La erudici¨®n popular
En 25 a?os, los museos coru?eses han hecho de la ciencia un "patrimonio de todos"
?Que los Reyes, las dos infantas, el presidente del Gobierno y dos ministros se encierren con p¨²blico en un recinto cerrado y a oscuras para ver las estrellas? "Ni hablar, imposible por razones de seguridad nacional". Saltaron todas las alarmas en el equipo de la Casa Real cuando preparaba la visita de la m¨¢s alta representaci¨®n del Estado para inaugurar la Casa de las Ciencias de A Coru?a y su planetario, el primero p¨²blico de Espa?a.
Era 1985 y nadie entend¨ªa muy bien en qu¨¦ consist¨ªa ese aparato que recrea los movimientos celestes de los planetas. E igual de dif¨ªcil que un algoritmo era concebir que la ciencia es cultura, como pretend¨ªa divulgar y popularizar aquel palacete de un parque entonces llamado monte de Santa Margarita que se iba a convertir en el primer centro difusor de las ciencias en Espa?a de titularidad p¨²blica.
Fue revolucionario que se pusieran en 1985 ordenadores al alcance "de todos"
La Casa de las Ciencias acogi¨® el primer planetario p¨²blico de Espa?a
Una pionera iniciativa municipal que result¨® ser un ¨¦xito total desde el primer d¨ªa. S¨®lo falt¨® el Pr¨ªncipe de Asturias, en aquella ¨¦poca estudiante en Canad¨¢, a la sonada inauguraci¨®n, el 1 de junio de 1985, de la Casa de las Ciencias de A Coru?a. Fue la primera piedra de los hoy consagrados Museos Cient¨ªficos Coru?eses. Integrados tambi¨¦n por la Domus, el primer museo interactivo del mundo dedicado al ser humano, y el Aquarium Finisterrae, cumplen su primer cuarto de siglo con un amplio y llamativo programa de actividades y eventos que arranca este s¨¢bado. "La clave y su peculiaridad es que es p¨²blico fue el elemento b¨¢sico que permiti¨® seducir a los ciudadanos, poniendo la ciencia al alcance de todos, convirti¨¦ndola en patrimonio de todos", afirma el director de los museos coru?eses, Xos¨¦ Ant¨®n Fraga.
M¨¢s de 3,3 millones de personas, a raz¨®n de 132.000 anuales, visitaron alguna de las instalaciones de una marca, Museos Cient¨ªficos Coru?eses =mc2, que goza de gran prestigio en toda Espa?a. "No se le pasaba por la cabeza a nadie hace 25 a?os que en la oferta cultural de una Administraci¨®n p¨²blica, y menos la de un Ayuntamiento, tuviese cabida la ciencia", corrobora el art¨ªfice de tan innovadora oferta, Ram¨®n N¨²?ez Centella.
El hoy director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa (Muncyt), que abrir¨¢ sus puertas, tambi¨¦n en A Coru?a, en 2012, relata el impacto que suscit¨® la propuesta desde el primer d¨ªa. Al margen de un recinto de la Caixa de Pensions de Barcelona, la Casa de las Ciencias de A Coru?a era el primer museo interactivo de Espa?a, y el ¨²nico p¨²blico, a semejanza de los que N¨²?ez hab¨ªa conocido durante su etapa estudiantil en Estados Unidos.
Para vencer la inicial negativa del jefe de seguridad de la Casa Real, se pact¨® que una cuarentena de escolares coru?eses acompa?ar¨ªan a las m¨¢s altas instancias del Estado en aquella sesi¨®n inaugural del planetario. Durante 20 minutos, los Reyes, sus hijas, el entonces presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, y el titular de la Xunta, Gerardo Fern¨¢ndez Albor, se deleitaron junto a los peque?os con una recreaci¨®n del ir y venir de los astros tal y como giraron la noche que naci¨® el pr¨ªncipe Felipe, 17 a?os antes.
El planetario se convirti¨® desde entonces en la oferta estrella de aquella pionera Casa de las Ciencias, que no tard¨® ni un d¨ªa en ganar popularidad. Se abri¨® al p¨²blico con un p¨¦ndulo de Foucault, una muestra temporal sobre ciencia y deporte, la exposici¨®n de la completa colecci¨®n de V¨ªctor L¨®pez Seoane, un naturalista ferrolano del siglo XIX, as¨ª como una planta entera dedicada a la experimentaci¨®n de fen¨®menos f¨ªsicos, una copia local y m¨¢s peque?a que el referente mundial en la materia, el Explorarium de San Francisco.
Pero lo que "m¨¢s impact¨®" la curiosidad popular, rese?a N¨²?ez, eran los ochos ordenadores que se pusieron "al alcance de todos para explicar y ense?ar lo que pod¨ªan hacer aquellas m¨¢quinas de pantalla verde fosforecente en una ¨¦poca en la que apenas hab¨ªa usuarios entre la poblaci¨®n". "La gente pod¨ªa hacer dibujos rudimentarios, acceder a una peque?a base de datos o descubrir a trav¨¦s de unos juegos algunos algoritmos de matem¨¢ticas", explica N¨²?ez. Y fueron aquellos "los primeros ordenadores del mundo que permitieron al p¨²blico interactuar en gallego", uno de los tres idiomas, adem¨¢s del castellano e ingl¨¦s, que pod¨ªa escoger el usuario.
La apertura en 1995 de la Domus en un espectacular edificio dise?ado por el arquitecto japon¨¦s Arata Isozaki, en una ladera frente a la bah¨ªa del Orz¨¢n, que fue portada de la prensa internacional, as¨ª como cuatro a?os m¨¢s tarde del popular acuario en el entorno de la Torre de H¨¦rcules, asentar¨ªa definitivamente la marca coru?esa de divulgaci¨®n cient¨ªfica. Un nuevo giro se prepara, cuando abra en febrero de 2011, aunque realmente no estar¨¢ operativo hasta al a?o siguiente, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa.

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