?pera en el ambulatorio
He escuchado conciertos en sitios extra?os, pero el martes pasado me ocurri¨® algo in¨¦dito: asist¨ª a mediod¨ªa a una funci¨®n de ¨®pera en la sala de espera del ambulatorio de Santa Hortensia (Prosperidad). Se aconsejaba media etiqueta, pero a excepci¨®n de los artistas y un par de despistados, el resto de la audiencia omiti¨® ostentosamente el consejo. Era un p¨²blico barroco.
Dos j¨®venes sopranos y dos pianistas (uno de los cuales, ingeniero industrial) convirtieron la sala de espera durante hora y media en un palco del Real. Present¨® el acto la doctora ?lvarez Pasqu¨ªn, que fue aportando entre pieza y pieza comentarios jugosos relacionados con la m¨²sica y la medicina: "No siempre la profesi¨®n m¨¦dica queda con buen pie en la ¨®pera. En muchas de ellas el m¨¦dico es v¨ªctima de enga?o y, no pocas veces, aparece como un charlat¨¢n; los enfermos no siempre tienen un int¨¦rprete adecuado. Por ejemplo, se puede ver a robustas divas aquejadas de tuberculosis...".
Las dos sopranos, estudiantes de canto y medicina, adem¨¢s de arias, interpretaron el Ave Mar¨ªa, de Gounod, cantatas medievales, m¨²sicas de palacio y hasta una romanza de zarzuela.
En la ¨®pera se representan diversas patolog¨ªas, como psicosis, celotipia, del¨ªriums, depresiones, psic¨®ticos, infecciones, fiebre, litiasis, litotom¨ªas y castraciones. En fin, carne de ambulatorio.
La experiencia ?pera en la sala de espera es pionera en Espa?a. Solo se hab¨ªa probado en Brasil como un instrumento m¨¢s de docencia para los estudiantes de medicina. El ambulatorio de Santa Hortensia desarrolla de vez en cuando actividades culturales para relacionarse con los pacientes informalmente. Desde ahora en adelante, en la sala de espera se notar¨¢ la presencia de Mozart. La cultura, la m¨²sica y la medicina est¨¢n muy relacionadas. Por cierto, el coro del hospital Ram¨®n y Cajal es uno de los mejores orfeones de Madrid.
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