1.040 a?os de c¨¢rcel para los autores del atentado de la T-4
La reparaci¨®n por los dos asesinatos se fija en 1,2 millones
El atentado de la T-4 en el aeropuerto de Barajas (Madrid) con el que ETA rompi¨® su ¨²ltima tregua el 30 de diciembre de 2006 y que caus¨® la muerte de los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, de 19 y 34 a?os, tiene ya autor¨ªa judicial: los etarras Mattin Sarasola, Igor Portu y Mikel San Sebasti¨¢n. La Audiencia Nacional conden¨® ayer a 1.040 a?os de c¨¢rcel a cada uno, aunque el cumplimiento efectivo no superar¨¢ los 40. Los condenados tendr¨¢n que pagar 2,5 millones de euros, como indemnizaci¨®n, a los heridos en el atentado y a los familiares de los dos fallecidos (700.000 euros para los de Diego Armando Estacio y 500.000 para los de Palate).
Las principales pruebas valoradas por el tribunal han sido la declaraci¨®n ante la Guardia Civil de Sarasola, que involucr¨® a Portu y a San Sebasti¨¢n y que relat¨® -con detalles que luego han sido contrastados- c¨®mo se prepar¨® y ejecut¨® el atentado; un v¨ªdeo en el que se ve en la T-4 un individuo que no queda identificado pero que tiene la misma complexi¨®n y altura que Sarasola y que coincide con su descripci¨®n; y el aviso telef¨®nico de la colocaci¨®n de la bomba, que los magistrados atribuyen a Igor Portu.
Portu y Sarasola, seg¨²n la sentencia dictada por los magistrados Alfonso Guevara, Guillermo Ruiz Polanco y Mar¨ªa ?ngeles Barreiro, formaban parte desde 2002 del comando legal Goiztiarrak (los madrugadores) de la banda terrorista y en mayo de 2004 constituyeron Elurra (nieve) junto a Mikel San Sebastian. En septiembre de 2006, a¨²n vigente el alto el fuego, el entonces n¨²mero uno de ETA, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y su lugarteniente, Joseba Aranibar (ambos procesados en la causa y pendientes de enjuiciamiento por estar en rebeld¨ªa), los citaron en el monte Auza (Navarra) para darles instrucciones precisas sobre el atentado. Hicieron dos viajes a Madrid para prepararlo.
El 27 de diciembre robaron la que iba a ser su furgoneta bomba en Luz Ardiden (Francia), retuvieron durante dos d¨ªas y medio al due?o y el 29 emprendieron viaje a Madrid cada uno en un veh¨ªculo: la furgoneta, un coche y una moto. Sarasola fue quien dej¨® la furgoneta con la carga explosiva en el aparcamiento de la T-4. Despu¨¦s, con una peluca una gorra y una mascarilla en la nariz, sali¨® de all¨ª. Cogi¨® un taxi y march¨® al encuentro de Portu. Se reunieron con San Sebasti¨¢n y volvieron a Navarra.
Desde all¨ª Portu fue a San Sebasti¨¢n para avisar de la colocaci¨®n de la bomba. Llam¨® a las 7.53 horas del 30 de diciembre a la central de la DYA en San Sebasti¨¢n. Tres minutos m¨¢s tarde telefone¨® al Parque de Bomberos de Madrid. Media hora despu¨¦s avis¨® a la central SOS/DEIAK de San Sebasti¨¢n y al diario Gara. A las 8.45 los servicios de seguridad del aeropuerto y la polic¨ªa encontraron la furgoneta. Comenzaron el desalojo, pero a las 8.59 explot¨® el veh¨ªculo. Palate y Estacio, dos inmigrantes ecuatorianos, segu¨ªan all¨ª. Se hab¨ªan quedado a dormir en sus coches.
Confesi¨®n "libre" o bajo tortura
La principal prueba contra los etarras ha sido la declaraci¨®n ante la Guardia Civil de uno de ellos, Mattin Sarasola. Pero el etarra, junto a Igor Portu, denunci¨® despu¨¦s por torturas a 15 guardias civiles que participaron en su detenci¨®n, el 6 de enero de 2008, en Arrasate (Guip¨²zcoa). El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de San Sebasti¨¢n abri¨® un procedimiento penal por estos hechos. A¨²n no tiene sentencia pero est¨¢ en fase de juicio oral en la Audiencia Provincial de Guip¨²zcoa.
El fiscal de ese proceso pide penas de hasta tres a?os de prisi¨®n para cuatro de los guardias civiles por torturas y acusa a otros seis de faltas de lesiones. El fiscal describe pu?etazos, patadas y amenazas por parte de los agentes. Portu pas¨® tres d¨ªas en la UCI "por la gravedad de sus lesiones".
Los jueces de la Audiencia Nacional, que admiten que hab¨ªa erosiones y contusiones en el cuerpo de Sarasola seg¨²n los informes forenses, dan por v¨¢lida su autoinculpaci¨®n sobre el atentado. Argumentan que las detenciones fueron "violentas" por la resistencia e intento de huida de Portu y Sarasola. Y resaltan que "las alegaciones de tortura son habituales" entre los terroristas.
La sentencia defiende que, incluso si la Audiencia de Guip¨²zcoa condenara a los agentes, lo que ocurriera el d¨ªa de la detenci¨®n (6 de enero de 2008) "no guarda relaci¨®n natural ni jur¨ªdica con la declaraci¨®n de Sarasola en la Direcci¨®n General de la Guardia Civil [los d¨ªas 7, 8 y 9, en Madrid]". "Sarasola verific¨® sus declaraciones de forma libre y voluntaria", concluye.
Si finalmente hubiera alguna condena por torturas, la ¨²ltima palabra sobre si las declaraciones de Sarasola son v¨¢lidas como prueba la tendr¨¢ el Tribunal Supremo, ante el que previsiblemente acabar¨¢ el caso.
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