Kilos mundiales
Hace un par de d¨ªas, una amiga en pleno baj¨®n por un desenga?o amoroso, me comentaba que parec¨ªa que el mundo hab¨ªa conspirado para que todo lo que le rodeaba hablase de su mal de amores, vamos, que pon¨ªa una canci¨®n y hablaban de ella, que ve¨ªa una peli y era un calco de su vida... Y es que cuando est¨¢s feliz hasta la lluvia brilla o si est¨¢s embarazada, por ejemplo, parece que todo el mundo tiene bombo. Hasta los t¨ªos.
Pero lo que estos d¨ªas me tiene desconcertada, es que, aunque no tenga ning¨²n v¨ªnculo con el f¨²tbol, me aparece por todas partes, como si estuviera obsesionada, y eso que soy de las que secundo firmemente la huelga contra el f¨²tbol que inici¨® una amiga, por lo menos hasta que desaparezcan de las primeras planas de los peri¨®dicos las alusiones diarias al estado de los ligamentos de los jugadores.
Estoy agobiada, tengo la sensaci¨®n de que hay copa, recopa, liga, liguilla, ligoteo,... de todo. Y ya cuando parec¨ªa que, por fin, iba a haber algo m¨¢s all¨¢ que f¨²tbol, ?toma Mundial!
Hace unos cuantos a?os, cuando nuestra vida estaba politizada hasta l¨ªmites inenarrables y la lucha antifranquista era monotema, el f¨²tbol no estaba bien visto, porque era "alienante" Luego, con el cambio pol¨ªtico, la gente se permiti¨® confesar "sus tendencias" futbol¨ªsticas. Las cenas arrancaban con discusiones pol¨ªticas y terminaban con comentarios sobre jugadas. Pero cuando desapareci¨® el ¨²ltimo resquicio de compromiso pol¨ªtico, el asunto f¨²tbol deriv¨® en la manifestaci¨®n popular en defensa de alguna bandera (futbolera, claro), con licencia para agredir al ¨¢rbitro y a los jugadores del equipo contrario. Aunque en principio solo fuera verbalmente. La excusa es convincente o, mejor dicho, conveniente: "As¨ª la gente se desahoga y mejor que lo hagan all¨ª". Pero ya una vez que se "sueltan" en el gallinero y cantan todas las palabrotas que se les ocurran, ya no hay qui¨¦n pare la futbolbronca. Y ya no se sabe si hemos decidido que no podemos vivir sin alg¨²n partido "vital" por semana o si se ha decidido que "lo mejor es no pensar en lo que agobie, y mas vale, ocuparse en lo que aborregue". Vamos, que el f¨²tbol coge la delantera, se mete en el ¨¢rea de nuestras vidas, avanza con fuerza, hace un quiebro y... ?gooool!
Hace un par de d¨ªas, intentando curarme del "tema" que me persigue (m¨¢s bien "nos" persigue), puse la tele con cautela, y... hablaban de las comuniones, que se celebran muchas de ellas el mes de mayo. "Uf", pens¨¦, "no se habla de f¨²tbol, menos mal, me estoy curando". Y en ese momento va y cuentan que el ¨²ltimo grito de las comuniones es celebrarlas en un campo de f¨²tbol, mirando al c¨¦sped y vestido con el traje de tu equipo, y adem¨¢s, si los ni?os gastan m¨¢s de 500 euros en merchandising, les "permiten" jugar un ratito con su ¨ªdolo. ?Socorro!
El f¨²tbol pesa demasiado. Quiz¨¢s de cara al verano, habr¨ªa que quitar esos "kilos" de sobre-gasto y de sobreexposici¨®n que soportamos. Es una idea para los recortes. Sin m¨¢s.
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