Tener experiencia profesional podr¨¢ ahorrar medio curso de una carrera

La experiencia laboral tambi¨¦n contar¨¢ a la hora de hacer una carrera universitaria. Lo que se haya aprendido durante el tiempo de trabajo podr¨¢ convalidar hasta un 15% de un t¨ªtulo de universitario de grado (nuevas carreras adaptadas a Bolonia que sustituyen a licenciaturas y diplomaturas) o de m¨¢ster. As¨ª lo pone de manifiesto el borrador del real decreto en el que trabaja el Ministerio de Educaci¨®n para desarrollar las acreditaciones de la experiencia laboral en la universidad, medida que viene recogida ya en la reforma de la ley hecha en 2007, pero que a¨²n estaba a la espera de desarrollo normativo.

Esto quiere decir que se podr¨ªa dar por sabido hasta algo m¨¢s de medio curso de un grado de cuatro a?os que est¨¦ relacionado con la experiencia laboral acumulada. Es dif¨ªcil que un joven llegue a la carrera de Derecho con experiencia previa en ese campo, pero, por ejemplo, un titulado en FP superior de la rama de Inform¨¢tica y Comunicaciones s¨ª puede tenerla a la hora de empezar una ingenier¨ªa, o tambi¨¦n un diplomado en Enfermer¨ªa que unos a?os despu¨¦s quiera empezar Medicina, ejemplifica el director general de Universidades, Juan Jos¨¦ Moreno. En esos casos, se les podr¨ªa convalidar lo que hayan aprendido trabajando, adem¨¢s de lo que aprendieron en sus estudios previos.

Las convalidaciones ser¨¢n mucho menos generosas que en Francia o Inglaterra

Cada universidad decidir¨¢ el m¨¦todo de acreditaci¨®n de competencias

Sin embargo, la limitaci¨®n del 15% que ha decidido Educaci¨®n es demasiado restrictiva para algunos expertos como el especialista europeo en Universidades Guy Haug, ya que est¨¢ muy alejado de otros pa¨ªses, como Inglaterra o Francia, que o no han fijado l¨ªmite o dicen expresamente que se podr¨¢ reconocer hasta el 100% de una titulaci¨®n. "En plena crisis econ¨®mica y social, con problemas empleo y recualificaci¨®n de t¨¦cnicos y ejecutivos, podr¨ªa penalizar no s¨®lo a las universidades, sino a los espa?oles en busca de formaci¨®n continua", asegura. Haug se refiere especialmente a lo que esa limitaci¨®n significa en las titulaciones de m¨¢ster (la mayor¨ªa, de un curso de duraci¨®n en Espa?a), un escal¨®n important¨ªsimo para esa recualificaci¨®n.

En cualquier caso, la normativa que prepara el ministerio completar¨ªa el c¨ªrculo que, aunque no termina de extenderse, se inici¨® con la acreditaci¨®n de la experiencia laboral a la hora de sacarse un t¨ªtulo de FP. La idea es muy parecida a la que ha guiado los cambios proyectados o en marcha en la educaci¨®n no universitaria, esto es, que todo sume, que nunca lo ya aprendido se tire a la basura a la hora de seguir form¨¢ndose.

As¨ª, todas las materias aprobadas en la misma u otra universidad, o en otra carrera iniciada, aunque no terminada, se incluir¨¢n en el expediente acad¨¦mico de cada estudiante, aparte de poder ser convalidadas. "El plan de estudios de cada titulaci¨®n deber¨¢ contener y justificar los criterios de reconocimiento que se vayan a utilizar", a?ade el borrador del real decreto. Se trata de una medida complicada, ya que una parte de la comunidad universitaria recela de este tipo de iniciativas. De hecho, el Ministerio de Educaci¨®n ha barajado varias posibilidades y l¨ªmites m¨¢s amplios en el reconocimiento de la experiencia.

"Reducir al 15% la posibilidad de reconocer la experiencia profesional anterior protege un academicismo de otra ¨¦poca y va en contra de una verdadera orientaci¨®n hacia la formaci¨®n a lo largo de la vida", se queja Haug, quien a?ade: "Lo importante no es fijar un l¨ªmite, sino garantizar que el proceso de validaci¨®n o reconocimiento est¨¦ bien hecho, es decir, basado en evidencias y sin prejuicios. Si realmente uno cree en la necesidad de poner l¨ªmites, no deber¨ªa ser inferior al 50%". El experto chileno Jos¨¦ Joaqu¨ªn Brunner insiste en que la clave est¨¢ en hacer un buen proceso de acreditaci¨®n, pero admite que, en general, los acad¨¦micos son muy reacios a este tipo de cambios.

Seg¨²n la normativa que prepara Educaci¨®n, ser¨¢ cada universidad la que decida hasta qu¨¦ parte de la titulaci¨®n reconoce (con ese l¨ªmite del 15%) y cu¨¢l es el m¨¦todo para acreditar esa experiencia. Hasta ahora, los procesos de acreditaci¨®n que se han llevado a cabo son los enfocados a la FP (que tambi¨¦n han tardado en ponerse en marcha, entre otras cuestiones, por las resistencias acad¨¦micas). En ellos, tras el periodo de informaci¨®n y orientaci¨®n, y la presentaci¨®n de documentaci¨®n, se eval¨²a al aspirante en una prueba en la que ha de demostrar que sabe hacer lo que dice que sabe hacer. As¨ª, en la Universidad deber¨ªa ser un proceso parecido.

En Europa hay modelos diferentes. En Francia, con un sistema centralizado, un jurado valora las peticiones y hace una entrevista al candidato, a quien tambi¨¦n se le puede exigir un examen pr¨¢ctico. En Inglaterra, sin embargo, la variedad es mayor. Por ejemplo, en la Universidad de Birmingham se puede exigir, aparte de la documentaci¨®n, la entrevista personal y el examen pr¨¢ctico, una prueba de diagn¨®stico, la presentaci¨®n de un trabajo escrito y de un proyecto. En la Universidad de Sttafordshire, sin embargo, todo se lleva a cabo a trav¨¦s de tutores que acuerdan a lo largo de distintas sesiones con el estudiante cu¨¢nto se les puede convalidar.

En Espa?a, lo m¨¢s parecido que se est¨¢ poniendo en marcha en la Universidad es el acceso de mayores de 40 a?os sin t¨ªtulo acad¨¦mico, pero con experiencia que acredite que est¨¢ preparado para hacer una carrera. La mayor¨ªa de las universidades, despu¨¦s de recoger la documentaci¨®n, lo solucionan con una entrevista personal. En estos casos se trata s¨®lo del acceso, ya que el candidato no recibe convalidaci¨®n alguna. Por el contrario, la convalidaci¨®n por cr¨¦ditos de la experiencia se le har¨¢ a alumnos que ya est¨¢n en condiciones de acceder a las ense?anzas universitarias.