El Banco de Espa?a exige a los directivos que revitalicen Cajasur

Los tres administradores nombrados por el Banco de Espa?a tras la destituci¨®n del consejo de administraci¨®n de Cajasur est¨¢n intentando tranquilizar a los trabajadores de la caja tras la intervenci¨®n. Uno de los tres directivos prejubilados que el supervisor ha puesto al frente de la entidad se encarg¨® ayer de reunirse con los directores de las oficinas -en grupos reducidos- para pedirles que "reactiven el tono comercial", seg¨²n fuentes de la caja. "Zapatero a tus zapatos", fue el mensaje que lanz¨® el Banco de Espa?a a los empleados.

Los administradores Jos¨¦ Antonio Iturriaga, Tom¨¢s Gonz¨¢lez y Francisco Orenes -que han desarrollado sus carreras en el Santander y el Zaragozano- tendr¨¢n que elaborar un plan de viabilidad para la caja cordobesa, que hasta la madrugada del s¨¢bado estaba controlada por la Iglesia cat¨®lica.

De momento, los gestores insisten en centrarse en el "¨¢rea comercial de Cajasur", uno de los puntos fuertes de esta maltrecha entidad. La caja tiene una fuerte implantaci¨®n en C¨®rdoba y controla alrededor del 50% del negocio financiero de la ciudad. La nueva doctrina que est¨¢n lanzado los interventores persigue recuperar tanto los activos como los pasivos y evitar la p¨¦rdida de clientes. "Lo que se pide en las reuniones es que se reactive la red comercial. Que hagamos lo que hacen las sucursales de una caja, que aumentemos los pasivos y los activos. En cuanto a los cr¨¦ditos, se pide que se siga siendo riguroso pero se anima a que se haga uso de ellos", explicaron ayer desde Cajasur.

Mientras, el futuro de la entidad sigue en el aire. Los gestores elaborar¨¢n un plan de viabilidad para la entidad, a la que se le inyectar¨¢n 550 millones para que vuelva a cumplir el coeficiente de solvencia. La entidad ha quedado tocada por la crisis del ladrillo. Lejos quedan ya los delirios por ser un gigante financiero que caracteriz¨® a Cajasur durante los a?os en los que fue dirigida por el cura Miguel Castillejo, que abandon¨® la entidad en verano de 2005. Bajo este presidente, la caja sucumbi¨® a la fiebre inmobiliaria. La factura multimillonaria que dej¨® ha terminado por arruinar a la firma y llevarla a la intervenci¨®n.

Seg¨²n fuentes de la caja, los nuevos gestores ven con buenos ojos al director general, Antonio Barral, que sigue en su puesto, y a la que fue interventora de la entidad. Esta ¨²ltima protagoniz¨® contra su voluntad uno de los momentos de m¨¢s tensi¨®n que se recuerdan dentro de Cajasur. Ocurri¨® en marzo, cuando hubo que aprobar las cuentas de 2009, que lanzaban unas p¨¦rdidas de 596 millones de euros. El entonces presidente, el sacerdote Santiago G¨®mez Sierra, quiso la cabeza de Barral para culparle de la debacle. Y la que acab¨® siendo destituida fue la interventora.