El Supremo da v¨ªa libre a un hotel junto a las salinas de Cabo de Gata
La Junta pierde un litigio contra la licencia de obras que ha durado 11 a?os
La amenaza de la proliferaci¨®n del ladrillo planea una vez m¨¢s sobre el parque natural de Cabo de Gata, donde se acaba de dar luz verde al permiso concedido hace una d¨¦cada para construir un hotel junto a uno de los espacios m¨¢s v¨ªrgenes y de mayor valor ecol¨®gico del parque natural: las salinas.
Tras a?os de litigio, y seg¨²n avanz¨® ayer el diario local La Voz de Almer¨ªa, el Tribunal Supremo ha archivado la causa abierta tras el recurso que puso Junta de Andaluc¨ªa contra la decisi¨®n del Ayuntamiento de N¨ªjar, gobernado entonces por el socialista Joaqu¨ªn Garc¨ªa, de otorgar licencia de obras y de apertura a la empresa C¨ªrculo Agroambiental.
Esta sociedad mercantil del constructor riojano Marcos Eguiz¨¢bal, fallecido en agosto de 2009, fue la que promovi¨® en 1999 el controvertido proyecto. Su intenci¨®n, auspiciada por el ente local, era la de construir un hotel de 50 habitaciones en suelos no urbanizables del paraje conocido como Campillo de Gata, situado en la zona norte de las salinas.
Los ecologistas ven el proyecto como un "atentado inadmisible"
El complejo que, seg¨²n se anunci¨® entonces, se iba a encargar al arquitecto portugu¨¦s ?lvaro Siza, galardonado con el premio Pritzker en 1992, preve¨ªa ocupar m¨¢s de 3.000 metros cuadrados de terreno. A ellos se un¨ªan otras tres hect¨¢reas de zona ajardinada, seg¨²n consta en un escrito que Ecologistas en Acci¨®n envi¨® en enero de 2000 a la Consejer¨ªa de Medio Ambiente.
Pese a los intentos de la Junta de Andaluc¨ªa de lograr que se anularan estas licencias, el Tribunal Superior de Justicia (TSJA) aval¨® su validez el a?o pasado por defectos formales y por considerar insuficientes los argumentos esgrimidos por la administraci¨®n auton¨®mica. ?sta anunci¨® entonces la presentaci¨®n ante el Tribunal Supremo de un nuevo recurso del que finalmente desisti¨®, tal y como se?ala el auto del mismo tribunal que da ahora por terminado el procedimiento.
La decisi¨®n judicial, notificada d¨ªas pasados a las partes, gener¨® ayer la alarma entre los grupos ecologistas, que temen una reactivaci¨®n del proyecto. A ¨¦l se refieren ya como "segundo Algarrobico", en referencia al pol¨¦mico hotel convertido en todo un s¨ªmbolo de la destrucci¨®n del litoral, que amenaza ruina a la espera de que los tribunales resuelvan la mara?a judicial abierta para intentar que el lugar recobre su estado natural.
"Bastante tenemos con un Algarrobico, para generar ahora otro", advirti¨® ayer Jos¨¦ Rivera, presidente del grupo ecologista Mediterr¨¢neo y miembro de la junta rectora del parque natural de Cabo de Gata-N¨ªjar. Si los derechos reconocidos ahora a la empresa, heredada por la prole de Eguiz¨¢bal, se traducen en una reactivaci¨®n del proyecto "el impacto ser¨¢ fort¨ªsimo" sobre Las Salinas, alert¨® el representante ecologista.
Esta zona pr¨¢cticamente virgen que carece de dotaciones para albergar un edificio de las caracter¨ªsticas del hotel proyectado est¨¢ formada por 380 hect¨¢reas de superficie inundable que constituye una de las joyas de Cabo de Gata.
Entre otras consecuencias negativas, Rivera se?ala que "los p¨¢jaros no lo soportar¨ªan", en referencia a las 80 especies que alberga este espacio de excepcional valor ecol¨®gico, que es parada obligatoria de las aves que migran del norte de Europa a ?frica.
"La zona debe mantener su estado actual", exigi¨® Rivera. Su opini¨®n la comparten en lo esencial la Junta de Andaluc¨ªa y el Ayuntamiento de N¨ªjar, ahora gobernado por el PP. Su alcalde, Antonio Jes¨²s Rodr¨ªguez, reconoci¨® el derecho de la empresa a construir el hotel, si bien asegur¨® que edificar en una zona altamente protegida "no ser¨ªa lo mejor" para el parque.
Por ello, como alternativa, el alcalde ha pedido respaldo a la Junta para crear un ¨¢rea de desarrollo residencial y hotelero fuera del espacio protegido .
Sin coger el guante del consistorio, la Consejer¨ªa de Medio Ambiente asegur¨® que har¨¢ todo lo que est¨¦ "en sus manos" para preservar el estado de la zona. "Una cuesti¨®n es la legalidad de la licencia y, otra bien distinta, la ejecuci¨®n de un proyecto que pueda afectar a los valores ambientales", seg¨²n la Junta, que recuerda que el proyecto si sigue adelante debe pasar a¨²n filtros como la declaraci¨®n de impacto ambiental.
Para los ecologistas, ejecutar el proyecto "ser¨ªa una barbaridad, un atentado inadmisible contra el coraz¨®n del parque natural".
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