John Shepherd Barron, inventor del cajero autom¨¢tico
Estaba sumergido en la ba?era de su casa cuando cant¨® eureka. Hab¨ªa sido un d¨ªa duro, culminado por la decepci¨®n de acercarse al banco a retirar efectivo y encontrarlo cerrado. No era la primera vez que le ocurr¨ªa. Entonces pens¨® en una m¨¢quina de chocolatinas, en el placer de tener golosinas a mano a cualquier hora del d¨ªa, cualquier d¨ªa del a?o. ?Por qu¨¦ no pod¨ªa ser igual con los billetes que echaba en falta para disfrutar del fin de semana?
Corr¨ªa 1967 cuando John Shepherd Barron, fallecido el 15 de agosto a los 84 a?os en su casa de Escocia, invent¨® el cajero autom¨¢tico. Hab¨ªa nacido en la India brit¨¢nica (1925) y servido en la II Guerra Mundial como capit¨¢n de paracaidistas antes de intentar ganarse la vida con el fruto de su ingenio.
Pese a las desconfianzas iniciales, y despu¨¦s de instalar unos pocos en el norte de Londres, el aparato fue todo un ¨¦xito. Hoy hay casi dos millones distribuidos por todo el mundo.
El artilugio creado por Shepherd Barron no era como los cajeros actuales. No hab¨ªa tarjetas plastificadas. En su lugar se usaban unos cheques impregnados en carbono 14 ligeramente radiactivo. Se introduc¨ªa un c¨®digo de seguridad y la m¨¢quina escup¨ªa dinero. Cuando el inventor explic¨® la idea en Estados Unidos le tacharon de loco. Le dijeron que eso eran "cosas de europeos" que no pod¨ªa funcionar al otro lado del charco.
Para no revelar el sistema de codificado, que pod¨ªa caer en manos de criminales, se neg¨® a patentar su creaci¨®n, y prefiri¨® hacer fortuna copiando otra idea. En un viaje a Nueva York se fij¨® en los veh¨ªculos blindados de compa?¨ªas privadas que transportaban dinero para los bancos. La f¨®rmula era desconocida en Reino Unido hasta que ¨¦l la aplic¨® en su empresa, Security Express.
Otro inventor escoc¨¦s, James Goodfellow, lleva d¨¦cadas reclamando la paternidad del cajero. Fue quien introdujo las tarjetas plastificadas que sustituyeron a los engorrosos cheques radiactivos. Para no alimentar la disputa, la Reina de Inglaterra otorg¨® distinciones a ambos.
Sheperd Barron cant¨® eureka en muchas otras ocasiones. A menudo sin eco alguno, como cuando patent¨® el espantafocas, un dispositivo que emit¨ªa chillidos de ballena para alejar a los predadores de la piscifactor¨ªa que pose¨ªa en las costas de Escocia. Antes de jubilarse vendi¨® Security Express. A cambio le dieron dinero, mucho dinero. Ya no ten¨ªa que preocuparse de encontrar cerrado el banco.
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