Tutankam¨®n en la Casa de Campo
Una exposici¨®n recrea a trav¨¦s de 1.000 piezas la tumba del joven fara¨®n
Un pelot¨®n de ni?os esquiva con v¨¦rtigo sarc¨®fagos milenarios, estatuas egipcias y cofres de madera pintados con dibujos de deidades ancestrales. Pasan con desenfreno a solo cent¨ªmetros de algunas de las m¨¢s de un millar de piezas que conforman la muestra Tutankamon: La tumba y sus tesoros, que se exhibe en el pabell¨®n 12 de la Casa de Campo hasta el pr¨®ximo 17 de octubre.
Los encargados de vigilar la exposici¨®n observan de reojo a los peque?os. ?La raz¨®n? Son s¨®lo r¨¦plicas exactas de todos los objetos que el arque¨®logo brit¨¢nico Howard Carter hall¨® en la tumba de Tutankamon el 4 de noviembre de 1922. "Fue una visi¨®n absolutamente maravillosa", dir¨ªa Carter unos a?os despu¨¦s con l¨¢grimas en los ojos al ser preguntado por Lord Carnravon por el panorama que encontr¨® al descubrir la tumba.
100 artesanos han esculpido durante a?os las r¨¦plicas del ajuar funerario
Despu¨¦s de trabajar como gu¨ªa tur¨ªstico, dibujante y comerciante de antig¨¹edades, Howard Carter aterriz¨® en Madrid por primera vez en noviembre de 1924. Invitado por el entonces Duque de Alba, Carter imparti¨® diversas conferencias sobre su descubrimiento. El ¨¦xito fue rotundo y regres¨® en 1928. La estancia del egipt¨®logo ingl¨¦s en Espa?a le a?ade inter¨¦s a la muestra. "Incluso don¨® al Comit¨¦ Hispano-Ingl¨¦s el material fotogr¨¢fico y las pel¨ªculas que hab¨ªa tra¨ªdo consigo", afirma uno de los organizadores.
En la primera sala de la exposici¨®n, una pareja de turistas italianos acribilla con el flash de su c¨¢mara una estatua del fara¨®n. La sala evoca el Valle de los Reyes, en Luxor, con un ambiente de penumbra y un halo de misterio. La figura est¨¢ representada con las manos en pose de oraci¨®n. "Nos ha gustado mucho todo, pero creo que faltan en las piezas letreros con explicaciones", lamenta Andrea.
Dos salas donde se proyectan v¨ªdeos alusivos al antiguo Egipto anteceden a la entrada de la tumba del fara¨®n. Ah¨ª se encuentran los tres sarc¨®fagos -el original de uno de ellos est¨¢ rematado en oro y pesa 110 kilos- las maquetas de barcos apiladas en desorden o peque?os cetros que se supone utiliz¨® Tuntankamon. Un centenar de artesanos egipcios se ha encargado de esculpir durante a?os las imitaciones del ajuar funerario del joven rey (muri¨® con 19 a?os), siguiendo t¨¦cnicas tradicionales combinadas con aparatos de ¨²ltima tecnolog¨ªa. La muestra, que ha hecho escala en otras ciudades como Z¨²rich, Hamburgo, M¨²nich, Barcelona y Budapest, ha atra¨ªdo a m¨¢s de 1,4 millones de visitantes.
Los organizadores se plantearon dos objetivos: educar y divertir. Por la parte de los peque?os visitantes parece que lo han conseguido. La muestra es una invitaci¨®n a so?ar en mundos nuevos, dice uno de los profesores de un instituto visitante, porque ampl¨ªa los horizontes de los ni?os y con la ayuda de los medios audiovisuales complementa la experiencia. "No es lo mismo ense?ar la historia en un texto que con un v¨ªdeo, la imagen les complementa el proceso de aprendizaje y lo pone todo en su contexto", reflexiona el educador.
Angie, una ni?a ecuatoriana dice que ha descubierto cosas que proceden de muchos a?os atr¨¢s. Por ejemplo, avisa la ni?a: "el que se atreva a molestar la tumba de Tutankamon despu¨¦s la maldici¨®n de una serpiente le har¨¢ da?o".
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