢s capacidad de encontrar soluciones diferentes a un problema", explica.
Un colegio en el que s¨®lo se habla espa?ol en el recreo no es biling¨¹e
Por los balbuceos de un beb¨¦ se distingue qu¨¦ lengua est¨¢ acostumbrado a o¨ªr
"Es verdad que hablar dos lenguas, que es una gran riqueza cultural y una fuente de oportunidades, puede desencadenar o agravar trastornos del lenguaje -como la tartamudez o la dislexia-, pero nunca es el origen", subraya Varela. Coincide Mariana Lombardo, logopeda, que dirige un taller para padres preocupados por el biling¨¹ismo: "Casi todos los ni?os peque?os tienen un tartamudeo fisiol¨®gico, su pensamiento va por delante de sus palabras. Y en el caso de los biling¨¹es con m¨¢s raz¨®n, porque tienen que colocar vocablos en dos archivos diferentes. El tartamudeo se considera una patolog¨ªa en los monoling¨¹es si persiste a los cinco a?os y medio, y en los biling¨¹es a los seis a?os y medio", a?ade.
Si el alfabeto es el mismo en ambos idiomas, el ni?o extrapola de forma natural las nociones de lectura y escritura que ha aprendido al segundo. Siempre uno predomina sobre el otro y pueden fluctuar a lo largo de la vida. Y, en este marco, si el trastorno de pronunciaci¨®n o dislexia se da en el idioma imperante, tambi¨¦n afectar¨¢ al subordinado.
Aunque hay tambi¨¦n problemas propios de la lengua "d¨¦bil", por ejemplo que el ni?o se niegue a contestar en el idioma o mezcle ambos en un relato. Se solventan con estimulaci¨®n. "Si son peque?os, con canciones, actividades... Y si son mayores, con videojuegos, juegos por turnos, asistencia a obras de teatro o a un concierto. Todo lo que no sea aprendizaje formal", propone la logopeda.
"El ni?o se acomoda si ve que se le entiende. Tiene que necesitar comunicarse. Y eso se consigue visitando el pa¨ªs, recibiendo a la familia de fuera o en juegos en ese idioma", contin¨²a Varela. Se refiere a los playgroups (grupos de juego) que estimulan el idioma m¨¢s "flojo" con cuentacuentos, m¨²sica, baile... El biling¨¹ismo exige una gran implicaci¨®n y muchos padres abandonan.
Una regla es b¨¢sica entre los padres: no traducir sistem¨¢ticamente de una lengua a la otra. "Cada palabra de una lengua no coincide plenamente en significado y uso con la de otra. Y esto se puede aprender a partir de un uso continuado de ambas", sostiene Sanz. Tambi¨¦n hay que evitar hablar al ni?o en dos idiomas en la misma conversaci¨®n: "A un ni?o de tres a?os no se le puede decir que hable s¨®lo en ingl¨¦s o que en ingl¨¦s se dice 'dog' en vez de 'perro', porque no entiende el concepto de idioma. Es mejor que aprenda a distinguir seg¨²n el contexto: 'Mi profesora dice, mi mam¨¢ dice...". Y habituarle desde que nace a escuchar los dos idiomas si las parejas son mixtas. Los beb¨¦s perciben la musicalidad de su entorno, hasta el punto de que con sus balbuceos se puede distinguir la lengua en la que se cr¨ªan.
A los talleres de Mariana Lombardo acuden muchos espa?oles interesados en que sus hijos sean biling¨¹es en ingl¨¦s, por su utilidad como lengua vehicular. Les aconseja calma, pero les habla de las grandes oportunidades que abre su dominio. No tiene sentido que estos progenitores se comuniquen con su descendencia en una lengua que es ajena. "El biling¨¹ismo se consigue en un medio natural. No hemos aprendido a hablar se?al¨¢ndonos las cosas", ejemplifica la logopeda. La riqueza cultural de otros idiomas, como el franc¨¦s o el italiano, o el origen familiar anima a la escolarizaci¨®n en esas lenguas. Si el bolsillo y las circunstancias lo permiten, sugieren una guarder¨ªa o una canguro de la lengua a aprender y la escolarizaci¨®n en un colegio ¨ªntegramente en esa lengua. Los colegios p¨²blicos promocionados como biling¨¹es en ingl¨¦s Varela los denomina "escuelas con refuerzo en una segunda lengua". "Lo que hacen es impartir en ingl¨¦s del 20% al 30% de las clases...".
"Para que un ni?o llegue a ser biling¨¹e debe escuchar el segundo idioma al menos un 20% de su tiempo. Y en estos colegios en el recreo s¨®lo se escucha espa?ol. Est¨¢ mal planificado. Los padres son incapaces de ayudar en los deberes. Deb¨ªa de haber ayudas en la web del colegio". Adem¨¢s, ahonda Sanz, "existe el riesgo de que m¨¢s que ense?ar la lengua para la vida cotidiana, el objetivo sea aprender las partes de la flor, los nombres de los animales... para que puedan estudiar o trabajar fuera".
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