La feria es as¨ª
Para un escritor es dif¨ªcil hablar de la Feria del Libro sin una pizca de nostalgia y otra de ilusi¨®n. La literatura es al fin y al cabo una dial¨¦ctica entre ambas. El libro es tan s¨®lo su resultado final. La Feria del Libro se me antoja un espejismo repleto de ilusiones, pero tambi¨¦n de nostalgias. El libro muere en cada feria, y el que en esta es novedad ser¨¢ en la pr¨®xima olvido. Pero despu¨¦s de un libro viene el siguiente y es en ese persistir donde reside la ilusi¨®n del escritor y del lector. Muchos a?os despu¨¦s, frente a este ordenador en el que escribo, a¨²n he de recordar la tarde remota en que mis padres me llevaron a conocer la feria. El paseo de Coches del Retiro se transformaba de repente y entre los ¨¢rboles brotaban las casetas. Aquel a?o la primavera pegaba espl¨¦ndida de olores. Polen y algarab¨ªa. Me compraron una novela de aventuras. Esa emoci¨®n infantil del libro nuevo entre las manos a¨²n perdura. Desde entonces nunca he faltado. Al principio coleccionaba escritores. Para un amante de los libros no existe otro placer que el de ver en carne y hueso a los autores de las obras que lee. Me acercaba a ellos, conversaba, les ped¨ªa sus firmas aut¨®grafas en un ejercicio inconsciente de fetichismo feroz. A Gabriel Celaya le pregunt¨¦ que c¨®mo siendo ingeniero se hab¨ªa dedicado a la poes¨ªa. "As¨ª nos va, hijo, as¨ª nos va", me respondi¨®, Amparitxu, su mujer, m¨¢s resignada que otra cosa. A Borges le estrech¨¦ la mano, pero era s¨®lo ausencia y ni me vio. A Rafael Alberti, que aquel a?o vend¨ªa dibujos al por mayor, le ped¨ª medio en broma que me pintara una paloma en el interior de una caja de cerillas y aunque gru?endo, lo hizo. V¨¢zquez Montalb¨¢n me llam¨® p¨¢jaro en la dedicatoria de sus P¨¢jaros de Bangkok. Terenci Moix me habl¨® de una triste cr¨®nica de adolescencias solitarias, y a mi adorado ?ngel Gonz¨¢lez le hice escribirme ese poema que tanto me gustaba: "Manolo go, interiormente za, cuando su mujer dice fornica, por formica". ?Cu¨¢ntos chaparrones no me habr¨¢n ca¨ªdo encima paseando por la feria, cu¨¢ntas tardes soleadas fantaseando con mi futuro de escritor! La recorr¨ªa de arriba abajo, ojeaba los libros, ve¨ªa a los personajes que la habitaban; aquel poeta canario que iba vendiendo su "alma guanche entre los surcos del destino"; ese se?or mayor que vociferaba por el paseo "?ediciones libertarias, del autor al lector!". El tiempo vuela r¨¢pido y un d¨ªa fui yo el que estaba en la caseta, parapetado en mis novelas, bol¨ªgrafo en ristre, dispuesto a firmar sin parar. Siente uno cierta perplejidad al ser expuesto a la curiosidad de los lectores, cierta vanagloria al mismo tiempo y hasta se puede caer en la tentaci¨®n de pretender convertirse en monstruo de feria, de esos con largas colas en plan los m¨¢s vendidos. Un a?o m¨¢s la feria ha vuelto. Hoy para m¨ª no s¨®lo es un lugar en el que se entrecruzan ilusi¨®n y nostalgia sino tambi¨¦n una oportunidad para saludar a lectores y a amigos. All¨ª estar¨¢n firmando sus nuevas novelas Marta Sanz, Marcos Giralt, Blanca Riestra, Jos¨¦ Ovejero, y muchos otros m¨¢s. Pero la feria tambi¨¦n es el futuro, y los ni?os que hoy pasean de la mano de sus padres, conociendo por primera vez la feria, tal vez sean los escritores que recojan el testigo de nuestro amor por la escritura, por la literatura, por los libros. La feria es as¨ª.
Fernando Royuela Yin (Madrid, 1963) es autor, entre otros libros, de La mala muerte, Violeta en el cielo con diamantes y El rombo de Michaelis, publicados por Alfaguara. Actualmente est¨¢ terminando la novela La mujer que se tir¨® por un balc¨®n antes del fin del mundo. La Feria del Libro de Madrid se celebrar¨¢ entre los pr¨®ximos d¨ªas 28 de mayo y 13 de junio en el paseo de Coches del Retiro. www.ferialibromadrid.com.
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