"Cualquier gesti¨®n vale la pena"
Berta Soler es una de las mujeres m¨¢s activas del movimiento de las Damas de Blanco. Es esposa de ?ngel Moya, miembro del Grupo de los 75, condenado a 20 a?os de c¨¢rcel en la primavera de 2003. Desde entonces, cada domingo desfila pac¨ªficamente y vestida de blanco por la Quinta Avenida de La Habana en demanda de la liberaci¨®n de su esposo y del resto de los opositores encarcelados. El s¨¢bado visit¨® junto a algunas de sus compa?eras al cardenal Jaime Ortega, quien les inform¨® de la marcha de las gestiones de la Iglesia. Por primera vez en mucho tiempo, ve un rayo de luz en el horizonte.
Pregunta. ?Qu¨¦ les ha dicho la Iglesia?
Respuesta. La Iglesia nos ha explicado que hay unas conversaciones y unas gestiones a favor de los presos, y que podr¨ªan fructificar. Se habla del acercamiento de los presos a sus provincias de origen y de la hospitalizaci¨®n de los m¨¢s enfermos. Tambi¨¦n nos han dicho que continuar¨¢n las gestiones y contactos con el Gobierno para lograr la excarcelaci¨®n de los presos enfermos.
P. ?De qu¨¦ plazos estamos hablando? A Guillermo Fari?as, al parecer, le dijeron que las primeras medidas podr¨ªan ejecutarse esta semana.
R. Con nosotros no hablaron de plazos ni de momentos. Si a Fari?as le dijeron eso, ojal¨¢ sea as¨ª.
P. ?C¨®mo eval¨²a las gestiones de la Iglesia?
R. Nos llenan de esperanza. Las gestiones son muy v¨¢lidas, tanto para las Damas de Blanco como para los presos, y ya se ven los primeros resultados. Nosotras, gracias a una petici¨®n de la Iglesia, ya podemos desfilar sin que nos hagan actos de repudio, y si ahora se produce el acercamiento de los presos, la hospitalizaci¨®n de los enfermos y despu¨¦s su excarcelaci¨®n, pues va en la buena l¨ªnea.
P. ?A qu¨¦ cree que se debe la nueva actitud del Gobierno?
R. No s¨¦, pero parece que ha empezado a escuchar a la Iglesia. Y eso es bueno, pues se est¨¢ dando una respuesta positiva y sin violencia. Como le dec¨ªa, desde el 1 de mayo no ha habido m¨¢s actos de repudio.
P. ?Su marido podr¨ªa beneficiarse de las medidas humanitarias?
R. No lo creo, ¨¦l es joven, no est¨¢ enfermo y est¨¢ cerca, en la prisi¨®n de La Habana. Pero eso no es lo importante. Cualquier gesti¨®n vale la pena: si acercan a los presos, vale la pena; si liberan a uno o a dos de los m¨¢s enfermos, vale la pena. De cualquier modo, nosotros seguiremos pidiendo la libertad de todos.
P. ?Los desfiles van a continuar?
R. Hasta el ¨²ltimo preso.
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