La justicia perdona al fugitivo Javier Anastasio del doble crimen de los Urquijo
Un auto conocido ahora exonera al procesado como coautor del asesinato de los marqueses, al prescribir el delito del que va a cumplirse el 30? aniversario
El fugitivo Javier Anastasio de Espona, acusado de ser presunto coautor del asesinato de los marqueses de Urquijo en 1980, es hoy un hombre libre y puede regresar a Espa?a sin temor a ser encarcelado. Los cargos que hab¨ªa contra ¨¦l han sido retirados por la justicia, al declarar su prescripci¨®n teniendo en cuenta el largo tiempo transcurrido. Est¨¢ a punto de cumplirse el 30? aniversario del crimen que conmocion¨® Espa?a.
Anastasio huy¨® de Espa?a en v¨ªsperas de las Navidades de 1987. Desde entonces est¨¢ en ignorado paradero y ha sido uno de los fugitivos de oro de la justicia. Jam¨¢s ha vuelto a saberse nada del hombre que supuestamente acompa?¨® el 1 de agosto de 1980 a Rafael Escobedo hasta el lujoso chal¨¦ de Somosaguas (Madrid) donde este mat¨® a tiros a los marqueses mientras dorm¨ªan. Escobedo lo hizo "solo o en compa?¨ªa de otros", seg¨²n la sentencia que le conden¨®.
La ¨²ltima vez que se le vio fue en una entrevista televisiva en 1990 en Brasil
"Supongo que mi huida se tomar¨¢ como una confesi¨®n de culpabilidad"
Tras la escapada, la Audiencia Provincial de Madrid decret¨® una orden de busca y captura e ingreso en prisi¨®n del evadido, que ha estado en vigor hasta el 18 de febrero de 2008. Desde esa fecha, la Secci¨®n Tercera de la Audiencia de Madrid dej¨® esa orden sin efecto y, por tanto, Anastasio ha quedado absuelto -sin haber sido juzgado jam¨¢s- y puede regresar a Espa?a sin ning¨²n temor a ser encarcelado ni perseguido por la justicia.
La Audiencia de Madrid no ha podido comunicar esta decisi¨®n al interesado porque, entre otras cosas, est¨¢ en paradero desconocido y no tiene ning¨²n abogado personado en la causa 133/1981, seg¨²n han informado ahora fuentes judiciales. Esta situaci¨®n procesal del ¨ªntimo amigo de Escobedo no hab¨ªa sido hecha p¨²blica hasta ahora.
Javier Anastasio fue detenido en octubre de 1983, cuando su amigo Escobedo ya hab¨ªa sido condenado como autor del asesinato de los marqueses, Manuel de la Sierra y Lourdes Urquijo Moren¨¦s. El 21 de enero de 1988 iba a ser juzgado como presunto coautor del asesinato de los arist¨®cratas, pero huy¨® de Espa?a en v¨ªsperas de las Navidades de 1987 aprovechando su puesta en libertad provisional.
El abogado Antonio Garc¨ªa-Pablos se enter¨® de la fuga de su cliente al acudir a su casa de la calle de Jos¨¦ Abascal, en Madrid. Fue para notificarle que la Audiencia Provincial de Madrid hab¨ªa fijado la fecha del 21 de enero para la vista oral contra Anastasio, acusado de presunta coautor¨ªa en el asesinato de los Urquijo, y contra Mauricio L¨®pez-Roberts, marqu¨¦s de Torrehermosa, al que el fiscal imputaba un delito de encubrimiento.
Los padres de Anastasio informaron al abogado que este les hab¨ªa hecho llegar una breve carta donde les comunicaba su decisi¨®n de abandonar Espa?a. Junto a esta misiva hab¨ªa un sobre cerrado, dirigido al letrado Garc¨ªa-Pablos, con la indicaci¨®n de que le deber¨ªa ser entregado "cuando llegase el momento oportuno".
"Javier dijo que se iba a esquiar durante unos d¨ªas con unos amigos y se llev¨® bastante ropa. Pero en ning¨²n momento anunci¨® su intenci¨®n de marcharse al extranjero, aunque es posible que entonces ya tuviera tomada esta determinaci¨®n". Fue la ¨²nica explicaci¨®n que dieron los familiares.
No obstante, los allegados a Anastasio, hoy ya un cincuen-t¨®n, apuntaron desde el primer momento de su huida la probabilidad de que se hubiera marchado a Brasil. Despu¨¦s se supo que hab¨ªa cruzado la frontera de Badajoz-Caia y que hab¨ªa entrado en Portugal mediante un pasaporte legal expedido a nombre de Carlos Dur¨¢n Hern¨¢ndez, un hombre muerto unos a?os antes al ser corneado por una vaquilla. Anastasio pudo suplantar la identidad de esta persona tras obtener unos meses antes un DNI con este nombre que le hab¨ªan proporcionado unos h¨¢biles falsificadores supuestamente compinchados con un polic¨ªa.
En la carta dirigida a su abogado, Javier Anastasio indicaba: "Me veo obligado a tomar la tremenda y dif¨ªcil decisi¨®n de abandonar, de marcharme del pa¨ªs e iniciar una nueva vida en alg¨²n lugar desconocido. Lo he meditado mucho y he mantenido mis esperanzas hasta el ¨²ltimo momento, pero no puedo confiar en un proceso justo cuando sistem¨¢ticamente se me niegan pruebas, testigos y otros medios de defensa sin raz¨®n aparente".
En otro p¨¢rrafo del escrito, Anastasio dec¨ªa: "Se me est¨¢ negando la posibilidad de demostrar mi inocencia y me siento indefenso y desamparado ante una petici¨®n de 60 a?os. Creo que esto es muy grave y que como hombre mi primer deber es el de velar por mi vida y por mi libertad. No le tendr¨ªa miedo a un juicio que me ofreciera las garant¨ªas jur¨ªdicas necesarias, pero este no me ofrece m¨¢s que la sensaci¨®n de una sentencia prejuzgada de antemano". Y conclu¨ªa: "Supongo que mi huida se tomar¨¢ por algo parecido a una confesi¨®n de culpabilidad".
Nada se supo de Anastasio hasta que el 4 de diciembre de 1990 fue entrevistado por el periodista Jes¨²s Quintero (El Loco de la Colina) en una playa brasile?a de Buzios, en R¨ªo de Janeiro.
Las conversaciones de Quintero con Javier Anastasio se prolongaron durante tres d¨ªas, en los que, seg¨²n explic¨® el periodista en su d¨ªa, el famoso fugitivo "habl¨® de su insegura vida, de sus continuos cambios de residencia (...) de su papel en el asesinato de los marqueses, de sus sospechas y de sus certezas". La entrevista fue emitida en el programa Qu¨¦ sabe nadie, emitido en Canal Sur y Telemadrid. Desde entonces, nunca volvi¨® a saberse nada de ¨¦l.
En febrero de 1990, Mauricio L¨®pez-Roberts fue penado a 10 a?os y un d¨ªa de prisi¨®n por la Audiencia de Madrid como encubridor del asesinato de los marqueses. La sentencia establec¨ªa que L¨®pez-Roberts supo lo que hab¨ªa ocurrido porque se lo contaron Escobedo y Anastasio y, sin embargo, no les denunci¨® ante la justicia. Adem¨¢s, aconsej¨® a Anastasio que huyese al poco de ocurrir el asesinato. Este escap¨® a Londres, pero regres¨® horas m¨¢s tarde y fue detenido. La fuga definitiva llegar¨ªa a?os despu¨¦s.
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