?Y si el ambulatorio le cobra para que no vaya?
El copago de la sanidad gana fuerza para frenar la demanda m¨¢s que por su impacto recaudatorio
Obligar al paciente a pagar parte de los servicios m¨¦dicos ha formado siempre parte del debate p¨²blico, pero la crisis ha convertido esta pr¨¢ctica -el copago- en una de las cartas en la baraja del recorte. Catalu?a ha planteado abiertamente el copago sanitario con f¨®rmulas de progresividad, Sanidad lo ha estudiado y los expertos proponen ya soluciones concretas.
A pesar de que el copago es una palabra maldita y temida por buena parte de los pol¨ªticos y los usuarios, en Europa funciona en la mayor¨ªa de pa¨ªses. Se paga una cantidad por las visitas al m¨¦dico o por d¨ªas de internamiento hospitalario. En Espa?a el debate est¨¢ lanzado y entra ya en detalles: hay propuestas para cobrar por visitas o estancias hospitalarias, por aumentar el porcentaje que se paga en los f¨¢rmacos o abonar, por ejemplo, la comida en hospitales. Otros plantean modular el esfuerzo en funci¨®n de la renta del ciudadano o desgravar los seguros privados.
Los expertos creen que el sistema necesita reformas estructurales
Olmos: "El riesgo es que el ciudadano decida sobre salud seg¨²n el coste"
Se discute si se debe pagar por las visitas al m¨¦dico o ir al hospital
Catalu?a pide que vuelvan a desgravar los seguros m¨¦dicos privados
En Espa?a ya existe un r¨¦gimen de cuotas para los f¨¢rmacos. Los trabajadores en activo pagan el 40% de los medicamentos, los enfermos cr¨®nicos poco m¨¢s de dos euros por f¨¢rmaco y es gratis para los pensionistas. Los miembros de Muface (Mutua General de Funcionarios Civiles del Estado) abonan el 30%, sean activos o jubilados.
La ministra de Sanidad, Trinidad Jim¨¦nez, admiti¨® recientemente que lo ha manejado en el paquete de medidas para ahorrar. Seg¨²n Sanidad, un pago de 5 euros por visita m¨¦dica y 10 por urgencias, excluidos cr¨®nicos y pensiones m¨ªnimas, recaudar¨ªa 600 millones de euros al a?o. Pero por ahora, proclama el secretario general de Sanidad, Jos¨¦ Olmos, el copago constituye una l¨ªnea roja que el Gobierno no est¨¢ dispuesto a cruzar.
La consejera de Salud catalana, Marina Geli, y el portavoz de Converg¨¨ncia i Uni¨® en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, apostaron por plantear su aplicaci¨®n antes del ¨²ltimo Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Los copagos tienen una funci¨®n recaudatoria, son una modalidad de ingresos para sufragar la financiaci¨®n de medicinas, pruebas diagn¨®sticas o m¨¦dicos especialistas, pero act¨²an sobre todo como elemento disuasorio y moderador de la demanda, es decir, reduciendo la frecuencia en la asistencia primaria, que en Espa?a es un 40% superior a la media de los Quince. En este caso pueden implantarse tasas fijas -un euro por visita en Francia- o variables, seg¨²n la renta. "De aplicarse tendr¨ªa que ser un sistema sencillo, por ejemplo con la tarjeta sanitaria, pero hay que estar alerta, a ver si toda la parafernalia que se monta cuesta al final m¨¢s de lo que se pretende recaudar, porque en este pa¨ªs somos capaces de eso y mucho m¨¢s", avisa Manel Peir¨®, vicedecano de la escuela de negocios Esade.
Olmos mantiene serias prevenciones sobre la medida: "No es f¨¢cil resolver las aportaciones de los ciudadanos a los servicios porque se corre el riesgo de que el ciudadano decida, por su cuenta, usar un determinado servicio en funci¨®n de lo que le va a costar, porque la cantidad es una percepci¨®n individual. Y como es una decisi¨®n individual, entra?a el riesgo de que se tomen decisiones equivocadas para la salud de uno mismo". Por ejemplo, no ir al m¨¦dico por un mareo, aunque este pueda esconder un episodio cerebrovascular.
"Las medidas alternativas son administrativas y organizativas, como informar de lo que cuestan los servicios desde una perspectiva educativa", agrega Olmos. Y Ana Pastor, ex ministra de Sanidad del PP, a?ade: "Lo que hay que mejorar es la eficiencia del modelo de la prestaci¨®n de servicios, por ejemplo que al paciente se le atienda en un ¨²nico proceso asistencial, porque a veces para un diagn¨®stico hay que acudir hasta ocho veces al especialista. Y eso tambi¨¦n reduce la hiperfrecuentaci¨®n. Como tambi¨¦n la educaci¨®n sanitaria".
Paula Gonz¨¢lez, profesora de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, apunta algunas posibilidades de copago en la asistencia hospitalaria para aportar fondos suplementarios al sistema porque, se?ala, "para mantener la sostenibilidad del sistema o se recortan prestaciones o se aumentan los ingresos. Hay que hacer un an¨¢lisis de costes sobre la base de criterio-efectividad". Entre algunas propuestas, Gonz¨¢lez enumera el pago de los men¨²s en los hospitales, exceptuando los diet¨¦ticos -un informe de la Generalitat de Catalu?a reivindica esta opci¨®n para las rentas altas-; cuotas por ciertos d¨ªas de hospitalizaci¨®n -Portugal es un ejemplo- o el abono de una parte de las pruebas diagn¨®sticas, como en Francia.
Manel Peir¨® y Marina Geli tambi¨¦n proponen recuperar las desgravaciones fiscales para las personas que tengan un seguro m¨¦dico privado. "Evita un gasto al servicio p¨²blico y facilitar¨ªa un equilibrio, porque ahora mucha gente se da de baja por la crisis", aclara el vicedecano de Esade. Y la Fundaci¨®n Rafel de Campalans, perteneciente a los socialistas catalanes, propuso vincular los copagos al impuesto sobre la renta en el tramo auton¨®mico, ya que las comunidades tienen transferidas estas competencias, lo que simplificar¨ªa su gesti¨®n. El presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, Miquel Vidardell, plante¨® vincular el copago farmac¨¦utico tambi¨¦n al nivel de renta.
Pero as¨ª, a bote pronto, ninguno de los expertos en pol¨ªtica sanitaria en Espa?a aboga por un sistema de copago, sino que de implantarse -precisan- deber¨ªa constituir una medida adicional de todo un paquete de reformas estructurales para racionalizar y asegurar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, que tanto las administraciones estatal y auton¨®mica postergan a?o tras a?o y reh¨²san afrontar por los posibles costes electorales.
"No queremos que los enfermos sean el siguiente colectivo que pague la crisis del se?or Rodr¨ªguez Zapatero. La sanidad espa?ola necesita una reforma en profundidad y todav¨ªa quedan muchos espacios para ganar en eficiencia", se?ala Ana Pastor. "No podemos adoptar solo una medida concreta. Lo hemos hecho muy mal los ¨²ltimos a?os y ahora la situaci¨®n es dram¨¢tica porque el Estado est¨¢ en quiebra t¨¦cnica. ?C¨®mo pensamos resolverlo? ?Como siempre o aprovecharemos esta situaci¨®n para emprender reformas? No tendremos un momento m¨¢s id¨®neo en el que la gente lo entienda", reflexiona Manel Peir¨®. "La situaci¨®n ahora es complicada, pero no ver¨ªa tan grave implantar un tique moderador. Sin embargo, lo que el sistema sanitario necesita son reformas estructurales m¨¢s all¨¢ del copago", abunda Paula Gonz¨¢lez. "Una idea mal aplicada, acaba siendo una mala idea: nuestro sistema puede que hoy necesite copagos del mismo modo que necesita una priorizaci¨®n expl¨ªcita de servicios en cat¨¢logo y un selectivismo m¨¢s diligente con las situaciones de injusticia social", agrega Guillem L¨®pez Casasnovas, presidente de la Asociaci¨®n Mundial de Econom¨ªa de la Salud.
Las asociaciones para la defensa de la sanidad p¨²blica opinan que el copago "supondr¨ªa un impuesto a la enfermedad y una barrera al acceso a la atenci¨®n sanitaria para las personas m¨¢s enfermas y con menor renta". En este sentido, Jos¨¦ Olmos se?ala: "La equidad significa establecer las menores barreras de acceso posible". Paula Gonz¨¢lez le rebate: "?Por qu¨¦ los pensionistas de rentas altas no pagan nada? ?Es esto equitativo?", se pregunta.
Pero, como declara Guillem L¨®pez Casasnovas, "el reto estriba en canalizar la mejor financiaci¨®n p¨²blica al que sea el gasto m¨¢s eficiente en t¨¦rminos de objetivos salud". Y concluye: "No siempre m¨¢s recursos significa m¨¢s salud".
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