Atropello israel¨ª

El sangriento asalto israel¨ª a la flotilla de activistas propalestinos que pretend¨ªa romper el bloqueo de Gaza ha provocado un terremoto diplom¨¢tico, Consejo de Seguridad incluido, que amenaza con poner contra las cuerdas al Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu. La magnitud de la reacci¨®n internacional ha forzado al primer ministro a suspender su encuentro con Barack Obama previsto hoy en Washington, en el que estaba previsto el anuncio de negociaciones directas de paz entre israel¨ªes y palestinos, despu¨¦s del esfuerzo desplegado por el enviado especial norteamericano, George Mitchell, en unas conversaciones indirectas con ambas partes.

Todo sugiere que el Ej¨¦rcito israel¨ª, a falta de datos fiables sobre lo ocurrido, ha actuado una vez m¨¢s con absoluta desproporci¨®n. Si los preparativos para interceptar la flotilla parec¨ªan m¨¢s bien los de un Estado asediado por mar, el empleo de comandos de asalto para disuadir a seis barcos, con alrededor de 700 personas y materiales de socorro, es un formidable desprop¨®sito, impropio de uno de los mejores y m¨¢s sofisticados ej¨¦rcitos del mundo. Lo que deber¨ªa haberse planteado como mera operaci¨®n de polic¨ªa mar¨ªtima se ha convertido en acci¨®n de guerra, que en la versi¨®n fragmentaria de las autoridades jud¨ªas adquiere tintes inveros¨ªmiles y desemboca en una matanza de al menos una decena de personas.

La violencia de la actuaci¨®n israel¨ª est¨¢ cargada de malos presagios. No solo acent¨²a el aislamiento de su Gobierno (liquida pr¨¢cticamente sus v¨ªnculos con Turqu¨ªa, el ¨²nico aliado regional) y devuelve a la casilla cero las balbucientes conversaciones de paz, reiniciadas con f¨®rceps hace unas semanas. La torpeza criminal de Israel, que ha causado el previsible furor en el mundo ¨¢rabe, es tambi¨¦n un bal¨®n de ox¨ªgeno para Ham¨¢s, la organizaci¨®n radical islamista que controla Gaza; siega un poco m¨¢s la hierba bajo los pies del moderado presidente palestino Mahmud Abbas; y representa un nuevo desaf¨ªo para Obama, cuyo torpor en Oriente Pr¨®ximo le pasa una nueva factura y a quien Netanyahu ya le hab¨ªa lanzado abiertamente el guante a prop¨®sito de los incesantes asentamientos jud¨ªos en Jerusal¨¦n oriental. Esa acci¨®n desproporcionada es la provocaci¨®n que faltaba para que prenda de nuevo la temida Intifada que muchos agoreros vienen anunciando desde hace meses, con la posibilidad de que implique tanto a los ¨¢rabes de Cisjordania como a los del mismo Israel.

La gravedad de lo ocurrido exige del Gobierno israel¨ª una investigaci¨®n inmediata y veraz. Israel tiene enormes dificultades para explicar al mundo la necesidad del inhumano -y pol¨ªticamente infructuoso- bloqueo de mill¨®n y medio de palestinos en Gaza desde hace casi cuatro a?os, criticado incluso por quienes, como la UE, consideran a Ham¨¢s un grupo terrorista. El desmesurado y sangriento asalto naval de ayer degrada m¨¢s su imagen y hace del Estado jud¨ªo el mayor damnificado de sus propios procedimientos.