Curas y ladrillos en la misma caja

"No es una cosa tan anacr¨®nica que un cura sea presidente de una caja". Santiago G¨®mez Sierra, el sacerdote que hasta la noche del viernes presid¨ªa Cajasur, defend¨ªa as¨ª el papel protagonista de la Iglesia en la entidad cordobesa a los pocos meses de acceder al cargo, en julio de 2007. Seis de los 20 miembros del consejo de administraci¨®n son sacerdotes, en concreto, can¨®nigos del Cabildo catedralicio, la instituci¨®n eclesi¨¢stica a la que se considera fundadora de la entidad. Se trata de la ¨²nica caja de ahorros en la que los curas tienen poder de gesti¨®n.

Y tener poder en Cajasur es lo mismo que tener poder sobre C¨®rdoba. La entidad controla alrededor del 50% del negocio financiero de esta ciudad de 320.000 habitantes y raro era el acontecimiento que no llevaba impresa una paloma blanca, el logotipo de la caja. Adem¨¢s, durante a?os, se extendi¨® una potente red clientelar a trav¨¦s de ayudas y patrocinios del departamento de recursos humanos. Cajasur cuenta con una plantilla de 3.100 personas. Cajamurcia, por ejemplo, no llega al millar de empleados y por activos es algo mayor que la cordobesa.

Los consejeros cobraron dietas por asistir a conciertos o actos religiosos

Cajasur se extendi¨® como una mancha de aceite por la ciudad durante la presidencia del pol¨¦mico sacerdote Miguel Castillejo, a los que sus muchos aduladores llamaban Don Miguel y sus cr¨ªticos, Fray Langostino. Estuvo al frente de la caja durante tres d¨¦cadas y protagoniz¨® duros enfrentamientos con la Junta de Andaluc¨ªa. Gracias a la cobertura que le dio el PP, Castillejo huy¨® de la tutela auton¨®mica en 2002 y se puso bajo el paraguas del Gobierno central, entonces en manos de los populares. Antes de emprender esta huida, la Iglesia controlaba el 30% del consejo de administraci¨®n. A partir de ese momento, el Cabildo se apoder¨® del 50% de los sillones, cuando la ley auton¨®mica de cajas fijaba entonces un m¨¢ximo del 13% de representaci¨®n para las entidades fundadoras, como lo era la Iglesia.

Los mayores desmanes se cometieron durante esta ¨¦poca. Asuntos tan chuscos como que los consejeros cobraran suculentas dietas por asistir a conciertos, conferencias o por acudir al acto religioso de la coronaci¨®n de la Virgen de la Fuensanta. El Gobierno andaluz present¨® en 2003 una denuncia ante la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n al entender que, a trav¨¦s del sistema de dietas, se podr¨ªa haber incurrido en una apropiaci¨®n indebida de 10,3 millones. El fiscal archiv¨® la denuncia.

De esta ¨¦poca de principios de este siglo tambi¨¦n data la millonaria p¨®liza que Cajasur firm¨® con la aseguradora Caser para que Castillejo recibiera una pensi¨®n vitalicia cuando dejara la presidencia. Cuando ¨¦l muera, la seguir¨¢n percibiendo sus hermanas.

Y en esta ¨¦poca tambi¨¦n arranc¨® el principio del fin de Cajasur. A la caja cordobesa la ha perdido el ladrillo. De la mano de Castillejo la entidad se lanz¨® sobre la Costa del Sol. De C¨®rdoba salieron tres de las grandes constructoras andaluzas: Arenal 2000, Noriega y Prasa. Cajasur les prest¨® la cobertura para expandirse.

El Banco de Espa?a realiz¨® una profunda investigaci¨®n sobre la caja en 2004. En abril de 2005, remiti¨® el informe al consejo de administraci¨®n. El supervisor alertaba entonces de que el 22% de la inversi¨®n crediticia se concentraba en la promoci¨®n y la compraventa de suelos. Adem¨¢s, un alto porcentaje de las financiaciones ten¨ªa un "marcado sesgo especulativo", seg¨²n el Banco de Espa?a. Pero la entidad controlada por la Iglesia no se conform¨® con ofrecer cr¨¦ditos. Se lanz¨® a crear promotoras participadas -la mayor¨ªa al 50%- con los constructores. Y tambi¨¦n sobrepasaba los l¨ªmites de concentraci¨®n de riesgo en las participadas.

En aquel informe de 2005, el Banco de Espa?a incid¨ªa en la importancia de imponer en la caja las "decisiones colegiadas" para evitar los "personalismos" en los que incurr¨ªa Castillejo. Tres meses despu¨¦s de que el supervisor remitiera este informe a la entidad, en julio de 2005, el pol¨¦mico sacerdote fue desalojado de la presidencia de Cajasur. Hoy disfruta de su retiro al frente de la Fundaci¨®n Monse?or Miguel Castillejo. La sede est¨¢ en el enorme Palacio de las Doblas. El inmueble lo don¨® en 2005 el empresario Rafael G¨®mez, conocido popularmente como Sandok¨¢n y propietario de la constructora Arenal 2000, una de las promotoras cordobesas con las que Cajasur tuvo una relaci¨®n m¨¢s estrecha. G¨®mez tambi¨¦n es uno de los empresarios involucrados en la operaci¨®n Malaya.

Castillejo sali¨® de la caja en el verano de 2005 gracias al acuerdo que cerr¨® la Junta con el Obispado cordob¨¦s para la vuelta de la entidad a la tutela auton¨®mica. Cajasur regres¨®, pero la Iglesia logr¨® conservar sus privilegios. El Gobierno andaluz modific¨® la ley de Cajas para que el Cabildo controlara el 30% del consejo de administraci¨®n y los can¨®nigos se pudieran jubilar a los 75 a?os y no a los 70 como el resto.

Gracias a aquella modificaci¨®n la Iglesia ha seguido manteniendo a seis sacerdotes sentados en el consejo. Las relaciones con la Junta han sido menos accidentadas durante estos ¨²ltimos cinco a?os. Bajo la atenta mirada del supervisor, los can¨®nigos y el resto de consejeros han estado m¨¢s preocupados en la forma de digerir la herencia enladrillada que finalmente les ha conducido a ser intervenidos por el Banco de Espa?a.