T¨²mulo

Hace dos a?os Maria Jo?o Pires visit¨® el Auditori, de la mano de Iberc¨¤mera. Estuvo acompa?ada por el violonchelista ruso Pavel Gomziakov. Junto al piano hab¨ªa una mesita baja con dos sillas, en las que descansaban uno u otro int¨¦rprete cuando no tocaban a d¨²o y que confer¨ªan a la escena un entra?able aire de intimidad.

La misma f¨®rmula se utiliz¨® el martes pasado, pero el resultado fue otro. ?Por qu¨¦? Pues porque Chopin no es Beethoven ni Schubert, sino un compositor de monocultivo pian¨ªstico, con escas¨ªsima dedicaci¨®n al repertorio de c¨¢mara. Su Sonata para violonchelo y piano, en sol menor, op.65, escrita en Par¨ªs en 1847, dos a?os antes de su muerte, dista mucho de cimas como la Sonata op. 5, n. 2, de Beethoven, o el Arpeggione, de Schubert. A Chopin le gustaba el violonchelo, especialmente el Stradivarius de su amigo Auguste Franchomme, a quien dedic¨® la pieza (un Stradivarius que, andados los a?os, fue a parar a manos de Rostrop¨®vich), pero ni de lejos dominaba este instrumento como lo hac¨ªa con el piano. De manera que en este concierto, dedicado a conmemorar la muerte del autor polaco y mayoritariamente vertebrado por obras escritas en sus ¨²ltimos tres a?os de vida, el violonchelo se meti¨® un tanto de rond¨®n. Bien es cierto que contribuy¨® a dar realce al buscado car¨¢cter funerario de la velada, pero La l¨²gubre g¨®ndola, de Franz Liszt, magn¨ªficamente intepretada por el d¨²o, nada ten¨ªa que ver con la defunci¨®n de Chopin, y s¨ª con la del yerno de Liszt, Richard Wagner, muerto en el palacio Vendramin de Venecia bastantes a?os m¨¢s tarde (1881).

Dicho lo cual, este concierto habr¨ªa valido la pena aunque solo fuera por escuchar a Pires en la Sonata en si menor, op. 58 (muy especialmente su conmovedor movimiento largo) y en la Mazurca en fa menor, op.68/4, la ¨²ltima partitura del compositor en la que la danza se ha convertido en un addio della vita lleno de spleen. La humiladad y el recogimiento de la artista sobrecogieron. Sentado junto a la mesita, con el violonchelo en reposo, Gomziakov compon¨ªa una bella figura de t¨²mulo mortuorio.