"La situaci¨®n est¨¢ degenerando hacia una guerra civil"
Kokaew Pikulthong, empresario de 45 a?os, es uno de los principales l¨ªderes de los camisas rojas, formalmente el Frente Unido por la Democracia y contra la Dictadura. En una entrevista en el puesto de mando del campamento de los manifestantes, pide un alto el fuego.
Pregunta. ?C¨®mo ve la situaci¨®n?
Respuesta. Cada vez est¨¢ peor. Estamos muy enfadados y tristes. La situaci¨®n se encuentra fuera de control. Est¨¢ degenerando hacia una guerra civil.
P. ?Cree que el Gobierno intentar¨¢ tomar el control del campamento?
R. Est¨¢ intent¨¢ndolo, pero no es f¨¢cil. Causar¨ªa muchos muertos. Y no servir¨ªa para nada, porque, aunque puedan expulsarnos de aqu¨ª, podemos montar otro campamento en otro lugar.
P. Los camisas rojas dicen que son un movimiento pac¨ªfico, pero hay manifestantes que lanzan c¨®cteles m¨®lotov, e incluso granadas, seg¨²n el Gobierno.
R. No ocurri¨® hasta que los soldados comenzaron a matar. Hace unos d¨ªas, soldados francotiradores mataron a m¨¢s de 10 personas. M¨¢s de 35 personas han sido asesinadas en los ¨²ltimos d¨ªas. Gente no armada, inocente. Muchos camisas rojas y gente normal piensan que es inaceptable. La gente ha respondido luchando como puede para proteger su vida, quemando neum¨¢ticos, camiones, para bloquear la visi¨®n y la trayectoria de las balas.
P. ?Pueden los l¨ªderes de los camisas rojas controlar a estos j¨®venes?
R. El problema es que ahora en algunas zonas salen por s¨ª mismos y nosotros no sabemos qui¨¦nes son. Y hay millones de camisas rojas en todo el pa¨ªs. Hay gente cuyos parientes han muerto, gente enfadada, que quiere luchar.
P. Han comenzado a producirse incidentes tambi¨¦n fuera de Bangkok. ?Hay riesgo de que las protestas se extiendan a otras provincias?
R. S¨ª, si el Gobierno no ordena que se deje de matar a los manifestantes. La gente est¨¢ furiosa.
P. ?Qu¨¦ piden al Gobierno en este momento?
R. Pedimos un alto el fuego, que cesen las muertes y que retire a los soldados que bloquean la zona. Entonces, diremos a los camisas rojas que dejen de concentrarse. El Gobierno lo ha rechazado. Hasta ahora.
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