El Bar?a acaba a la primera
El cuadro azulgrana no da tregua al Unicaja y llega a la final de la ACB
Hab¨ªa robado el bal¨®n Cook y se fue como un tiro hacia la canasta contraria. A la altura de la personal y ante la salida de un defensor azulgrana encontr¨® con una gran asistencia a Berni Rodr¨ªguez. Restaban cinco minutos y el pabell¨®n se volv¨ªa loco (68-64) mientras Xavi Pascual ped¨ªa tiempo muerto y los jugadores de Unicaja levantaban sus brazos para arengar a su afici¨®n. Parec¨ªa una de esos instantes donde los partidos cogen un camino definitivo que en este caso apuntaba hacia la ansiada primera victoria de los hombres de A¨ªto. Secuencia posterior: canasta de cinco metros de Fran V¨¢zquez. Triple de Lorbek. Canasta de Mickael. Entrada con canasta de Ricky. Triple de Lorbek. Contraataque con canasta de Mickael. Parcial de 2-14 para el Bar?a. Partido y serie liquidada.
UNICAJA 72 - REGAL BARCELONA 82
Unicaja: Cook (5), Blanco (6), Neal (18), Printezis (7) y Archibal (6) -equipo inicial-; Rodr¨ªguez (14), Dowdell (4), Welsch (0), Jim¨¦nez (2) y Freeland (10).
Regal Barcelona: Rubio (5), Navarro (14), Lorbek (16), N'Dong (2) y Mickeal (16) -equipo inicial-; Basile (20), Lakovic (0), Morris (1), Sada (2), Grimau (0) y V¨¢zquez (6).
?rbitros: Bertr¨¢n, Conde y Bult¨®. Sin eliminados.
Unos 10.000 espectadores en el Mart¨ªn Carpena. El Bar?a, primer finalista de la ACB.
Ante reacciones como esta no queda otra cosa que descubrirse ante un equipo superlativo. En la m¨¢xima complejidad, con marcador y ambiente en contra, su respuesta fue tan contundente, tan disuasoria, que cada partido que pasa se antoja m¨¢s complicado meterle mano a este colectivo. No fue el mejor de sus partidos, pero el Barcelona domina como nadie los entresijos del juego. Durante muchos minutos mostraron una versi¨®n deslucida, con problemas para dar fluidez a sus movimientos, pero incluso en estos d¨ªas siempre termina encontrando lugares o jugadores donde pueden agarrarse mientras esperan el momento donde todos se ponen en sinton¨ªa. El lugar fue la canasta de Unicaja, donde se hartaron de capturar los rebotes ofensivos, el mejor flotador para paliar una punter¨ªa no muy afinada. Fueron 13, una enormidad para encuentros tan igualados y que suelen terminar decant¨¢ndose m¨¢s por detalles que por estrategias. El jugador fue Basile. El italiano, tirador extraordinario, quiso celebrar su partido 200 con otra exhibici¨®n de las suyas, esas que siembran el terror pues terminas crey¨¦ndole capaz de meterlas de espaldas. Entre rebotes y triples, el Bar?a fue conteniendo a Unicaja sabedor que el tiempo y la ansiedad de los malague?os actuaban a su favor. Solo quedaba encontrar el momento adecuado. Como equipo experto el Bar?a esper¨® hasta los tres ¨²ltimos minutos para no dar posibilidad de r¨¦plica. Catorce puntos casi seguidos, cuatro jugadores anotando, imposibilidad de remontada alguna.
Unicaja hizo lo que pudo. Apret¨® las clavijas, limit¨® a Navarro, sobrevivi¨® a la sangr¨ªa de los rebotes y Gary Neal discuti¨® con Basile su poder¨ªo lanzador. Pero como le ocurri¨® en los dos partidos anteriores no pudo ofrecer esos 40 minutos de intensidad, concentraci¨®n y acierto que exigi¨® el Barcelona para disputarle no ya la serie, sino simplemente una victoria. El 3-0 no hace sino confirmar que la diferencia entre azulgranas y el resto, ll¨¢mese como se llamen, no solo no se reduce, sino que con la confianza que dan las sucesivas victorias y t¨ªtulos el Bar?a no hace otra cosa que aumentarla con cada partido que disputan. O sea, que ganan.
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